No alimentar a la bestia

Previsión meteorológica para Fallas, según la Aemet.

Previsión meteorológica para Fallas, según la Aemet. / Aemet

Enrique Moltó

Ayer mismo un buen amigo meteorológico me enviaba un artículo de Libertad Digital en el que se ridiculizaba a Aemet por pronosticar un invierno cálido y seco, mientras marzo se ha erigido a estas alturas como un mes muy lluvioso en una buena parte de España. Tanto es así, que en muchos casos apenas un par de semanas han bastado casi para acabar con una sequía plurianual. 

Ese artículo tiene verdadera mala baba por varios motivos. Para Aemet, y para cualquier climatólogo, marzo ya no es invierno, porque esa estación climática va del 1 de diciembre al 28 de febrero. Por este motivo, el pronóstico estacional de Aemet puede haberse cumplido, de hecho en su previsión de la primavera de 2025 sí apunta a unos meses lluviosos en la Comunidad Valenciana y Murcia y sin tendencia clara en el resto. Todo este pronóstico está lleno de advertencias sobre lo experimental de una previsión a largo plazo y de porcentajes de probabilidad que relativizan las afirmaciones rotundas que sacan los medios, diciendo que tal mes o tal estación será seca o lluviosa. 

Los medios, todos, no entienden de estos matices y Aemet debería dejar de alimentar a la bestia de los conspiranoicos que afirman que cómo van a acertar en las previsiones de cambio climático o en los avisos de la DANA de Valencia si se equivocan de esta forma en los pronósticos estacionales. 

Se mezcla todo, las tendencias climáticas, las estacionales, con las previsiones del tiempo para mañana, mucho más fiables, y eso viene bien a todos esos negacionistas radicales profesionales que remueven la mierda para beneficio de algunos gobernantes presuntamente moderados, interesados en que se siembre la duda sobre la Agencia. 

Ningún gobernante autonómico valenciano está negando ciertas barbaridades, como que el radar de Cullera, que está lleno de distorsiones, envía la lluvia por orden de Marruecos para traernos la desgracia. Menos aún niegan que en el barranco del Poyo haya presas que fueron abiertas a propósito o desmanteladas por los gobiernos «ecolojetas», provocando la desastrosa riada en ciudades en las que no llovía. No hacen estas afirmaciones anticientíficas radicales pero no las niegan, porque les vienen bien. Ante todo esto y pese a todo, la única solución es la educación ambiental y en el conocimiento del territorio en el que vivimos, y no solo en los colegios.

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