Un perito declara a la jueza que el aviso debió enviarse con la alerta roja

El ingeniero geólogo y máster en gestión de riesgos naturales Alberto Martínez Escribano declara que el Es Alert fue «tardío y confuso»

El ingeniero geólogo que declaró ayer como testigo-perito, Alberto Martínez Escribano.

El ingeniero geólogo que declaró ayer como testigo-perito, Alberto Martínez Escribano. / Laura Ballester

València

El ingeniero geólogo y máster en Planificación y Gestión de Riesgos Naturales Alberto Martínez Escribano declaró ayer durante dos horas ante la jueza decana de Catarroja, Nuria Ruiz Tobarra, que investiga las consecuencias de la dana. Ha comparecido como testigo-perito y, debido a su formación, ha confirmado que en medios especializados y foros meteorológicos ya se avisaba que las precipitaciones iban a ser históricas el 29 de octubre. Además también ha ratificado a la jueza que hubo tiempo para subir a los pisos de arriba. La alerta fue tardía y confusa», según ha podido saber Levante-EMV de fuentes conocedoras de su declaración.

Su comparecencia se debe a la petición del familiar de una de las víctimas que lo propuso como técnico especializado en este tipo de eventos meteorológicos e hidrológicos. El testigo-perito explicó que «el barranco del Poyo está catalogado como zona de riesgo significativo de inundación porque es un barranco de riesgo torrencial, igual que el del Carraixet. Es algo que sabe todo el mundo».

Respecto al episodio de lluvias del 29 de octubre (29-O) confirmó que «la semana de antes ya se empezaba a hablar en foros de meteorólogos sobre la posibilidad de un evento torrencial en la costa mediterránea». De hecho, añadió, «según los modelos predictivos, a disposición de todo el mundo señalaban que iba a llover mucho y que iba a ser un evento histórico».

El ingeniero geólogo ha hecho un minucioso relato a partir de la información de la Agencia Estatal Meteorología (Aemet), la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y Àpunt ya que, por cuestiones familiares, pasó toda la tarde en su casa siguiendo la evolución de la dana. Ni al testigo-perito ni su mujer, profesores de instituto, les suspendieron las clases el 29 de octubre, lo que le sorprendió que no se hiciera «porque la situación era peligrosa. No hacía falta ir a Harvard para saber que la lluvia peligrosa es la que viene de las montañas», en referencia a las precipitaciones que se produjeron en Chiva, Tous o Utiel.

El ingeniero-geólogo aportó y detalló un pormenorizado minutaje del 29-O que compartió en una aplicación de mensajería con compañeros de la universidad. «Íbamos comentando la situación porque es que [la información] estaba disponible a disposición de todos», aseguró a los periodistas a la salida de su declaración.

Por su formación en Planificación y Gestión de Riesgos Naturales Martínez Escribano confirmó que «cuando se activa el aviso rojo a las 7.30 horas de la mañana del 29-O] se debería haber avisado a la población». Y para ello existe «una biblioteca de mensajes preparada para enviar el ES-Alert, desarrollado por la Universidad de Alicante a raíz de las inundaciones de la Vega Baja del Segura en 2019», según le explicó su profesor, Jorge Olcina, catedrático de Geografía de la Universidad de Alicante. Una biblioteca que «tiene un mensaje para cada caso, para no tener que pensar ni perder tiempo en ver qué poner en el mensaje». A juicio de Martínez Escribano «hubo tiempo para poder desalojar a las personas que estaban en zonas inundables porque solo había que subirlas a pisos de arriba, no desalojar el pueblo». Por ello ha defendido ante la jueza que «la alerta que llegó a los móviles fue tardía y con contenido confuso».

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