"Mi hijo está atrapado en un tren, pero después de la dana lo relativizo todo"

Ángel Castiblanque es vecino de Catarroja y espera la llegada de su hijo, que viaja en familia y se ha quedado atrapado a pocos kilómetros de llegar a la estación Joaquim Sorolla

"Cuando los vea y sepa que están bien me quedaré tranquilo", afirma el matrimonio de Matilde y José María, que también esperan la legada de su familia, atrapada en el mismo tren

Ángel Castiblanque espera a su hijo en la estación Joaquim Sorolla.

Ángel Castiblanque espera a su hijo en la estación Joaquim Sorolla. / Levante-EMV

Mónica Ros

Mónica Ros

València

Ángel Castiblanque es de las pocas personas que no lleva equipaje en la estación Joaquim Sorolla. Lleva horas esperando la llegada de su hijo, su nuera y sus dos nietos de 7 y 8 años. El tren debía llegar a las 12,45, y a las 12,40 horas recibió un mensaje de WhatsApp de su hijo: "Estamos cerca". Y llegó el apagón eléctrico que ha interrumpido el servicio de trenes en todo el país en una caída global de la red nacional que también ha afectado a otros países.

El hombre espera paciente, tras hablar a duras penas con su hijo y asegurarse de que está bien. "Está al lado, a muy pocos kilómetros. Me han dicho que están bien y seguro que es así. Yo soy de Catarroja, viví la dana y pensé que me moría, así que relativizo mucho y todo desde entonces. Perdimos los coches y nos vimos muy apurados así que esto hay que vivirlo con tranquilidad. Antes o después volverá la electricidad", asegura Ángel mientras relata cómo bajó de su casa, el 20 de octubre, a sacar el coche del garaje y la riada le pilló de lleno. "No pude volver a casa hasta las 4 de la madrugada y ahí tampoco podía comunicarme con nadie. También estuvimos sin electricidad días. Lo pasé tan mal que este apagón, sin riada ni barro, me parece otra cosa".

Estación Joaquim Sorolla, hace unas horas.

Estación Joaquim Sorolla, hace unas horas. / Levante-EMV

Mismo tren, otra familia

En la otra parte de la estación Joaquim Sorolla, Matilde y José María esperan a su hija, su yerno y su nieto de 3 años. Tienen el semblante serio. Están preocupados. Su familia está atrapada en el mismo tren que la familia de Ángel. "Llevamos horas esperando y nos han dicho que están bien y que nos vayamos a casa, pero ¿cómo nos vamos a ir? Estamos preocupados", explica la mujer. Su marido concluye: "Cuando lleguen y los vea me quedaré tranquilo. Mientras tanto... la preocupación no se puede evitar".

La pregunta del millón

La pregunta del millón que se repite en la estación Joaquim Sorolla hace referencia a los viajes interrumpidos por el apagón. Y es que, al fallar las comunicaciones, la preocupación principal se centra en saber en qué punto concreto se ha parado el tren, qué ocurre con los viajeros afectados y cuál es la previsión de Renfe si el apagón se demora. Sin embargo, los trabajadores de Renfe no tienen información que ofrecer más allá de transmitir un mensaje de tranquilidad.

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