Valencianos en Tailandia: «Notamos el temblor fuerte y salimos corriendo a campo abierto»

El chef valenciano Manuel Alonso, que realizaba un evento en Bangkok, tuvo que abandonar el piso 54 en el que cocinaba por las escaleras de emergencia

"Birmania no está equipado para afrontar este tipo de desastres", cuenta Steve Andersen de origen birmano y asentado en València desde hace años

Steve Anderson, chef de origen birmano, asentado en València desde hace años en su anterior restaurante en la Gran Vía.

Steve Anderson, chef de origen birmano, asentado en València desde hace años en su anterior restaurante en la Gran Vía. / Germán Caballero

València

«Es un día muy trágico para Birmania. El país no está equipado para afrontar este tipo de desastres», explica Steve Andersen, profesor de física anglobirmano y propietario de reconocidos restaurantes en la ciudad València, el Seu Xerea, primero, el Ma Khin Café y Baalbec después.

Andersen explica que ya no conserva familia directa en Birmania pero sí amigos que, afortunadamente, no se han visto afectados por el terremoto de magnitud 7,7 que sacudió el viernes el país del sudeste asiático y en el que se han contabilizado ya más 1.600 víctimas mortales y 2.000 heridos, según información facilitada por la Junta de Birmania.

Cuatro años de guerra civil

Un desastre que agravará la situación que atraviesa el país. «Birmania lleva cuatro años en una guerra civil absolutamente desastrosa. Con un gobierno militar desde hace muchos años, la guerra enfrenta a los militares con el resto de la población. Es una sociedad dividida entre los militares y los civiles, porque los no son militares no acceden a los servicios básicos», explica.

Andersen mantiene lazos con el país. Y de hecho ya dedicó la recaudación íntegra del libro escrito junto a su hermana, Una historia de Birmania: Cocina, familia y rebelión, publicado en 2018, a la ONG Acción contra el hambre «para aliviar el sufrimiento de los afectados por el conflicto en Birmania (Myanmar). 

Los pobres, los más afectados

«Pienso en la gente más pobre que siempre son los más afectados, porque sus viviendas son más frágiles, sin acceso a servicios no gratuitos. El país no está equipado para afrontar este tipo de desastres», concluye. El chef aconseja canalizar la ayuda a través de ONG que conozcan la zona y sepan actuar ante este tipo de catástrofes. «Es urgente, pero no se debe actuar de manera impulsiva. Otros países se están movilizando para ayudar. Ya veremos qué hace EE UU con sus recortes».  

«Un temblor fuerte»

A la valenciana Celia Padilla el terremoto le pilló en Chiang Mai, una zona al norte de Tailandia, aunque ella y su familia se encuentran bien. «Lo notamos fuerte, aunque nosotros no tenemos con qué compararlo. Otros turistas indios, donde allí es más frecuente que haya seísmos, nos dijeron que había sido potente y bastante fuerte. Salimos en cuanto nos dimos cuenta corriendo a campo abierto, y ahí sentimos que estábamos a salvo porque no podía derrumbarse nada sobre nosotros. Fue un susto grande, pero después todo siguió con absoluta normalidad», declara.

El chef valenciano Manuel Alonso, en viaje de trabajo en Bangkok, también confirmó en su cuenta de Instagram que tuvo que abandonar de forma precipitada el edificio en el que estaba cocinando en el piso 54. «De repente todo empezó a moverse. Pensé que era yo... Pero no. En medio del caos todos bajamos por las escaleras de emergencia. Clientes, trabajadores, todos unidos por el miedo...».

De hecho, en un vídeo publicado esta tarde de sábado en sus redes sociales, Alonso reflexiona sobre lo ocurrido. "Hoy me he dado cuenta, viviendo la experiencia que he vivido que cuando todo tiembla a tu alrededor tienes que mantener la calma. Debes de estar de ti y de tus valores, de lo que quieres. Es como en la cocina, en esos momentos en que todo tiembla, que parece que las cosas no salen como consideras hay que pensar, estar, pausado, hay que tener la calma con uno mismo", dice en un vídeo compartido.

"Esto es un antes y un después en mi vida, pensaba que no salíamos"

Esta, la de ayer, "ha sido una experiencia que marcará un antes y un después en mi vida porque pensaba que no salíamos. Sin embargo hoy, un día después volvemos a la cocina, a seguir lo que más pasión e ilusión nos hace que es cocinar, tenemos un evento esta noche, a disfrutar y hacer feliz a la gente, siendo feliz yo primero".

También se encuentra bien Miguel Rodrigo, seleccionador nacional de fútbol sala en Tailandia, quien en declaraciones a À Punt admitió que les preocupa «el riesgo por la afección a los edificios». 

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