¿Los embalses en Cheste y Vilamarxant hubieran evitado las inundaciones del 29-O?

La comisión de la dana en el Senado devuelve el foco a obras descartadas y que hubieran sido poco efectivas ante la magnitud del 29-O según la CHJ

Una de las actuaciones planteadas en los noventa proponía una presa en Cheste de 8 h3 y otra en Vilamarxan, a la que el PP puso reparos en 2006

El nuevo cauce del Túria baja aún lleno de agua por las primeras lluvias de la dana de 4 de marzo

El nuevo cauce del Túria baja aún lleno de agua por las primeras lluvias de la dana de 4 de marzo / Fernando Bustamante

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

València

La polémica sobre el proyecto de un embalse en Cheste ha vuelto a reactivarse con la comisión del Senado que investiga la dana del 29-O. Ha sido el arquitecto Julio Gómez-Perretta de Mateo quien se ha referido a esta infraestructura en su intervención de este martes, al señalar que una presa en ese punto y otra en Vilamarxant hubieran reducido el impacto de las trágicas inundaciones. ¿Es eso cierto? El primer planteamiento data de finales de los años noventa como solución para la cuenca de los barrancos del Poyo y el Pozalet, con una presa de laminación de avenidas en Cheste de ocho hectómetros cúbicos de capacidad. Insuficiente para la magnitud de la dana de octubre. La medida fue descartada por la Confederación HIdrográfica del Júcar por los costes socioeconómicos y porque las condiciones geomorfológicas no eran tampoco las adecuadas.

¿Quér se buscaba inicialmente con aquella propuesta radicada en Cheste? Primero disminuir los caudales de crecida aguas abajo y después conectarlos directamente al Parc Natural de l’Albufera mediante un encauzamiento tradicional. La propuesta, sin embargo, fue rechazada inicialmente tanto por el Ayuntamiento de Cheste como por la ciudadanía. Para el lago, además, implicaba una mayor colmatación debido a la gran carga de fangos que arrastran con sus crecidas ‘relámpago’ estas ramblas. De hecho tras la dana de octubre hay puntos de la laguna en los que se han acumulado hasta seis centímetros de lodos.

Nuevo cauce del rio Túria tras un episodio de lluvias.

Nuevo cauce del rio Túria tras un episodio de lluvias. / Germán Caballero

Dos diques en el Poyo y el Pozalet

Otra de las alternativas era la construcción de dos diques tanto en el Poyo como en el Pozalet. ¿Hubieran sido suficiente para frenar las inundaciones en los diferentes municipios teniendo en cuenta las precipitaciones de ese día? Félix Frances, catedrático de ingeniería hidráulica de la Universitat Politècnica de València, mantiene que hubieran reducido los daños pero nunca los hubiera impedido. “Solo se hizo el encauzamiento final a partir de Paiporta y con capacidad decreciente desde la pista de Silla para favorecer la sedimentación antes de l’Albufera”, explica Francés en el documento “Preguntas frecuentes sobre inundaciones y la rambla del Poyo”.

Balsas de laminación y reforestación

A cambio, lo que se colocó sobre la mesa fueron otras alternativas como la reforestación y construcción de micropresas de protección contra la erosión en la cabecera de las cuencas. En la zona inundable, mientras, se apostaba por habilitar balsas de laminación en el Pozalet y zonas de sacrificio en el Poyo. Todas conectadas por corredores verdes y puntualmente con tramos de encauzamiento tradicionales por falta de espacio en las áreas industriales. La idea era conducir parte del caudal -800 m3/sg- al encauzamiento actual de Paiporta y conducir el resto – 750 m3/sg- al nuevo cauce del Túria. “Una solución ambientalmente asumible, socialmente aceptada por los consistorios y con una eficiencia máxima”, explica Francés.

Un coste de 150 millones

El documento llevaba por título “Adecuación ambiental y drenaje de la cuenca del Poyo vertiente a l’Albufera”. El coste, unos 150 millones de euros en 2007, obtuvo la declaración de impacto ambiental en 2011 con Teresa Ribera como secretaria de Estado de Medio Ambiente. Sin embargo, volvió a paralizarse por la crísis económica cuando el Partido Popular de Mariano Rajoy estaba en el Gobierno. El proyecto se retomó en 2018, ya con Pedro Sánchez al frente el ejecutivo nacional y con Ribera ahora como ministra. Pero esos corredores verdes que contemplaba aquella intervención transcurrían en gran medida por zona agrícola, protegida en la nueva Ley de la Huerta. No solo ahí surgieron obstáculos, pues también atravesaban polígonos industriales, áreas comerciales y enclaves densamente poblados, con la consiguiente oposición municipal.

Barranco de la Saleta

Lo cierto es que en marzo de 2021 la Confederación del Júcar adjudicó la redacción del Proyecto de acondicionamiento del barranco de La Saleta tramo Aldaia - nuevo cauce del Turia. En el marco del proceso de la tramitación ambiental simplificada se solicitó la realización de un estudio de integración paisajística, que permitiera la adopción de medidas correctoras de los impactos generados.

Barranco del Poyo

En octubre del mismo año, hizo lo propio con la redacción del Proyecto de Vía Verde de Conexión del Barranco del Poyo con el nuevo cauce. "Debido a la afección al Plan de Acción Territorial de Ordenación y Dinamización de la Huerta y valorando los reparos que se estaban poniendo desde el Consell de l´Horta a la redacción del Proyecto del Barranco de la Saleta, se plantea una modificación del proyecto anterior que pasa a denominarse Adecuación ambiental del barranco del Poyo entre el cruce de la A-7 y el barranco del Cavalls", explican desde la CHj. Ambas obras cuentan con un presupuesto inicial de 90 y 35 millones y están en fase de tramitación ambiental.

Defender la ciudad de València

En cuanto a la presa de Vilamarxant, se pensó originariamente para defender la ciudad de València de una posible inundación catastrófica en un tramo del río incluído en el Parc Natural del Túria. Una infraestructura pendiente desde la década de los años cincuenta cuando se asoció al Plan Sur. El emplazamiento era en el conocido como paraje de El Pabrel, entre los términos de Vilamarxant y Benaguasil. Aguas abajo el Túria entra en la plana de inundación del Pla de Quart, donde no existe espacio para un embalse para laminar avenidas aunque sí para un pequeño azud como recogía en una información de aquella época Levante-EMV.

Recreación de la posible ubicación de la presa de Vilamarxant en 2006.

Recreación de la posible ubicación de la presa de Vilamarxant en 2006. / Levante-EMV

Los condicionantes geográficos hacían imposible otra ubicación, ya que en los desbordamientos del Túria juegan un papel determinante, incluso superior al del propio río, las aportaciones de las ramblas Castellana y Primera de Lliria. Corría agosto de 2006 cuando el entonces conseller de Territorio y Vivienda, Esteban González Pons (PP), reclamaba “imaginación” para buscar otras alternativas a Acuamed, empresa encargada por el Ministerio de Medio Ambiente de estudiar la viabilidad del proyecto. Lo cierto es que el nuevo cauce del Túria es capaz de asimilar 5.000 metros cúbicos por segundo y en la dana del 29-O se quedó a metro y medio del desbordarmiento. Desde la CHJ recuerdan ahora que como presa de regulación no es necesaria y que además la Generalitat declaró el Bajo Túria como parque natural en 2007 por lo que hace muy difícil que pudiera llegar a ejecutarse hoy en día.

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