Dos meses extrayendo fangos de Forata

La extracción de lodos en el embalse de Forata cumple ahora algo más de dos meses con solo 6.000 metros cúbicos retirados. Las primeras estimaciones hablaban de unos dos millones de metros cúbicos de sedimentos arrastrados el 29 de octubre, con unos seis metros de altura que siguen taponando la boca de riego. De hecho, la Confederación Hidrográfica del Júcar señala que todavía no se ha podido alcanzar ese punto dada la complejidad de la operación. Como medida provisional el organismo de cuenca ha buscado una alternativa para poder atender las demandas de los regantes.

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La presa de Forata resultó decisiva el día de la dana para absorber la tremenda crecida del Magro y evitar males mayores en las localidades situadas aguas abajo, aunque llegó a temerse por su estabilidad. El riesgo de rotura planeó durante cuatro horas críticas en las que el Cecopi se planteó la evacuación de parte de la Ribera Alta. Un informe de la CHJ reflejaba que habían llegado a entrar más de 2.000 m3/sg en los momentos de precipitaciones más intensas, el doble de la capacidad de asimilación de la infraestructura hídrica.

En los días previos a la dana apenas había 5 hectómetros cúbicos. Aquellas explosivas lluvias permitieron almacenar 22 hectómetros cúbicos. En la actualidad se sitúa en 27,8 hm³ de los 37,3 de capacidad total que tiene. Los trabajos de emergencia, que empezaron a mediados de febrero se alargarán aún varios meses, con un coste de 6,5 millones de euros. Además, habrá que proceder a la reconstrucción del cuenco amortiguador del aliviadero, en casi la mitad de su longitud hasta unos treinta metros.

Obras en la ladera izquierda

Las obras de reparación incluyen también el socavamiento de la ladera de la margen izquierda, con unos tres metros de profundidad, así como la renovación de las instalaciones eléctricas, de comunicaciones y de auscultación de las galerías inferiores de la presa, inundadas el día de la dana.

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De forma paralela a estos trabajos, la CHJ ha puesto en marcha una solución provisional que permite sacar agua del embalse y atender tanto las demandas de los regantes -a través del Canal del Magro- como el caudal ecológico estipulado para el río. «Consiste en un tubo instalado sobre la lámina de agua del embalse que baja hasta la salida de la toma de riego, anclado a una de las paredes de la presa, y que permite dar salida a caudales de hasta 500 litros por segundo», señalan. «El agua fluye por gravedad, con ayuda de unas válvulas de presiones, por lo que se puede dar salida al agua de forma natural», explican.

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Por el momento, la tubería no está soltando agua, ya que la presa continúa vertiendo por aliviadero unos caudales que permiten cumplir con garantías el caudal ecológico estipulado en el PHJ explican desde la CHJ. Esta solución provisional está lista para poder utilizarse en cuanto los regantes lo soliciten -concesiones de la campaña para riego- o en cuanto la presa deje de verter por aliviadero.

Mientras, muchos de los usuarios de las zonas afectadas por la dana siguen inmersos en los trabajos de limpieza y rehabilitación de sus sistemas de regadío, con las ayudas habilitadas tanto por la Generalitat como por el Gobierno. La CHJ, por su parte, trata de restituir el dominio público hidráulico de los cauces y embalses, así la reparación de las infraestructuras que resultaron afectadas a través e los distintos contratos de emergencia que ha ido activando en los últimos meses.