El Consell proyecta zonas que absorban futuras riadas desde el Túria a l’Albufera

Medio Ambiente quiere crear corredores territoriales que enlacen los dos parques naturales con los núcleos urbanos afectados por la dana

Áreas forestales inundables podrían amortiguar las lluvias torrenciales según el primer análisis de los expertos de la Universitat Politècnica

Replantación de especies endémicas en el río Turia, con La Vallesa de fondo, para frenar posibles riadas

Germán Caballero

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

València

La Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio proyecta zonas de amortiguamiento que absorban, a modo de esponja, futuras avenidas entre el Parc Natural del Túria y el de l’Albufera. La riada del 29 de octubre devastó más de 3.900 hectáreas de suelo rústico, con cultivos y terrenos situados en el entorno de los cascos urbanos por donde la lengua de agua arrasó todo a su paso.

El objetivo ahora es abordar una regeneración territorial, a escala supramunicipal, en esos espacios de una extrema vulnerabilidad frente a las «inundaciones de nueva generación». La propuesta inicial comprendería dos tramos: l’Albufera con el interior del área metropolitana y el Pla de Quart por el sur mientras que al norte se trataría del parque fluvial del Túria y el enclave forestal de la Vallesa.

Trabajos para quitar la basura arrastrada por la dana en l'Albufera.

Trabajos para quitar la basura arrastrada por la dana en l'Albufera. / José Manuel López

Frenar la degradación

La intervención busca por una parte frenar una mayor degradación paisajística, pero también avanzar hacia la adaptación de un territorio abocado a eventos meteorológicos cada vez más violentos. El proyecto medioambiental se lleva a cabo junto con la Universitat Politècnica de València. Aunque en una fase aún muy preliminar, como advierten desde la conselleria que dirige Vicente Martínez Mus, el planteamiento es que pueda servir de complemento a las obras de canalización pendientes en el barranco del Poyo y de la Saleta

En el caso de esta última rambla, el pasado viernes la Confederación Hidrográfica del Júcar sacó a consulta pública la propuesta de integración paisajística para su encauzamiento y conexión con el nuevo cauce del Túria. Desde Medio Ambiente se remarca que en el análisis previo de la UPV y varios expertos en materia de hidrología, movilidad, paisajismo y cartografía, se coincide en la necesidad de dotar de una «protección realmente efectiva» frente a riadas. 

Los científicos piden una adaptación ya a los eventos extremos y a las "inundaciones de nueva generación"

Río Turia con la Vallesa de fondo donde se plantean zonas que absorban las inundaciones de nueva generación.

Río Turia con la Vallesa de fondo donde se plantean zonas que absorban las inundaciones de nueva generación. / Germán Caballero

El objetivo es establecer unos corredores territoriales que enlacen l’Albufera, el parque del Túria y otros espacios de interés natural con los núcleos afectados por la dana. La idea inicial es integrar elementos como enclaves forestales y láminas de agua, además de los conectores urbanos necesarios para darles continuidad. «Incluirá igualmente las zonas reservadas a la mitigación de las avenidas que defina la planificación para la gestión del riesgo de avenidas», subrayan a Levante-EMV. «L’Albufera aquel día ya funcionó como una esponja, aunque a mayor escala», señalan.

Conexión y movilidad

 «En el desarrollo de la estrategia se va a prestar una especial atención a la conexión con los tejidos residenciales colindantes y a la movilidad», aseguran las fuentes consultadas por este periódico. «Se integrará una serie de ciclovías para favorecer los desplazamientos no motorizados, a la vez se potenciará la intermodalidad en una serie de estaciones del sistema de transporte público del área», recoge un planteamiento que forma ya parte de medidas contrastadas para abordar los efectos del cambio climático. «Igualmente se prestará una atención especial a la protección, restauración y valorización de los elementos patrimoniales, especialmente los ligados al ciclo del agua en l’Horta, como el sistema ancestral de azudes y acequias», inciden. 

Veto a la reclasificación

 Como se recordará, el pasado mes de diciembre el Consell impulsó un decreto Ley de medidas urgentes que paraliza la reclasificación o cualquier iniciativa urbanística en zonas inundables. Además, desde Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, se desarrolló una ‘cartografía dana’ con la que agilizar el diagnóstico de los puntos que quedaron anegados el 29-O. Algo a lo que se suma el inicio de los trámites para la revisión del Patricova, como recordaba el conseller Martínez Mus cuando el Ministerio de Transición Ecológica anunció la apertura de una consulta pública para fijar nuevos criterios en tres decretos. Una decisión que supondrá un endurecimiento de la normativa urbanística en dominio público hidráulico y, por tanto, una mayor restricción a la hora de conceder futuros permisos de construcción.

Más de 2.900 h3 de agua

El principal temor es a que se repitan fenómenos como los de aquel aciago último martes de octubre, donde el Miteco estima que la precipitación total en toda la cuenca del Júcar alcanzó un volumen próximo a los 2.000 hectómetros cúbicos en solo 24 horas. Una cifra que da una idea de la brutal tromba de agua que provocó no solo la dana, sino el río atmosférico procedente del África subtropical y que alcanzó el litoral mediterráneo. La treintena de embalses de la CHJ almacenan a día de hoy 1.734 hm3, cuando su capacidad es de 2.829 hm3.

Actuaciones prioritarias

En ese tránsito hacia la adaptación que reclaman desde el ámbito científico, Medio Ambiente asegura que el objetivo a corto plazo «es no solamente establecer los criterios de la estrategia de regeneración ambiental, sino comenzar a trabajar en aquellas actuaciones que se consideren prioritarias», dicen. «Además a medio y largo plazo habrá un importante incremento de la masa forestal en el entorno metropolitano», afirman. 

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