Serie Paisajes del Agua en la Comunitat Valenciana. "Conocer, experimentar, disfrutar" | XVIII
La isla de Tabarca: Referente del paisaje insular alicantino
Este archipiélago de reducidas dimensiones ocupa unas 43 hectáreas, es decir, no alcanza el medio kilómetro cuadrado y se eleva unos 10 metros sobre el nivel del mar

Vista aérea de Tabarca. / Foto Estepa.
Jorge Hermosilla Pla y Javier Berenguer Sala
En la provincia de Alicante y a 8 kilómetros mar adentro desde la población de Santa Pola, emerge una de las islas más singulares del Mediterráneo occidental, la Isla de Tabarca. Este archipiélago de reducidas dimensiones, que corresponde al dominio bético, ocupa unas 43 hectáreas, es decir, no alcanza el medio kilómetro cuadrado y se eleva unos 10 metros sobre el nivel del mar. La isla está organizada en dos espacios diferenciados: al oeste, la Ciudadela amurallada de San Pablo, y al este, el domino del Campo, espacio rural.
Se trata de un espacio catalogado como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), debido fundamentalmente a su posición estratégica para el paso y cobijo de aves marinas. Desde 1986 la isla está vinculada a una reserva marina que protege unas 1.400 hectáreas de superficie marina.
Destaca como rasgo singular que Tabarca es la única isla habitada de manera permanente. Alrededor de 50 tabarquinos residen en este privilegiado enclave mediterráneo.
Un poblamiento histórico, hoy turístico
Descendientes de los primeros pescadores genoveses, los tabarquinos habitan la isla desde aproximadamente el siglo XVIII, cuando Carlos III eligió Tabarca, o Nueva Tabarca, como lugar para trasladar a los liberados cristianos que habitaron anteriormente “Tabarka”, en Túnez. De ahí el nombre que posee en la actualidad, aunque se cree que siglos atrás la isla fue denominada como Planesia por los griegos o Planaria por los romanos; topónimos relacionados seguramente con su topografía predominantemente llana.
La isla de Tabarca es un punto de referencia para el turismo en la Costa Blanca. Alcanza alrededor de 150.000 turistas durante la temporada estival. Volumen de visitantes que evidencia un marcado contraste estacional, ya que la isla apenas está habitada por unas 50 personas.

Puerta de San Gabriel, de Poniente o Trancada. / Foto Estepa.
El acceso a la isla tan solo es posible por mar. Desde Santa Pola es posible llegar mediante una travesía de una media hora, mediante varios tipos de embarcaciones como catamaranes, lanchas rápidas o pequeñas “tabarqueras”, barcas privadas.
La economía de la isla se basa hoy en el turismo y la pesca. Una sociedad que mantiene vivas sus tradiciones, ya que los actuales residentes son herederos de anteriores generaciones, en los cuales el sentimiento de pertenencia e identidad al lugar se halla muy arraigado. La presencia del mar Mediterráneo adquiere especial protagonismo.
Una historia perceptible en el paisaje
Desde la antigüedad, la isla de Tabarca ha sido ocupada, de manera que en su entorno más próximo encontramos multitud de hallazgos submarinos tales como pecios o barcos hundidos. Previamente a que Carlos III mandara habitarla, era utilizada por los piratas berberiscos en sus intentos de incursión sobre las costas aledañas y, en general, sobre el litoral mediterráneo. Este hecho condicionó la construcción de un sistema defensivo, integrado por torres vigía, construcciones de vigilancia, desde el siglo XVI a lo largo de la costa valenciana. Sistema defensivo del que, a partir del siglo XVIII, también formará parte la misma isla.

Torre de San José. / Foto Estepa.
La principal edificación de Tabarca es su recinto amurallado, conocido como la Ciudadela de San Pablo. Se trata de un conjunto histórico-arquitectónico, levantado en 1775 e integrado por tres puertas: la de San Miguel; la de San Rafael; y la de San Gabriel. En el interior del recinto hallamos la Iglesia de San Pedro y de San Pablo, y la Casa del Gobernador. En el exterior se alza la Torre de San José. Este conjunto de elementos arquitectónicos fue declarado en 1964 Monumento Histórico-Artístico.
Una flora y fauna condicionadas por la insularidad
La reserva marina posee una gran variedad de ecosistemas submarinos. Destacan las praderas de posidonia; los fondos rocosos; y los fondos arenosos. Ecosistemas que proporcionan protección a una excelente representación de biodiversidad marina: meros, dentones, doradas, sargos, lubinas, morenas, langostas o caballitos de mar, entre otras especies.
Debido a su geografía, las aves marinas son los principales vertebrados terrestres que habitan la isla. Sobresalen especies como la gaviota patiamarilla, la gaviota de Audouin, o el cormorán moñudo. Aunque menos numerosas, también encontramos aves terrestres como la abubilla o el cernícalo. También, en pequeñas poblaciones, podemos observar la lagartija ibérica o la culebra bastarda.

Iglesia de San Pedro y San Pablo. Tabarca. / Foto Estepa.
La flora está condicionada por la salinidad y el clima propio de la Isla; destacan especies como el Limonium tabarcense (endémica de la isla); el hinojo marino (Crithmum maritimum); ajenjo marino (Artemisia marítima); o abundantes cactus y suculentas muy especializadas en terrenos con escasa disponibilidad de agua.
Un entorno único y singular
La biodiversidad que aglutina la isla de Tabarca, a pesar de sus reducidas dimensiones, permite valorarla como un lugar excepcional. Historia y naturaleza se combinan; una gran variedad de especies de flora y fauna marinas conviven; es un refugio seguro para las aves.

Playa de Tabarca. / Foto Estepa.
La isla de Tabarca es un referente del paisaje insular mediterráneo, una amalgama de unidades de paisajes naturales, históricas y culturales, comprimidas en apenas 50 hectáreas: hallamos atractivas playas y calas como la Cala del Francés, junto con una arquitectura de defensa, complementada por edificios de diversas tipologías.

La Isla de Tabarca. Tradición y turismo insular. / Mapa Estepa.
Para conocer Tabarca cuenta con la Ruta sendero monumental de Nueva Tabarca que permite identificar las singularidades de la Ciudadela de San Pablo, mientras que la Ruta sendero natural de Nueva Tabarca facilita la visita del sector rural, el Campo.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
- Paisajes Turísticos Valencianos (2016), de la AVT, dirigido por Jorge Hermosilla.
- Atlas Temático de la Comunitat Valenciana (2022 y 2024), del Institut Cartogràfic Valencià, dirigido por Jorge Hermosilla.
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