El registro de llamadas gira el foco sobre la actividad de Mazón la tarde del 29-O

Los actos y decisiones del ‘president’ en las horas críticas vuelven al centro del debate cuando el Consell daba por ganado el relato

Carlos Mazón conversa a través de su teléfono móvil, ayer en las Corts.

Carlos Mazón conversa a través de su teléfono móvil, ayer en las Corts. / R. Solsona/E. Press

Alfons Garcia

Alfons Garcia

València

«Se empieza a conocer la verdad. La izquierda ha perdido el relato». Fue una de las sentencias lapidarias que la portavoz del Consell, Susana Camarero, dejó el martes, al comentar la declaración ante la jueza de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, que sucedió el día de antes. La socialista dijo que la atención el 29 de octubre en el Cecopi (el centro de operaciones de la emergencia) estaba en la presa de Forata y no en el barranco del Poyo, hasta que ella dio la voz de alarma tras la llamada de la alcaldesa de Paiporta («hay gente ahogándose»). La lectura del Gobierno de Carlos Mazón fue que se acreditaba que las agencias estatales no habían transmitido la información necesaria sobre la crecida del Poyo, que arrasaría una amplia zona del interior de Valencia y l’Horta Sud, hasta sumar 228 muertos. Euforia tras meses acorralados por la gestión de la dana, en especial Mazón, que mantuvo una comida con una periodista y no llegó al Cecopi hasta las 20.28. El propio president comparecía el lunes en las redes sociales para comentar, esta vez sí, un acontecimiento del proceso judicial.

Pero la alegría vuelve a durar poco en esta batalla de relatos. Ni 24 horas. Y el giro procedía de una parte cercana, la exconsellera de Justicia e Interior Salomé Pradas, la política de más alto rango investigada en la causa. La ex alto cargo ha aportado un acta notarial con el registro de llamadas de su teléfono el día de la tragedia. La principal atención, obviamente, se ha situado en las cruzadas con Mazón.

El documento vuelve a situar en el foco los movimientos y acciones de Mazón la tarde del 29 de octubre. Es aún hoy la gran incógnita del día de la catástrofe.

La comida finalizó a las 17:45 horas según el relato ofrecido por el entorno de la periodista. Un poco antes, él había hablado con Pradas (17:37). Ella lo había intentado antes, pero él no la atiendehasta ese momento. Que hablaron a esa hora se sabía desde el 24 de febrero, cuando el jefe del Consell reapareció en Madrid en un desayuno informativo y leyó un listado con 16 llamadas. Ahora, tras el documento de la destituida, se conoce alguna cosa más, como que hablan varias veces hasta las 18:30 y luego se produce un vacío hasta las 19:43.

Ese silencio es solo entre ambos, remarca el equipo del president, porque este mantuvo otras conversaciones. Según los datos que dio en Madrid, fueron cinco en ese lapso: con el director general de Comunicación (18:48); dos veces con el portavoz del PP (18:57), al que también llama Pradas a la misma hora; con el secretario autonómico de Infraestructuras (19:34) y con el responsable del gabinete de Presidencia (19:41). Después habla ya con Pradas, pero solo segundos, porque llama en el mismo minuto a otro cargo.

Son momentos críticos: ya se conoce el desbordamiento del Poyo, el agua ha anegado municipios, hay dos presas en situación extrema y el ES Alert está en preparación... El presidente de la diputación, Vicent Mompó, cree que él y Pradas hablan de ello con Mazón desde su teléfono sobre las 19:43 (en Salvados dijo antes). Presidencia insistió ayer en que no estuvo incomunicado pero no intervino en el envío del mensaje de alerta.

No obstante, aún es un enigma dónde estuvo Mazón y qué hizo (al margen de las llamadas) entre la comida en el Ventorro y su llegada a las 20:28 al Cecopi. Esa actividad sin aclarar seis meses después y su papel en el ES Alert han vuelto al centro del debate público. Es el relato que pone en cuestión la gestión de la dana, donde pierde el PP. Así hasta la siguiente revelación.

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