Aemet alertó en el Cecopi a las 17.40 h de que lo peor estaba en l’Horteta y Gallego

Seis meses después de la devastadora dana del 29 de octubre, la versión del Consell de que nadie alertó de la rambla del Poyo en el Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) presenta cada vez más grietas. Lo hizo de forma «insistente y persistente» la Agencia Estatal de Meteorología, la Aemet, desde el momento que se le dio voz por primera vez en el Cecopi, 40 minutos después del inicio de la reunión con la constitución del Cecopi en el Centro de Emergencias de l’Eliana. En ese instante, a las 17.40 horas, la Aemet alertó de que en ese momento lo peor estaba en las cabeceras de los barrancos de l’Horteta y Gallego, dos afluentes de la cuenca baja del Poyo, por las lluvias torrenciales que estaba dejando una tormenta que luego se fue desplazando hacia la sierra de Chiva y el barranco Grande, en la parte alta de la cuenca del Poyo.

Estas precipitaciones extremas en las cuencas de l’Horteta y el Gallego en las horas críticas antes de la riada, según el informe preliminar de la Universitat de València (UV), Aemet y la Associació Valenciana de Meteorologia (Avamet), fueron la punta de lanza de las catastróficas inundaciones al triplicar los caudales aportados por la cabecera de la rambla del Poyo. El estudio, liderado por el catedrático de Geografía Física de la UV, Alejandro Pérez Cueva, estima que la suma de los picos de la avenida de l’Horteta, el Gallego y la cuenca baja del Poyo superó los 6.000 metros cúbicos por segundo (m3/s), tres veces más que el caudal máximo registrado en el aforo del poyo aguas arriba en Riba-roja, que fue de 2.282 m3/s a las 18.55 horas cuando la fuerza de riada lo arrancó de cuajo.

El jefe de Climatología de la Aemet, José Ángel Núñez, según el informe que la Aemet ha hecho llegar a la magistrada decana de Catarroja, Nuria Ruiz Tobarra, que instruye la causa sobre la gestión de la emergencia de la dana, ya comentó a las 17.40 horas en el Cecopi que «estaba lloviendo con intensidad torrencial en el oeste del área metropolitana de València y se hace una previsión de que conforme avanzase la tarde y, sobre todo hacia la noche, el sistema convectivo tendería a ir trasladándose hacia el norte, pero que todavía se quedaría durante horas en la zona donde estaba lloviendo».

Minutos después, Núñez, que estaba conectado online al Cecopi desde el centro territorial de la Aemet en los Jardines de Viveros de València como recoge la normativa que regula sus funciones de asesoramiento, mostró las imágenes del radar de la Aemet «comentando que la zona de lluvia torrencial estaba entre Calicanto (zona residencial a caballo entre los términos de Godelleta, Torrent y Chiva), Turís, Godelleta y Chiva», en las cabeceras de los barrancos de l’Horteta y el Gallego.

El foco sobre ambos hermanos menores del Poyo ya estaba puesto desde al menos las 15.30 horas, pues cuando Núñez interviene en el Cecopi, la estación meteorológica de la Aemet en el Mas de Calabarra de Turis ya acumulaba 287 litros por metro cuadrado (l/m2) solo en las dos horas anteriores.

«Yo en el Cecopi estuve hablando de forma insistente y persistente de que estaba lloviendo de forma extraordinaria en las cabeceras de l’Horteta y del Gallego y que la tormenta se estaba trasladando a la zona de Chiva», relata Núñez a Levante-EMV. Lo hizo incluso antes de que se le diera voz en la reunión, pues a las 17.15 horas cuando el Cecopi ya estaba en marcha publicó un mensaje en la red social X alertando de que «la situación sigue siendo muy adversa. Está lloviendo con intensidad torrencial al oeste del área metropolitana de València. Muchos rayos y mucho viento. Más de 140 l/m2 acumulados entre Real, Montserrat y Godelleta y próximos a 100 en localidades cercanas».

