Transistor a pilas

Informarse del apagón a través de la radio

Informarse del apagón a través de la radio

Enrique Moltó

En los apuntes que doy a mis alumnos del grado de Geografía y del Máster de Riesgos Naturales les comento siempre que en Estados Unidos, con los huracanes y en Japón, con los terremotos, en la mochila kit de supervivencia se debe llevar un transistor a pilas. Incluso la reciente, polémica y mal explicada mochila europea de supervivencia seguía insistiendo en ello. En los últimos años me ha tentado la idea de eliminar esa referencia por anticuada, seguro de estar superada por la tecnología digital, las redes, los móviles, etc. Lo acontecido últimamente demuestra que ese consejo tiene pleno vigor. Soy un radio adicto de toda la vida y no olvido como acompañaba a mi padre por los bancales oyendo el transistor a pilas, como una herramienta más en las tareas agrícolas. De hecho utilizo las aplicaciones de radio en el móvil con frecuencia y estoy orgulloso de ser colaborador estable en Radio Alcoy. Pues bien, lo que peor llevé el otro día, con el apagón, fue el silencio forzado de la radio, la falta de información sobre lo que pasaba, los bulos que corrían de forma oral, porque también la red estaba muda. En ese momento, a primera hora de la tarde, me comentó una vecina que RNE no había dejado de emitir y que un experto de los de verdad ponía una hora límite de resolución no demasiado lejana. Corrí en busca de mi viejo transistor a pilas y no funcionaba. Desesperado encontré una alternativa en un viejo walkman con radio y cassette y me puse unos auriculares de mi hija. Ya no dejé de oír la radio hasta que me acosté, seguro de que todo iba a ir bien.

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