Día Mundial del Cáncer de Cérvix
"Vacunarse frente al virus del papiloma humano es invertir en salud porque el 80 % de la población se infecta"
Esta enfermedad de transmisión sexual puede derivar en cáncer de cérvix entre las mujeres y de ano u orofaringe entre los varones
La ginecóloga Ana Bernabeu ensalza los beneficios de la vacuna: "Si fuera contra el cáncer de mama, no habría dudas en vacunarse"

La ginecóloga Ana Bernabeu en su consulta en el hospital 9 d'octubre. / Francisco Calabuig

El cáncer de cérvix tiene una tasa de incidencia de 7,6 casos por cada 100.000 mujeres en la Comunitat Valenciana; se detectan cerca de 200 casos nuevos al año, según los últimos datos oficiales correspondientes al año 2021, los últimos difundidos por Sanidad. Son pocos los casos, pero la mortalidad ronda el 50 % del total de diagnósticos. A diferencia de otros tumores, existe un método preventivo con una tasa de éxito de "casi el 90 %": la vacuna contra el virus del papiloma humano, la infección que puede llegar a desarrollar este tipo de cáncer y, también, otros como el de ano o el de orofaringe. Para la ginecóloga Ana Bernabeu, la vacuna debe inocularse a cuantos más, mejor porque "es el único tumor con vacuna preventiva". Si fuera para "el cáncer de mama, no habría dudas en ponérsela".
Contar con una vacuna preventiva, contra el virus del papiloma humano, es algo singular.
Sí. En realidad es el único para el que tenemos esta inmunización preventiva. Evidentemente, no es infalible. En la medicina, esa palabra no existe, pero cubre hasta el 90 % de probabilidades de desarrollar un cáncer de cuello de útero. Lo observamos en el número de casos y, sobre todo, en estadios avanzados que veíamos más hace 20 o 30 años.
Por tanto, la recomendación de inmunizarse es una obligación.
Cuanta más gente se la ponga, más protegidos estamos. En Australia, por ejemplo, donde se lleva vacunando a hombre y mujeres desde hace años, las verrugas genitales prácticamente están erradicas. No hay que dudar en vacunarse. Siempre pongo la comparación con el cáncer de mama, aunque su incidencia es mucho mayor. Pero si a las mujeres nos dijeran que existe una vacuna preventiva para este, la gente se vacunaría sin dudarlo, no se rechazaría esta opción. Puede costar imaginarlo con el cáncer de cuello de útero porque, en países desarrollados, es poco frecuente. Pero el ejemplo del cáncer de mama, del que hay tanta concienciación en países como el nuestro, es muy visual.
En la Comunitat Valenciana, es verdad que la vacunación está incluida, desde el año 2008, en el calendario vacunal de las mujeres y se inocula a los 12 años, la franja a elegir por las comunidades autónomas es entre los nueve y los 14 años. Además, desde hace casi dos años, se ha extendido a los varones. Aunque la rechacen en ese momento, hay un periodo para cambiar de opinión hasta los 18 años; lo gestiona el médico de cabecera. Es muy importante la protección en gente joven porque es mucho más alta si no se han iniciado las relaciones sexuales.
A partir de entonces, se paga, ya no la cubre la seguridad social, excepto en algunos casos estipulados. Para personas inmunodeprimidas, se cubre hasta los 26 años; es decir, para personas inmunodeprimidas, pacientes oncológicos o con enfermedades tipo el VIH.
Pese a sus beneficios, el coste para los adultos es elevado, de unos 180 euros por dosis. ¿Es eso un freno?
Es verdad que el precio es una barrera, sobre todo porque se inoculan tres dosis para que la cobertura sea eficaz: la segunda a los dos meses y la tercera cuando pasa medio año. Se está realizando un estudio de monodosis en adolescentes y de dos en mayores, pero aún está en marcha. Es importante remarcar que la efectividad de la vacuna es mayor cuando no se ha iniciado una vida sexual activa porque el sexo a edades tempranas es un factor de riesgo.
Lo digo mucho a mis pacientes mayores de edad. A pesar del precio, es una inversión en salud porque a la larga te saldrá rentable. Por ejemplo, si pides un iPhone para Navidad, es mucho más caro que las tres dosis. Es cuestión de hacer un esfuerzo y es durante seis meses.
¿Sigue habiendo rechazo a la vacuna?
Al inicio sí que hubo mucho rechazo porque hubo un problema puntual, que al final no se relacionó con la dosis. Pero ya se ha comprobado que no existe ningún tipo de efecto secundario, más allá de los habituales con la inmunización de cualquier otra enfermedad; mareo, dolor... Ahora, con los niños, creo que no está habiendo rechazo porque los padres y madres entienden que hay mayor igualdad y que vacunarse no genera ningún problema. De hecho, hay familias que deciden inmunizarse cuando les toca a los pequeños.

