PSPV-PSOE

Bielsa afronta un congreso para cerrar heridas o profundizar las trincheras

La capacidad para poder integrar al sector de Raga en la ejecutiva determinará si el cónclave sirve para pasar página

Raga y Bielsa se saludan tras los resultados de las primarias del pasado 2 de marzo, en la sede del PSPV.

Raga y Bielsa se saludan tras los resultados de las primarias del pasado 2 de marzo, en la sede del PSPV. / Levante-EMV

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

València

Un congreso socialista no dista mucho de una visita al dentista. No es solo porque haya (metafórica e incluso literalmente) dolor de muelas, empastes y alguna que otra limpieza, sino porque lo que es seguro que difícilmente se sale igual que se entró. A ello se encamina el PSPV de la provincia de Valencia que afronta la próxima semana una cita que servirá no solo para que Carlos Fernández Bielsa revalide su cargo al frente de la estructura, sino que determinará si el partido logra cerrar las heridas abiertas, o profundiza las trincheras para nuevas batallas.

El de Valencia cerrará el abanico de congresos provinciales del PSPV después de que este fin de semana celebren los suyos Alicante y Castellón. Sin grandes conflictos en estos dos, la resolución del de Valencia, además de por ser el territorio con mayor número de militantes, será el canario en la mina de los socialistas más de un año después de que Diana Morant asumiera el liderazgo del partido.

De momento, Bielsa y el sector encabezado por Robert Raga (y próximo a Morant) llegan al congreso con la intención verbal de alcanzar un pacto, pero sin negociaciones de por medio. Estas se llevarán a cabo a lo largo de la próxima semana, aunque según trasladan fuentes conocedoras del funcionamiento de la formación, ante un congreso exprés (solo sábado) entrar sin un acuerdo puede complicar su consecución.

El elemento clave del pacto quedará vislumbrado en la ejecutiva, donde el también alcalde de Mislata se comprometió a una integración, pero sin fijar porcentajes. No será del 50 %, pero el equipo de Raga reclama que se acerque. No será tanto una cuestión de números, sino también de responsabilidades. Difícil será que Bielsa no retenga la Secretaría de Organización, que en 2022 fue para Vicent Mascarell (hoy mano derecha de Morant) porque el pacto con el ximismo para derrocar al abalismo fue previo; pero a partir de ahí hay otros cargos como la Presidencia o Acción Institucional.

Los nombres de la ejecutiva podrían ser el humo de la pipa de la paz (si llega), pero la batalla interna podría tener el sonido de tambores en el resto de órganos internos. En estos, con el Comité Provincial como el más determinante por su papel de validación de las papeletas electorales y a diferencia de lo que ocurre con la propuesta de la ejecutiva, puede haber listas alternativas a la que presente el secretario general. Es decir, mientras en la ejecutiva los ‘críticos’ solo podrían no votar a favor, en el resto de instituciones, podrían dar batalla y llegar a ganar.

Es difícil que se dé esa situación, pero nada es imposible en el PSPV. Este extremo sería el de mayor riesgo para Bielsa, de ahí la importancia de sellar un pacto lo más integrador posible. El bielsismo defiende haber logrado el 57 % de los delegados en las asambleas previas mientras los cercanos a Raga asegura tener algo más del 50 %. En primarias la formación se mostró partida por la mitad. En todo caso, los números —exhibidos como una primera forma de presión— solo se comprobarían en caso de batalla. Al fin y al cabo, las paces las firman los generales y las trincheras las cavan los soldados.

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