Los peligros del Túria tras la dana

La brutal crecida del 29-O ha cambiado el trazado del río dejando más de un metro de aterramientos en algunos tramos y peligrosas balsas de agua en otros n La CHJ actúa en ocho municipios ribereños

Los peligros del Túria tras la dana

Los peligros del Túria tras la dana

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

València

El Túria ya no es el que era, ni volverá a serlo en muchos tramos. En algunos puntos ha perdido hasta un metro de profundidad por los sedimentos, piedras y restos vegetales arrastrados que han aumentado considerablemente la cota de aterramiento. En otros, por contra, se han formado enormes balsas de agua que pueden quedar además desconectadas del río. Una situación que añade mayor peligro al ya existente por los residuos que dejó la crecida y que ha obligado a la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, junto con los ayuntamientos ribereños, a dar la voz de alerta para turistas y senderistas.

Los peligros del Túria tras la dana

Los peligros del Túria tras la dana

El objetivo de la Confederación Hidrográfica del Júcar ahora es restaurar la morfología de unos cauces «modificados profundamente» tras las explosivas precipitaciones del 29 de octubre. «Estamos intentando recuperar el trazado del Túria, pero no necesariamente el que tenía antes», señalaban hace unos días desde el organismo de cuenca. En esa adaptación a las huellas que dejó la brutal lengua de agua y barro lo que se persigue es «dar una continuidad al flujo de agua» ahora interrumpido por árboles, islas flotantes de cañas y enormes piedras.

Los peligros del Túria tras la dana

Los peligros del Túria tras la dana

Un reguero de destrucción

El impacto de aquella dana es visible en un simple recorrido por el parque fluvial, del que han desaparecido hasta diecisiete puentes además de las playas y la vegetación de ribera. El reguero de destrucción que dejó el agua en su descenso es descomunal.

«Es necesario gestionar los lodos arrastrados por la avenida de manera eficiente y reorganizar las gravas a lo largo y ancho del cauce», explican. «Estamos intentando generar un cauce de aguas bajas que permita normalizar la situación y adaptarla a la nueva realidad, para así evitar problemas en puntos de vertidos de depuradoras, tomas de riego o pasos de carreteras», apunta la CHJ. Los trabajos de restauración de los daños en el dominio público hidráulico, con un presupuesto inicial de 19 millones de euros, se desarrollan en localidades como Gestalgar, Bugarra, Pedralba, Vilamarxant, Riba-roja de Túria, Manises, Paterna y Quart de Poblet.

«La prioridad es la limpieza de los arrastres provocados por la avenida. Hasta ahora, hemos retirado grandes volúmenes de tipo vegetal, sobre todo arbolado y cañas, así como otros elementos que pueden generar problemas en el cauce, como basura o restos de infraestructuras destruidas por la riada», explican desde la Comisaría de Aguas, la unidad encargada de dichos trabajos.

Reforzar taludes

Las actuaciones puestas en marhca en estas últimas semanas también tienen el propósito de reconstruir, reforzar y sanear los taludes más afectados por el desbordamiento aquel fatídico último martes de octubre. La CHJ plantea mejorar su estabilidad mediante la construcción de escolleras y materiales drenantes para asegurar su sujeción, explican.

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