El 112 ya lo sabía las 16.23 h

Además, volviendo otra vez al informe librado por la Aemet a la jueza de la dana, la agencia informa que a las 16.23 horas, antes de la constitución del Cecopi, una de sus meteorólogas ya había alertado a Emergencias de la Generalitat sobre la alta peligrosidad de dicha tormenta. En dicha conversación telefónica con el 112, la Aemet informa de la formación de «una tormenta de movimiento muy lento» que estaba provocando precipitaciones de más de 100 litros en solo una hora, por lo que se volvía activar en la zona del litoral sur de València el nivel rojo, lo que supone peligro extremo.

Núñez, que también es uno de los firmantes del estudio de la UV, detalla que la tormenta «que descargó primero en la cabecera del barranco de l’Horteta es de la que informa a las 16.23 horas la Aemet al 112 y fue la que se formó en la Ribera Alta sobre las 15 horas y provocó la oleada de tornados para luego ir desplazándose hacia el norte, quedándose estática en la zona de Godelleta-Turís durante tres horas», entre las 16.30 y las 19.30 horas.

Récords de intensidad horaria

Esta parada haría que el pluviómetro de la Aemet en el Mas de Calabarra acabara acumulando el 29 de octubre un total de 771,8 l/m2, apenas 46 litros por debajo de la mayor cantidad de precipitación registrada en la historia de España durante 24 horas: los 817 l/m2 registrados en Oliva el 3 de noviembre de 1987. Aunque no batió el máximo histórico de lluvia en un día, si que pulverizó todos los récords nacionales de intensidad horaria al registrar 184,6 l/m2 en una hora (superando así el anterior máximo de 159,2 l/m2 anotado en Vinaròs el 19 de octubre de 2018), 319,6 litros en dos horas, 476,2 en tres horas, 581 en cuatro horas, 616,8 en cinco horas y 620,6 en seis horas.

El informe de la Aemet a la jueza avanza que tras las dos intervenciones de Núñez, «se produjo una pausa en el Cecopi y no se vuelve a intervenir hasta poco antes de las 19.40 horas». Durante esas dos horas el pluviómetro de Turis ya había acumulado otros 291,4 l/m2. Es decir, 578,4 litros en cuatro horas, más de 103 litros por encima de lo que suele registrar en todo un año.

El jefe de Climatología de la Aemet relata que «este potente sistema convectivo regenerativo, tras recorrer las cuencas de los barrancos de l’Horteta y Gallego, y la rambla del Poyo, se desplazó hacia el norte y provoco las dos riadas del Túria». De hecho, Núñez, entre las 21.00 y las 21.30 horas, también alertó al Cecopi de que la tormenta que había descargado por la tarde en las cuencas del Poyo «estaba produciendo lluvias muy fuertes en el Túria medio, entre Benagéber y Loriguilla». Ambos embalses laminaron la crecida, pero aguas abajo la tromba de agua provocó graves daños en la presa de Buseo. El primer pico de la crecida del Túria llegó a València sobre las 23.30 horas y el segundo entre las cinco y las 6 de la mañana del día 30.

Núñez lamenta que, a pesar del aviso rojo de peligro extremo por lluvias torrenciales que activo la Aemet a las 7.30 horas del 29 de octubre y de los datos que aportó al 112 y al Cecopi, «no se pusiera en marcha otra herramienta clave como la vigilancia in situ del caudal de los barrancos», y aún considera más inexplicable que el Cecopi «se constituyese a las 17 horas, cuando ya se habían registrado 11 tornados, el Magro había inundado Utiel y la gran tormenta que iba desbordar la rambla del Poyo y sus afluentes ya llevaba dos horas descargando agua... Si el Cecopi se hubiera constituido 10 horas antes y por la mañana hubiese evaluado el riesgo correctamente no se habría ido siempre por detrás de la tormenta».

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