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29-O

"Algunos agentes ambientales fuimos a vigilar los cauces de forma voluntaria"

Los efectivos no fueron movilizados pese a que Emergencias podía contar con ellos para realizar el seguimiento en los barrancos y creen que no se les llamó porque "no existe un plan detallado frente a inundaciones"

Técnicos inspeccionan el puente de Paiporta en el barranco del Poyo

Técnicos inspeccionan el puente de Paiporta en el barranco del Poyo / Miguel Angel Montesinos

Lluís Pérez

Lluís Pérez

València

Emergencias tenía a su disposición a los 200 agentes medioambientales de la Generalitat Valenciana para sumarse a las tareas de medición de los cauces el fatídico 29 de octubre. Así se supo el martes cuando se hizo público un informe remitido por el director general de Medio Rural, Luis Gomis, a la jueza de Catarroja. Sin embargo, ninguno de estos efectivos se usó para controlar la evolución de los barrancos. "No se nos movilizó -, relata uno de estos agentes de la zona de la Vall d'Ayora-Cofrentes, quien prefiere mantenerse en el anonimato-. Algunos de nosotros fuimos a vigilar los cauces de forma voluntaria como agentes de la autoridad amparados por la ley nacional".

Su trabajo en el Día D fue, por tanto, altruista, pese a que la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio remitió un aviso a la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (AVSRE) a las 11.54 horas, seis horas antes del desbordamiento del barranco del Poyo. En la notificación los ofrecía para realizar el "seguimiento de caudales en ríos, barrancos, sistemas de regulación y zonas inundables", siguiendo lo establecido en el Plan Especial de Inundaciones, dentro de los "servicios de intervención desplegados en el territorio", cuya coordinación recae en la comunidad autónoma, pese al intento del Consell de atribuirle toda la responsabilidad al Ejecutivo y a la delegada del Gobierno.

La vigilancia de los agentes medioambientales fue altruista; bien de forma individual, bien por iniciativa de los jefes de área que "enviaron a sus agentes a comprobar la evolución de los barrancos". Así pasó en las comarcas de Utiel-Requena y la Hoya de Buñol, donde los agentes -"sin los medios adecuados" como denuncian desde UGT- grabaron vídeos para difundir la crecida del agua y reenviarla por grupos de difusión particulares. "Conseguimos salvar muchas vidas porque alertamos a amigos y familiares -, explica-. Sabíamos que el agua de las cabeceras del Poyo, el Túria y el Magro, iría hacia abajo, aunque en el litoral no lloviera".

Por su parte, la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio se muestra "sorprendida" al conocer que varios agentes medioambientales de la Generalitat Valenciana realizaron un seguimiento de los cauces, ríos y barrancos de forma altruista el 29-O y no informaran a sus directores responsables, si era verdad que tenían "información relevante sobre el estado de los cauces", y así poderla trasladar a Emergencias.

Mensajes de aviso por WhatsApp

"Sirvieron de alerta sin saberlo, por miedo a lo que pudiera pasar", afirma con rotundidad Doménec Ramos, otro agente medio ambiental destinado en la provincia de Castellón y delegado de UGT. En su caso, la alerta de sus compañeros le permitió ir a por sus hijos al colegio en Picanya y transmitir la información a los responsables del centro, quienes evacuaron las instalaciones. "Gracias a sus avisos, no murieron miles de personas", explica.

A lo largo de todo el día, los efectivos fueron reenviando vídeos e imágenes a sus grupos de mensajería y contactos: el equipo de futbol del niño, el de excursiones, el del colegio, el de voleibol... ¿Transmitieron esa información a algún responsable de Emergencias? "No hay una figura de coordinación a la que dirigirnos -, defiende Ramos-. Solo pudimos avisar a nuestros conocidos de que salieran corriendo".

Los agentes medioambientales reenviaron vídeos de los cauces el 29-O

Lluís Pérez

Lo hicieron sin contar con el equipamiento adecuado para actuar frente a una alerta hidrológica. "Nos sentimos abandonados por la Administración, pese a nuestro potencial en este tipo de situaciones", confiesa el primer testimonio, quien cuenta con el título de rescatista internacional. Sus peticiones en cuanto a recursos son simples: cuerdas, chalecos y algún traje de neopreno. "Cosas básicas", concluye. Si los efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos denunciaron la falta de materiales para afrontar una inundación en una rueda de prensa en UGT, la situación de los agentes medioambientales es, al parecer, mucho peor.

Falta de un protocolo

Los dos agentes entrevistados por Levante-EMV resaltan la falta de un protocolo "claro y concreto" con instrucciones "claras", que estructure una "coordinación" en caso de activarse el riesgo de inundaciones. Ramos contrasta la situación de la Comunitat Valenciana con Cataluña, donde también ha ejercido profesionalmente y donde cuentan con Inuncat; un documento que reparte el control de cauces y tramos entre los diferentes agentes medioambientales y que establece un tiempo de 15 minutos entre actualizaciones de la evolución de la situación. "Es incomprensible que no exista un plan de trabajo -, afirma-. Estábamos a disposición de Emergencias, pero no se nos movilizó porque no existe ningún protocolo detallado".

Como explica, en Cataluña, se suele realizar una reunión "un día o dos antes" de la activación del plan de Emergencias, para recordar el protocolo y confirmar que todos los efectivos conocen cuál es el tramo del barranco adjudicado. "La mayoría de veces estás 10 horas allí sin pasar ni una gota de agua -, explica el representante sindical de UGT-, pero en eso consisten las tareas de prevención".

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