¿Es cierto que cada vez llueve más en el mes de marzo?
El Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo constata "una clara tendencia a meses de marzo notablemente más húmedos"
Asocia la intensificación de las precipitaciones en las últimas tres décadas al aumento de temperatura del mar Mediterráneo

Un mar de paraguas en la 'mascletà' de hoy en la plaza del Ayuntamiento de València. / J. M. López

Marzo ha arrancado en la Comunitat Valenciana con un episodio de precipitaciones persistentes que ha dejado acumulados extraordinarios de lluvias en algunos puntos del territorio como los más de 375 litros por metro cuadrado (l/m2) en Barx o los 416 l/m2 en Bicorp registrados por la red de pluviómetros de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Este "evento meteorológico significativo", según el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), que ha provocado "la suspensión de clases en más de 2.200 centros educativos, afectando a más de 500.000 estudiantes, y la interrupción de actividades festivas, además de cortes de carreteras y rescates de personas atrapadas en vehículos debido a desbordamientos" de ramblas y barrancos, más que un hecho puntual habría que en enmarcarlo en la "clara tendencia a meses de marzo notablemente más húmedos" observada en las últimas tres décadas.
Esta tendencia a marzos cada vez más lluviosos en la Comunitat Valenciana la constata un estudio que dos investigadores del CEAM publicaron en julio de 2023 en la revista Atmospheric research. El artículo, que analiza en detalle los cambios y tendencias observados en los patrones espacio-temporales de precipitación en la Comunitat Valenciana entre 1951 y 2020, lo firman Pau Benetó, experto en cambio climático en el Mediterráneo occidental y precipitaciones extremas, y Samira Khodayar, coordinadora del área de Meteorología y Climatología de dicha institución científica con sede en el Parque Tecnológico de Paterna.
Cambio del patrón de las lluvias
Los investigadores concluyen que "aunque no se observan cambios significativos en el total de precipitación acumulada" en la Comunitat Valenciana durante los tres meses de la primavera meteorológica (marzo, abril y mayo), si que se aprecia "una gran variabilidad dentro de las precipitaciones estacionales, con una clara tendencia a meses de marzo notablemente más húmedos en las últimas tres décadas, especialmente en zonas del prelitoral e interior" del territorio valenciano. Es decir, que, "a pesar de no detectarse un cambio general significativo en la precipitación acumulada durante la primavera, existen variaciones importantes" en la distribución temporal de las precipitaciones.

¿Cuál es el impacto socioeconómico de la variación del régimen de precitaciones?
El CEAM, en cuanto a los posibles impactos socioeconómicos del cambio en el patrón de lluvias de la Comunitat Valenciana, señala que "las precipitaciones torrenciales, y su ocurrencia en períodos como la primavera, puede afectar al turismo con menor afluencia de visitantes, tanto a causa de daños en infraestructuras clave como por el incremento de la sensación de riesgo por parte de los turistas". Por tanto, un marzo cada vez más lluvioso puede tener consecuencias sobre fiestas de gran interés turístico como las Fallas.
Sobre las consecuencias sobre la seguridad y salud, el CEAM sostiene que "la intensificación de la lluvia y el aumento de las precipitaciones torrenciales puede conllevar crecidas súbitas de barrancos y ríos y, en consecuencia, un riesgo para la población". Algo que, desgraciadamente, quedó patente en las devastadoras inundaciones de la dana del 29 de octubre.
Además, para el sector agrícola, "largos períodos (invierno) sin o con escasa precipitación, alternados con precipitaciones intensas (primavera), pueden tener un impacto devastador sobre los cultivos y su correspondiente impacto económico". Por último, el CEAM, subraya que "un descenso en la precipitación media reduce la acumulación de agua en embalses y, por tanto, pueden conllevar una reducción en la producción energética obtenida de centrales hidroeléctricas", al tiempo que recuerda que "las precipitaciones intensas no se pueden aprovechar para la generación de electricidad".
Atribuyen esta variación del régimen de precipitaciones al calentamiento del Mediterráneo, que se ha disparado desde finales del siglo XX como consecuencia del cambio climático, pues señalan que las variaciones en el patrón de las lluvias "son principalmente consecuencia de la intensificación de los eventos de precipitación asociados a la advección de vapor de agua desde el mar Mediterráneo, especialmente en las últimas tres décadas y durante el mes de marzo".

Ninots de la falla Exposición de València protegidos con plásticos durante el inicio del montaje del monumento el pasado 7 de marzo tras tres días de temporal de lluvias. / Ana Escobar/ EFE
Menos agua en mayo
En general, según los científicos del CEAM, los cambios más significativos del régimen de lluvias primaveral se dan al principio y al final del periodo. "Marzo presenta una tendencia marcada hacia condiciones más húmedas en las últimas tres décadas en todas las cuencas hidrográficas de la vertiente mediterránea peninsular, mientras que en el caso particular de las cuencas del Júcar y Segura se observan cambios importantes en las últimas dos décadas", detallan. Este incremento de la precipitación en marzo, que según el artículo es "debida principalmente a una intensificación de los eventos de precipitación asociados a una marcada advección de vapor de agua desde el mar Mediterráneo", contrasta con el hecho de que "la ocurrencia de este tipo de eventos de precipitación ha disminuido en el mes de mayo en los últimos 20 años dando lugar a condiciones más secas durante este mes". La investigación destaca también que abril "presenta una variabilidad más marcada en comparación con marzo y mayo sin tendencias claras y heterogéneas".

Visitando fallas en València hoy con paraguas debido a la lluvia. / J. M. López
Caen las lluvias en las cabeceras del Júcar y Túria
El estudio del CEAM también observa cambios en el régimen de precipitaciones en el resto de estaciones del año en la Comunitat Valenciana. Como ocurre en primavera, tanto en invierno como en otoño no se aprecian variaciones significativas en los acumulados totales de lluvia estacionales. Sin embargo, dentro de ambas estaciones si que se constatan importantes cambios espacio-temporales. Así, en invierno han detectado una "pérdida sustancial de precipitación en las principales cabeceras de los ríos Júcar y Túria", además de un "descenso generalizado y marcado del número de días con precipitación durante el mes de diciembre en las últimas dos décadas". En otoño, apunta, por un lado "hay una marcada variabilidad intraestacional e interanual, asociada esta última a eventos de precipitación relacionados con la advección de vapor de agua desde el mar Mediterráneo", y por otro "una pérdida de precipitación en las cabeceras de los ríos asociada a frentes atlánticos durante los meses de septiembre y octubre en las últimas dos décadas".

Germán Caballero
Más tormentas en julio
El verano meteorológico, que comprende los meses de junio, julio y agosto, es la única estación en la que el CEAM constata la existencia de una tendencia a la reducción de la precipitación media en la Comunitat Valenciana. Esto es debido, destaca el estudio, al "descenso generalizado y marcado de la precipitación estival en todas las cuencas del las confederaciones hidrográficas del Júcar y Segura, especialmente en junio, el mes típicamente más lluvioso del período estival". Además, observan otra tendencia preocupante: "el incremento localizado en las últimas dos décadas asociado al aumento de tormentas de verano inducidas por la orografía, especialmente en julio".
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