Uno de cada cuatro pacientes con inflamación intestinal es hospitalizado en el primer año tras el diagnóstico

La complejidad de los tratamientos y la necesidad de someterse a una cirugía, necesaria para el 5 % de los enfermos, son algunos de los motivos

Guillermo Bastida, a la derecha, especialista en Digestivo de la Fe, junto a un especialista de Hematología.

Guillermo Bastida, a la derecha, especialista en Digestivo de la Fe, junto a un especialista de Hematología. / GVA

EP

València

Las estadísticas recogen que 150.000 personas residentes en la Comunitat Valenciana conviven con alguna enfermedad inflamatoria intestinal, según los datos de la Conselleria de Sanidad. Uno de cada cuatro de ellos -37.500 aproximadamente- ha vivido un ingreso hospitalario en el primer año después del diagnóstico. Así lo asegura el adjunto del servicio de Medicina Digestiva del hospital La Fe, Guillermo Bastida, quien participará en el 84 congreso de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) en Bilbao, entre el 5 y el 7 de junio.

El ingreso hospitalario se debe, principalmente, a dos motivos. El primero de ellos es que el 5 % de los pacientes necesitan pasar por el quirófano; un hecho que, según el especialista, refleja "la gravedad de una patología que debe ser abordada desde varias perspectivas". Y el segundo es la complejidad del tratamiento para una proporción "elevada" de los pacientes -tales como esteroides sistémicos, inmunomoduladores o fármacos biológicos- y su impacto en el sistema sanitario, el cual debe organizar circuitos de atención especializada para estos pacientes". En ellos intervienen los especialistas de Atención Primaria, Enfermería, Nutrición y Salud Mental.

Sin embargo, el futuro de este tipo de enfermedades pasa por el desarrollo de estrategias terapéuticas avanzadas, con la medicina personalizada como base. Esta pasa por el uso de biomarcadores, tratamientos combinados y la creación de nuevas herramientas para abordar posibles complicaciones. Según Bastida, su desarrollo depende del "esfuerzo investigador y de salud pública", necesaria para "abordar las causas y frenar el avance" de este tipo de enfermedades.

Tratar de reducir la incidencia

Una de las claves de las enfermedades de inflamación intestinal es que sus factores de riesgo "no están completamente comprendidos". Hay algunos evidentes como el tabaquismo, el estilo de vida occidental, los ultraprocesados o los desequilibrios de la microbiota. Pero, más allá de esos, hay bastante desconocimiento, motivo por el cual la investigación se centra en "identificar factores modificables que puedan reducir su incidencia". A nivel global, es de 16,2 casos por cada 100.000 habitantes.

La enfermedad provoca la inflamación del tubo digestivo y afecta predominantemente a personas jóvenes, lo que implica años de convivencia con una enfermedad crónica que condiciona aspectos como el laboral, social y emocional de la vida de los afectados. Por todo ello, el especialista insta a no "olvidar" el abordaje social necesario y señala la importancia de la educación y la concienciación, así como "reforzar" la formación de médicos y pacientes sobre el diagnóstico. Asimismo, cree necesario "tener en cuenta la integración de la perspectiva del paciente comprendiendo sus necesidades y ofreciendo apoyo psicosocial", para lo que se debe incluir el abordaje de las desigualdades existentes en cuanto al acceso a la atención sanitaria.

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