Contracrónica: Imputados a la fuga entre la rabia y los focos

Pradas y Argüeso exhiben complicidad durante la sesión y salen por el garaje para esquivar los gritos y preguntas recibidos a su llegada

Las lágrimas de la exconsellera contrastan con la actitud de su número dos, en "modo ‘Capitán América’"

Protestas a las puertas de la Ciudad de la Justicia.

Protestas a las puertas de la Ciudad de la Justicia. / Miguel Angel Montesinos

Mateo L. Belarte

Mateo L. Belarte

València

Pocos recuerdan una jornada tan tensa en la Ciudad de la Justicia de València como la vivida este viernes con las declaraciones ante la jueza de Salomé Pradas y Emilio Argüeso, los dos únicos investigados en la causa que indaga en la gestión de la dana que dejó 228 fallecidos el 29 de octubre. Y ya es decir. Por esa puerta han desfilado todo tipo de personajes, incluidos tres expresidents de la Generalitat —Eduardo Zaplana, José Luis Olivas y Francisco Camps–. Y entre sus cuatro paredes se han juzgado macrocausas de corrupción e incluso el accidente del Metro. Pero cuesta encontrar un precedente en el que los investigados fueran recibidos entre tanta rabia como ayer.   

Llegada de Emilio Argüeso.

Llegada de Emilio Argüeso. / Miguel Angel Montesinos

Y es que lo de este viernes fue distinto. Una legión de medios esperaba la llegada de los que eran los máximos responsables de Emergencias el día de la riada desde mucho antes de las 10.00 horas, cuando daba inicio la sesión. De nuevo con gran presencia de la prensa madrileña, algo siempre indicativo. El hecho diferencial es que a las puertas también aguardaban decenas de familiares de víctimas para darles su particular bienvenida —pocos se olvidaron de Carlos Mazón en sus quejas— y exigirles que «contaran la verdad por dignidad».

Las imágenes hablan por sí solas. Se vivieron momentos de máxima tensión tanto a la llegada de Pradas, a las 9:17, como en la de Argüeso, unos 30 minutos después. Mientras los manifestantes, guardando siempre la distancia con los imputados, lanzaban gritos de «asesinos» o «Mazón a prisión, Consell dimisión», los investigados trataban de abrirse paso entre la nube de periodistas que buscaban declaraciones previas. 

Hubo empujones e incluso algún tropezón en esos momentos de caos. La policía no organizó ningún cordón de seguridad para prevenir esta situación y algunas unidades incluso llegaron a la zona cuando Pradas y Argüeso llevaban ya un buen rato en el interior del edificio.

En un intento de desembarazarse del férreo marcaje, una y otro prometieron hacer declaraciones a la salida. Pero no fue así y una y otro terminaron dando esquinazo al cerca de un centenar de periodistas presentes ayer en el complejo administrativo.

Salomé Pradas, entrando en la Ciudad de la Justicia.

Salomé Pradas, entrando en la Ciudad de la Justicia. / Miguel Angel Montesinos

La labor de escapismo, que no era sencilla dado el despliegue mediático (los periodistas cubrían todas las teóricas posibles salidas), no es sin embargo nueva. La ejecutó a la perfección el propio president Carlos Mazón hace pocos días y lo han hecho otros muchos antes

Ante las ‘guardias’ montadas por los medios en todas esas salidas —incluso en aquellas por las que legalmente no deberían poder abandonar la Ciudad de la Justicia— y que fueron todas ellas infructuosas, la única opción que queda es que Pradas y Argüeso abandonaran el complejo por el garaje, según coinciden diversas fuentes conocedoras.

Escena a las puertas de la Ciudad de la Justicia.

Escena a las puertas de la Ciudad de la Justicia. / Biel Aliño/Efe

Mismas tesis, diferente actitud

Tras pasar el primer mal trago, el de la exposición mediática y social, llegó el turno de las declaraciones ante la jueza. Según ha podido saber este diario, los dos exmiembros del Consell mostraron buena sintonía entre ellos. Intercambiaron pareceres tanto antes de arrancar la sesión como en el receso entre una y otra declaración. Argüeso incluso trató de acceder a la sala para presenciar las palabras de la exconsellera, algo que no está permitido. 

Las fuentes consultadas también coinciden en que ambos sintonizaron en sus intervenciones ante la jueza, evitando atacarse entre sí. Sin embargo, las actitudes mostradas en el interior fueron muy distintas. Mientras Pradas, visiblemente afectada, rompió a llorar en repetidas ocasiones, Argüeso se mostró seguro, como si la cosa no fuera con él. Una fuente que presenció su declaración afirma que estaba «en modo ‘Capitán América’», como «si lo hubiera hecho todo bien».

Las víctimas no parecían percibirlo igual, ya que recibió los mismos gritos que Pradas —y Mazón—. Rosa Álvarez, una de ellas, pidió a la exconsellera que «ya que no dio la talla política, que sea honesta y dé la talla humana». Otras mostraron su confianza en que «la justicia haga su trabajo».

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