Camps prepara un gran acto por los 30 años de gobiernos del PP y para pedir un congreso en las horas más bajas de Mazón
Celebrarán un encuentro para homenajear a los alcaldes y militantes que "hicieron posible" la época dorada del partido, que Camps reivindica sin complejos
El expresident celebra otro almuerzo con militantes, esta vez en el interior, en el municipio castigado por la Dana de Sot de Chera

Camps se reunió este sábado en Sot de Chera con militantes de la Serranía. / Levante-EMV
Los caminos de la política, como los del Señor, son inescrutables. La plataforma de antiguos cargos y militantes afines del expresident Francisco Camps está preparando un "gran acto" para el próximo mes de mayo para celebrar los 30 años del cambio político. Se contempla la Marina de Valencia, espacio con ecos del glorioso pasado del PP y el tiempo de los grandes eventos. 1995. Han passat moltes coses, pero aquella fecha sigue vinculada a un nombre en la Comunitat Valenciana, Eduardo Zaplana, cuya relación con Camps ha pasado del enfrentamiento orgánico a una entrañable vecindad en el barrio que comparten en el centro de la ciudad, tal como atestigua la foto publicada por Levante-EMV la pasada semana.
Desde el entorno del expresident se explica que se quiere poner en valor "no solo las tres décadas de gobiernos populares sino el reconocimiento a los alcaldes y afiliados que lo hicieron posible". Sorprende que sea esta nueva corriente informal constituida en torno a Camps, y no el propio partido, el que reivindique el legado del PPCV, condicionado también por la hipoteca reputacional tras los múltiples casos de corrupción que germinaron en aquellos años. El propio Zaplana está condenado a diez años y cinco meses de prisión.
La gira del expresident
Desde hace más de un año, y con especial intensidad en los últimos meses, el expresident Camps ha puesto en marcha un tour de reencuentro con sus afines, el viejo PP, algo descolocado en los últimos años desde la dimisión del expresident por sus problemas judiciales. La gira del Camps, en medio de las horas más bajas del actual jefe del Consell, Carlos Mazón, adquiere ahora nueva relevancia. Incluso han lanzado un manifiesto. Aunque no se cuestiona públicamente a Mazón, se está pidiendo la celebración del congreso ordinario que debería producirse este verano. El relevo o la continuidad del president: el elefante en la habitación del que nadie quiere oír hablar en el PP. La dirección nacional del partido ha congelado el proceso hasta nueva orden.
Tras Alicante, Burriana, Sueca, Valencia y otras localidades valencianas, este sábado la caravana de Francisco Camps, una especie de campaña de primarias encubierta para un proceso interno sin fecha, ha viajado al interior.
El municipio de Sot de Chera, en los Serranos, ha acogido el encuentro de unas 80 personas, la mayoría de poblaciones de la zona, en un nuevo acto con la militancia del expresident, que quiere volver a la primera línea tras superar sus múltiples frentes judiciales, los que le costaron la Presidència.
En esta ocasión, el ‘esmorzar’ se ha producido en territorio simbólico, uno de los municipios más castigados por la dana, pero cuyo impacto ha quedado eclipsado por la distancia de la zona cero metropolitana. El alcalde de la localidad, Tomás Cervera, ha ejercido de anfitrión, explicando el impacto devastador en un paraje natural y turístico del que depende el municipio.
Al encuentro han asistido excargos como José María Chiquillo o la vieja guardia de Rus (Emilio Llopis y Juan José Medina), y el expresident ha repetido su voluntad de dinamizar el partido, como viene haciendo desde hace meses, ante lo que los suyos consideran una situación de parálisis y desconexión con las bases. En su relato político, precisamente, está el regreso a esa Itaca popular, los años de las mayorías aplastantes, antes de la fragmentación política y de que parte del electorado popular migrara a Ciudadanos y luego a Vox. Lo que Camps promete en esos encuentros con las bases es la reunificación del centro derecha, precisamente como en el ciclo electoral del 1995 y 1996.
La melodía es la de un aspirante a liderar el partido. Algo sorprendente tratándose de un expresident y de un partido que controla todos los resortes de poder. Pero ante la falta comunicación con el Palau (Camps dijo que quería 'volver', pero no parece recibir respuesta) y la frágil situación de Mazón tras la dana, Camps insinúa, aunque no aclara qué quiere ser en el partido. El campsismo enarbola la bandera del pasado glorioso (omitiendo la cara b judicial de ese disco), la del partido y la C. Valenciana, que parte del partido prefiere obviar por el historial judicial.
Exigencia de congreso
Mientras tanto, la plataforma que se ha organizado en torno a Camps reclama la convocatoria de un congreso que permita renovar equipos, ideas y proyectos. Incluso han pedido primarias abiertas en ese cónclave que debía celebrarse este año, para que los militantes elijan la presidencia.
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