La ginecóloga Ana Bernabeu en su consulta explica los riesgos del virus del papiloma humano. / Francisco Calabuig
La inmunización es realmente contra el virus del papiloma humano. ¿El virus da síntomas?
Se trata de una infección de transmisión sexual que, por lo general, no da síntomas. Dentro de la familia del virus del papiloma humano, hay cepas de bajo riesgo oncológico que sí pueden dar las típicas verrugas; es algo muy visual, pero no tiene trascendencia. Pero, luego, están las cepas de alto riesgo, sin síntomas, que solo se pueden detectar en cribado o citologías. Y estas, muchos años después, es cuando desarrollan la enfermedad tumoral.
¿Es un virus muy frecuente entre la población?
Más de lo que se tiene consciencias. Realmente, más del 80 % de la población se infecta del virus a lo largo de su vida, siempre que se sea sexualmente activo. Es verdad que la mayoría lo van a eliminar porque inmunológicamente están bien, sobre todo la gente joven, cuyo sistema inmunológico está más fuerte. Pero hay un pequeño porcentaje de gente para la que la inmunidad no funciona correctamente, y pueden mantenerlo y, con los años, les dará una lesión y acabará en un cáncer.
De hecho, el estudio del virus no se hace en menores de 30 años porque se da por hecho que, en su gran mayoría, va a dar positivo. Pero como su sistema inmunológico es fuerte, en teoría lo vas a eliminar con el cuerpo y no se quiere estigmatizar.
Como comentabas, el riesgo es también para los varones.
Sí. El virus del papiloma se ha seguido menos en hombres porque está más asociado con varones que tienen sexo con varones, aunque se puede dar también en otros.
¿Cree que se ha perdido el miedo a las enfermedades de transmisión sexual?
Realmente, sí. Hay una falsa creencia de que están erradicadas. Hablo de la gonorrea, la sífilis o el VIH, que están volviendo a subir en las estadísticas. Sobre todo, hay una sensación de falsa seguridad: sé que existe, que puede pasar, pero estoy convencido de que no me va a pasar. Cuando eres joven, coger una ETS puede ser un problema puntual; pero, con el tiempo, puede generar problemas muy graves, por ejemplo, infertilidad.
¿Está relacionado con tener varias parejas sexuales?
Dentro de los factores de riesgo, el iniciarse joven en el sexo o tener un alto número de parejas son habituales; pero hay gente con una sola pareja que se infecta y tiene problemas. Lo repito mucho, el preservativo sigue siendo el mejor método para prevenirlo. Más allá de la enfermedad, a nivel oncológico, son muchos los factores de riesgo; los mismos que en otras enfermedades: no llevar una dieta sana, no hacer ejercicio, el tabaquismo....
Regresemos al cáncer de cérvix. En la Comunitat Valenciana, se debe implantar el cribado, similar al de mama. ¿Hay cierto retraso?
Las directrices del Ministerio de Sanidad se aprobaron en 2019, pero aquí no acaba de arrancar. Tengo pacientes que recibieron la carta informativa, pero creo que aún no las han citado para el cribado en concreto. En principio, la prueba se quiere hacer con la autónoma, con un bastoncillo parecido al de los oídos con el que se toma un cultivo vaginal. A partir de los 30 años y cada cinco años; en principio, hasta los 65 años.
Esto se enmarca dentro de un proyecto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que debería estar, en teoría, en 2030 a nivel global. Esto es que el 90 % de las mujeres de 15 años estén vacunadas, que el 70 % de las de entre 35 y 45 años pasen por un cribado altamente sensible y que el 90 % con lesiones premalignas estén tratadas. Con este objetivo cumplido, en teoría, se eliminará la enfermedad.
La eficacia del cribado de mama ha mostrado sus beneficios.
Lo que permite este método es que sea para todos por igual. En cérvix, hoy en día, o vas a la matrona o acudes al sector privado, si cuentas con un respaldo económico. Si todo es más pautado, si sabes que cada cinco años te lo hacen... englobará a más gente.
¿A qué se debe la alta tasa de mortalidad del tumor de cérvix?
Cuando ves la lesión, es difícil de eliminar. Y, a partir de ahí, es un tumor muy invalidante porque afecta a una zona con muchos órganos. Esto provoca obstrucciones intestinales, problemas urológicos, renales... Es más fácil, por ejemplo, que provoque un fallo multiorgánico que el de mama que está más aislado.
Pese a esto, se ha avanzado mucho en 20 o 30 años, con nuevas terapias, como la inmunoterapia; y tratamientos más individualizados y multidisciplinares. Antes era más generalizado, pero ahora nuestro trabajo es más proactivo y complejo porque buscamos el mejor tratamiento para cada paciente.
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