Regresión del litoral valenciano

Casi la mitad de los municipios con playas necesitan obras y más arena por la erosión

Medio Ambiente cifra en 64 los arenales que requieren actuaciones de contención o de regeneración

Playa del Sur de València con regresión.

Playa del Sur de València con regresión.

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

València

Casi la mitad de municipios costeros valencianos, veinticinco de un total de sesenta, necesitan obras de regeneración o de contención para hacer frente a los graves problemas de erosión. La Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructura y Territorio cifra en hasta sesenta y cuatro las playas afectadas en estos consistorios del litoral, situadas en tramos regresivos, y que requieren de aportes de arena, espigones, escolleras o restitución de cordones dunares. En un 14 % del litoral los problemas de estabilidad pueden calificarse además ya de graves, con el golfo de Valencia en situación más frágil.

El calentamiento del Mediterráneo

La recurrencia e intensificación de los temporales desde 2018 por el calentamiento del Mediterráneo, la presencia de puertos y la reducción de la llegada de sedimentos por vía fluvial han ido incrementando la pérdida de superficie de algunos arenales. El grupo de Cartografía Geoambiental y Teledetección de la UPV ha acreditado que se ha perdido más del 50 % de la superficie en el óvalo de Valencia en pocas décadas. Los análisis realizados por la Universitat de València sobre la evolución de la línea de costa entre Alcossebre y Oropesa, o los llevados a cabo por el Instituto de Ecología Litoral con la Universitat de Alicante coinciden en esa preocupante tendencia de la dinámica litoral.

Tramos con regresión en el litoral valenciano según la Universitat Politècnica de València

Tramos con regresión en el litoral valenciano según la Universitat Politècnica de València / UPV

Hasta 2050

Los estudios llevados a cabo por el Cedex ponen cifras a ese retroceso hasta el año 2050. Así, entre el puerto de Castelló y el de Sagunt playas como las de Nules podrían perder hasta 58 metros, seguidas por Xilxes (52), La Llosa (50), Moncofa (47), Almenara (41), Grao de Borriana (37), Almardà (27) y Sagunt (21), como ejemplos más llamativos. En el tramo hasta Dénia los efectos serían algo menores. En Guardamar serían 23, el máximo, con 21 para El Saler, 14 en Tavernes de la Valldigna, 20 en Bellreguart o 15 en Piles y Oliva. Un daño ambiental de enorme impacto para el turismo. Puntos como Pinedo y El Saler ya han perdido más de 30 metros.

Entre las últimas intervenciones aprobadas por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico destacan cinco proyectos que se arrastran desde diciembre de 2019 y que afectan a Dénia, Cullera y Sueca. Se trata de la extracción de arena de un yacimiento submarino localizado en la costa de Cullera con el fin de regenerar las playas de Marineta Casiana, el tramo entre el puerto de Dénia y el río Girona, Marenyet, Estany de Cullera, así como El Perelló, Pouet y Les Palmeres.

Acción del oleaje

Todos ellos son enclaves altamente afectados por la acción del oleaje en los que se persigue recuperar un ancho estable. Además del vertido de arena, en algunos casos se prevé la construcción de espigones o la restitución del cordón dunar para reforzar la defensa natural, así como mejorar la calidad ambiental y paisajística.

Regresión en la playa Malvasur de Sagunt-

Regresión en la playa Malvasur de Sagunt- / Daniel Tortajada

La Dirección General de Costas señala que se trata de obras, las de Dénia, con una vida útil entre los diez y los quince años. El tramo que abarca los casi tres kilómetros del Marenyet y el Estany de Cullera suma al vertido de más de un millón de metros cúbicos de arena tres espigones rectos hasta lograr un mínimo de cuarenta metros de anchura de playa. El objetivo: recuperar la línea de costa del año 1957. En cuanto a El Perelló, Pouet y Les Palmeres, en el Parc Natural de l’Albufera, los trabajos permitirán ganar un ancho medio de playa de 22 metros.

Riesgo de inundación

En los análisis de alternativas se especifica que la libre evolución de la línea de orilla «no resulta sostenible, por implicar una regresión cada vez más acentuada y un continuo desgaste». Algo que supondría, subrayan, «un riesgo inminente de inundación y afección tanto de bienes inmuebles como de determinados hábitats en ciertos puntos». De ahí que la intervención sea obligatoria sí o sí como señala la memoria de las obras.

El Cabanyal es una de las playas de València que gana metros por el efecto del puerto.

El Cabanyal es una de las playas de València que gana metros por el efecto del puerto. / Francisco Calabuig

El tramo entre los puertos de Castelló y Sagunt, por ejemplo, presenta problemas tan graves que ha obligado a recurrir al trasvase de sedimentos, gravas en la mayoría de casos, que por la ausencia de elementos de retención efectivos - la pérdida de las praderas de Posidonia es otro daño - han derivado en un avance progresivo de la fracción piedra. Algo que provoca una pérdida de comodidad y seguridad para los bañistas.

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