Zarpazo de la dana al turismo de interior

Casi seis meses después de las inundaciones del 29-O las huellas de la brutal crecida del Túria permanecen en puntos de la Serranía como Gestalgar y Pedralba. El mismo río transformó un paisaje idílico hasta ese momento en una prueba de la devastación. Su afluente, el río Sot, también borró parte de la fisonomía de Sot de Chera. Todo un zarpazo a unas poblaciones amenazadas por el riesgo de la despoblación, en las que el turismo de naturaleza era su gran reclamo. De las explosivas lluvias tampoco se salvó Bugarra y su playa fluvial. El ayuntamiento insistía hace un par de días en reclamar a la Confederación Hidrográfica del Júcar actuaciones inmediatas para la recuperación ambiental de todo el entorno.

Áreas recreativas

Al abrigo del creciente turismo rural, los ayuntamientos de la ribera del Turia y su Parque Natural han ido creando con el paso de los años una nueva forma de renovarse y para evitar la despoblación. El caudal del río ha sido siempre lo suficientemente copioso como para generar una infraestructura para aprovecharlo en clave recreativa. Una alternativa al monótono sistema de arena, playa y sol en el que el agua fluye entre rocas en entornos no solo menos masificados, sino más naturales y que eran, son, además, una alternativa para poblaciones amenazadas siempre por la despoblación, por las limitaciones que supone que la principal actividad sea la agricultura y, en todo caso, una limitada industria de transformación agraria. 

Playas artificiales y merenderos

Playas artificiales, merenderos, hostales, zonas de recreo, merenderos, sendas y parques se fueron desarrollando con el paso de las décadas. Sin embargo, gran parte de este particular ecosistema desapareció en un visto y no visto con la crecida sufrida durante la dana. La furia de las aguas se llevó por delante todas las instalaciones y todo el lecho fluvial. A la mañana siguiente, el panorama eran desolador y seis meses después sigue siéndolo. 

Pueblos como Pedralba, Bugarra, Sot de Chera, Gestalgar se encuentran con las infraestructuras destrozadas y con la temporada de verano casi a la vuelta de la esquina -la de Pascua poco o nada tiene que ver con la de otras ocasiones-. Eso, por no hablar del propio daño moral y de identidad de un paisaje que era, es, una forma de entender el bienestar en las poblaciones. 

La inundación afectó a todo el cauce, arrasando además todo el ecosistema: saltos de agua, cañaverales, suelos fluviales... todo se fue río abajo, dejando unos cauces "pelados", sin atractivo. 

Los ayuntamientos se han alzado ya para reclamar soluciones urgentes que permitan la recuperación de las playas fluviales y que los desperfectos entren en vías de una solución que, en estos momentos, no existe. 

Hace apenas dos días, el conseller para la Recuperación Económica y Social de la Comunitat Valenciana, Francisco José Gan Pampols, se entrevistó con los alcaldes de Sot de Chera y Gestalgar, per, oficialmente, de momento sólo se trató de "intercambio de impresiones" para marcar el plan de recuperación "Endavant". 

La facturación de los establecimientos hosteleros ha caído exponencialmente y en estos ayuntamientos reclaman una reconstrucción rápida. Que pasa también por la definición o redefinición del cauce, que incluso en determinados lugares cambió su trazado, alejándose de las zonas de servicios. 

"Garantizar medios de vida"

El responsable autonómico reconoció que "la recuperación pasa por garantizar medios de vida a la población y evitar su abandono. Para muchos de estos municipios, el turismo es una actividad fundamental en sus económicas". La solución de momento no pasa más que por el "estamos trabajando para ayudarles y que puedan reactivar cuanto antes la recuperación". La Confederación Hidrográfica del Júcar está llevando a cabo trabajos de recuperación tanto de los caminos como de la Ribera, pero queda todo por hacer. Tal como ya dijo el alcalde de Sot de Chera, Tomás Cervera, "en unas horas se perdieron más de cincuenta años de trabajo. Perder turismo es perder población y recursos". Algo parecido a lo que decía el alcalde de Gestalgar, Raúl Pardos. "El Turia era una calle más y ahora sólo vemos desolación". Con el añadido de que ninguna obra puede realizarse con el músculo financiero propio, al tratarse de ayuntamientos pequeños, con escasa dotación presupuestaria. 

Lo cierto es que la Consellería de Medio Ambiente mantiene la recomendación de no bañarse en las aguas del parque natural "ya que se desconoce la situación del lecho del río y de los residuos arrastrados por la dana". 

El Plan Endavant "tiene como objetivo ir más allá de la reconstrucción física, edificando un nuevo modelo económico, social y ambiental que garantice seguridad y futuro a los municipios" aseguró Gan Pampols.