Salida de campo

Desembocadura de la rambla del Poyo en l'Albufera, en una imagen captada el 2 de noviembre de 2024.

Desembocadura de la rambla del Poyo en l'Albufera, en una imagen captada el 2 de noviembre de 2024. / Àxel Álvarez

Enrique Moltó

Las salidas de campo son, junto a los mapas, la esencia de la Geografía. Las visitas anuales del colega alemán Philipp Schmidt al Máster de Planificación y Gestión de Riesgos Naturales de la Universidad de Alicante, son siempre un estímulo para ir más allá de la magnífica docencia que desempeña en él.

Este año estaba lógicamente muy interesado en visitar la zona afectada por la Dana del 29 de octubre en Valencia. Como experto en riesgos naturales por todo el mundo, estaba muy interesado en aprender de lo sucedido en Valencia. Ángela Zaragoza, brillante exalumna del Máster nos acompañaba. No se trató, ni mucho menos, de una investigación exhaustiva, pero sí pudimos extraer algunas conclusiones.

En Algemesí pudimos ver las casas de una única planta justo al lado del Magro, una ubicación y características absolutamente inapropiadas, de forma que no deben ser reconstruidas, sino que los que las habitaban deben ser reubicados en lugares más seguros. La cubeta de Toris, donde se acumularon cerca de 800 mm en 14 horas, y que vierte y desborda hacia el Poyo y hacia el Magro, resulta impresionante y determinante para entender el desastre aguas abajo. Pudimos también comprobar el enorme destrozo hecho en Paiporta por el desbordamiento del Poio.

En la segunda jornada de campo contamos con el estremecedor testimonio personal de supervivencia de un socio de Avamet de Massanassa, que además nos contó con detalle la circunstancia de una lámina de agua que venía del Poyo desbordado en Paiporta e iba a desembocar hacia el tramo del Poyo de Massanassa, demasiado lleno como para poder tragar ese agua, y provocando una lámina de retroceso.

Todo esto supone un caos absoluto en el calado del agua entre calles muy próximas, en función de los caprichosos flujos. Los coches arrastrados fueron los grandes protagonistas del desastre y, sin duda, conviene analizar ese papel en vista a futuras avenidas. La vista del enorme cauce del Poyo entre Loriguilla y Cheste o el destrozo absoluto de Chiva realmente impresionan y explicaban una vez más lo que sucedió aguas abajo, en puntos donde apenas llovió, pero dónde fue a parar toda esa agua.

Tanto en el lado humano como en el técnico impresiona todo lo visto por mucho que te lo hayan contado, a pesar de los meses transcurridos y que nada iguala lo vivido por las víctimas. Creo que los bulos desatados se podrían desmontar con visitas instructivas como ésta. Sin duda, toda la investigación debe encaminarse a mitigar los efectos de futuras avenidas, siempre que los políticos hagan caso a los estudios, en vez de simplificar las cosas y echarles las culpas a los técnicos cuando vayan mal dadas. 

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