Sanidad permite a un millar de enfermeras valencianas expedir recetas

Se otorga al acreditar la experiencia profesional o por haber realizado el correspondiente curso del EVES

Una enfermera expide una receta en un centro de salud privado en Alicante.

Una enfermera expide una receta en un centro de salud privado en Alicante. / Álex Domínguez

Lluís Pérez

Lluís Pérez

València

Cerca de un millar de trabajadores del personal de Enfermería de la sanidad valenciana podrá expedir recetas a los pacientes en los centros de salud y hospitales. Así lo determina una resolución de la Conselleria de Sanidad, publicada ayer en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana, con la que acredita 1.066 enfermeras y enfermeros para dispensar medicamentos. En principio, no pueden recetar fármacos, sino expedir recetas por productos de cura como vendas o empapadores, entre otros.

El Gobierno tiene pendiente de actualizar la nueva Ley de los Medicamentos y Productos Sanitarios, aprobada por el Consejo de Ministros, que permite al personal de Enfermería y de Fisioterapia a recetar fármacos. Las comunidades autónomas, como la valenciana, también han recibido nuevas guías para las enfermeras desde el Ministerio de Sanidad, pero como explican fuentes de Sanidad "aún no están implantadas".

El personal autorizado debía cumplir una de las condiciones impuestas por la normativa: acreditar un mínimo de experiencia profesional de un año -en centros, servicios e instituciones sanitarias de gestión directa- dentro del ámbito de las curas generales o especializadas -bien en Enfermería Comunitaria, en Obstétrico-ginecológica, en Salud Mental- o contar con la acreditación de oficio mediante el curso de adaptación habilitante para esta función realizado por la Escola Valenciana d'Estudis de Salut (EVES).

Enfermeras por especialidades

Gracias a su experiencia acreditada, la Conselleria de Sanidad autoriza a 777 enfermeras de cuidados generales a redactar recetas y a otras 107 especialistas. De estas, 12 tienen la especialidad en Salud Mental, 47 en obstetricoginecológica, 44 en Familiar y Comunitaria y cuatro en la especialidad de Trabajo. En esta categoría, también se permite esta acción a 10 enfermeras de la sanidad privada; nueve en el ámbito de los cuidados generales y otro en la especialidad de Trabajo.

Por último, hay otras 150 enfermeras de cuidados generales que podrán expedir recetas después de realizar el curso de habilitación del EVES. Gracias a su formación, se encuentran 23 enfermeras o enfermeros de curas especializadas: cinco de la especialidad de Trabajo, nueve de Geriatría, siete de Pediatría, una en Salud Mental y otra última en la disciplina médico-quirúrgica.

Cambios en la normativa

Según explicó la ministra de Sanidad, Mónica García, la legislación tenía un triple objetivo. En primer lugar, modernizar el ecosistema de los medicamentos y adaptarlos al siglo XXI. En segundo lugar, incorporar todas las lecciones surgidas de la pandemia en cuanto a la autonomía y reservas estratégicas. Y, por último, asegurar la sostenibilidad propia del sistema sanitario español.

La ministra de Sanidad, Mónica García, durante una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, en el Palacio de La Moncloa, a 8 de abril de 2025, en Madrid (España).

La ministra de Sanidad, Mónica García, durante una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, en el Palacio de La Moncloa, a 8 de abril de 2025, en Madrid (España). / Alejandro Martínez Vélez - Europa Press

La medida no ha estado exenta de polémica entre los facultativos y los enfermeros. La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) mostró su rechazo, a través de un comunicado, ante "cualquier medida que otorgue a los profesionales, como enfermeras o fisioterapeutas, la potestad de prescribir medicamentos". Entre los motivos esgrimidos, se encuentra el riesgo a "comprometer la seguridad del paciente y desdibujar el actual modelo asistencial".

Por su parte, el Consejo General de Enfermería (CGE) respondió con otro comunicado en el que calificó de "inaceptable" el rechazo de los facultativos de Medicina Familiar. En su opinión, el riesgo expresado por estos "resulta indecente" para su profesión -y para las 345.000 enfermeras del país- porque se trata de "una acusación injusta, inmoral y contraria al propio juramento hipocrático". Asimismo, recuerdan que el grado de Enfermería tiene una duración de cuatro años dentro de los estudios universitarios y que muchas de ellas son especialistas, lo que suponen dos años adicionales de formación. Además, reivindicaron los beneficios de un cambio legislativo que ofrece "seguridad, eficacia y que ahorra costes al sistema".

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