Apagón
Las compras del apagón en València: Furor por las radios a pilas y el bar como refugio
Los comercios se quedan sin velas, baterías externas, agua embotellada, mecheros y hornillos, entre otros productos
Los bares siguieron sirviendo con las terrazas llenas pese a no tener cafeteras ni bebidas frías

Gonzalo Sánchez

Del LED a la vela, del smartphone a la radio a pilas y de casa al bar. El apagón masivo de ayer en España disparó la venta de lo esencial pero también la vida en las cafeterías. El corte de luz vació las estanterías de velas y baterías externas mientras llenaba las mesas de las terrazas.
Así lo narran los trabajadores de establecimientos consultados. Margie, que trabaja en una tienda de productos del hogar, explica que los mecheros y las pilas fueron lo primero en acabarse "no dábamos a basto para venderlos". Luego llegaron las radios, pero la gente también compró velas, cables de carga, baterías externas, linternas, hornillos y agua embotellada que menguaron drásticamente.

Una trabajadora de una tienda reponiendo las pilas. / Gonzalo Sánchez
Lo mismo cuentan en otro establecimiento cercano; las compras del pánico del apagón han convertido las radios a pilas y linternas en algo casi de lujo y difícil de conseguir, igual que las baterías externas (power banks) ahora muy demandadas. Incluso al día siguiente del apagón mucha gente se ha lanzado a comprar estos productos por lo que pueda pasar, según explica Margie. Esta demanda simultánea de tecnología antigua y moderna reflejaba una doble necesidad de la gente: la básica de iluminar la noche y la actual de tener operativos los teléfonos móviles; nuestra ventana al mundo y a la información en momentos de incertidumbre.
Bares a medio gas pero con terrazas llenas
Los bares, por su lado, hicieron el agosto mientras España se quedaba sin luz. Aunque no tenían cafeteras humeantes ni pantallas encendidas, las mesas de las terrazas estaban a reventar. Según explica Yang, un empresario hotelero, ni con las bebidas calentándose la gente se quería ir del establecimiento. Al no poder estar en casa, la gente se lanzó a la calle y, en concreto, a las terrazas de las cafeterías (aunque la mayoría, al no tener luz, no podían vender café).

Una camarera poniendo cafés al día siguiente del apagón en València. / Gonzalo Sánchez
Yang explica que fue un buen día pese a las dificultades en el servicio y que temieron no poder cerrar la persiana si no volvía la luz. Finalmente, sobre las 18:30 horas la red recuperó la tensión y el establecimiento pudo seguir funcionando con normalidad, pero justo esas horas, las de la emergencia, fue cuando más género vendieron de todo el día.
Las ferreterías fueron otro de los establecimientos que hicieron el agosto durante el apagón, vendiendo (aún a oscuras y tomando nota a papel y boli) todos los hornillos y bombonas de gas que tenían a gente que no sabía cuándo iba a volver la luz en una España sin enchufes en plena carrera por las linternas, las velas y las mesas de los bares.
La suerte del festivo
Muchos otros comercios no se vieron afectados por el apagón porque en València era festivo para gran parte de la comunidad, con lo que varios cerraron. En el caso de los supermercados y mercados de barrio, no tuvieron tampoco problemas con el corte de la luz. Eso sí, muchos puestos del mercado de Algirós lucían aún carteles en los que estaba escrito "Hoy sólo pago en efectivo".

Una trabajadora de una carnicería del mercado de Algirós, el día siguiente al apagón. / Gonzalo Sánchez
"Nosotras tenemos cámaras frigoríficas enormes que cuando se va la luz se quedan cerradas automáticamente, así que no tuvimos problemas para que el género aguantara, porque además fue tan solo unas horas", explica una carnicera del mercado e Algirós.
Tanto en las grandes cadenas como en las carnicerías y mercados de barrio el apagón no supuso un pico de compras y la mayoría de los estantes están este martes completamente llenos. De hecho, en el mercaddo de Algirós explican que se han vivido días totalmente normales en cuanto a volumen de compras.
Casas de comidas y farmacias
Las farmacias, por su parte, tampoco han notado el corte de la luz en las compras. Aunque ayer la gran mayoría estaban cerradas al ser un día festivo, hoy tampoco han experimentado un incremento en la compra de medicamentos.

Varias personas comprando en el mercado de Algirós. / Gonzalo Sánchez
Las casas de comidas fueron otro establecimiento que notó para bien el apagón en la energía, ya que pudieron vender mucho más de lo normal, según explican varias trabajadoras de este tipo de tiendas. "Sí que se notó muchísimo, la comida se acabó muy rápido y hubo gente que se tuvo que ir a casa sin nada porque nos quedamos sin género muy rápido", cuenta una trabajadora. Sorprendentemente explica que no tuvieron problemas para cobrar porque todo el mundo llevaba efectivo.
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