La negociación de los presupuestos afianza la brecha entre los bloques

El PP aprueba 24 de las más de 4.000 propuestas de la izquierda en las cuentas, el 0,6 % del total, y mueve 140.000 euros de los 30.000 millones totales

Debate en la Comisión de Hacienda sobre las enmiendas a los Presupuestos de la Generalitat de 2025, este martes.

Debate en la Comisión de Hacienda sobre las enmiendas a los Presupuestos de la Generalitat de 2025, este martes. / José Cuéllar/Corts

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

València

La llamada polarización tiene cifra en las Corts: el 0,6 %. Es el porcentaje de acuerdo que ha existido, a nivel propositivo, es decir, a favor de algo, entre los partidos de la izquierda y los de la derecha en la última semana durante el debate de las enmiendas a los Presupuestos de la Generalitat. Estas han reforzado la alianza de PP y Vox, que aprobarán definitivamente las cuentas el próximo jueves (salvo sorpresa mayúscula), pero a su vez han incrementado una brecha con la oposición, que ha dedicado todo tipo de calificativos al proyecto financiero, de "negacionistas" a "racistas" hasta considerarlos una "rendición" de Carlos Mazón.

Así, apenas en 28 ocasiones se ha dado la circunstancia de que bien PSPV o Compromís y bien PP o Vox han coincidido con un 'Sí' que permitía la aprobación de un cambio en las cuentas, bien económico o bien, "de literatura" en alguno de sus objetivos. Y no será por falta de oportunidades: más de 4.670, enmienda arriba, enmienda abajo, ya que no todas las que se habían registrado en un primer momento (4.678) han llegado a ser sometida al escrutinio de sus señorías. La mayoría (4.303 en concreto) han sido presentadas por socialistas y valencianistas que, no obstante, han logrado un porcentaje ínfimo de validación.

Solo 24 de estas propuestas han recibido el aval necesario de uno de los grupos de la derecha (en este caso, el PP) para que acaben teniendo efecto en las cuentas que se aprobarán el jueves, 23 del PSPV y solo una de Compromís, menos de la mitad de las que lograron sacar adelante en las cuentas de 2024, cuando la cantidad superó la sesentena, el 2 %. 

Según señalan fuentes de la coalición valencianista, el único cambio que les han aceptado de las 1.034 propuestas hechas es sobre objetivos en una subvención «muy genérica», reclamando una mejora en la agricultura y la ganadería. A los socialistas, por su parte, les han aceptado nueve en Agricultura; tres en Emergencias, tres en Educación y ocho en Sanidad. Todas ellas suponen un cambio de 140.000 euros de los más de 30.000 millones que componen las cuentas, esto es, el 0,00046 %. Eso sí, es el triple de los 30.000 euros movidos en la última negociación presupuestaria.  

Debate de la Comisión de Hacienda, este miércoles.

Debate de la Comisión de Hacienda, este miércoles. / José Cuéllar/Corts

Frente a las quejas por el porcentaje bajo de apoyo, los populares reprocharon que las 3.269 registradas están presentadas «al peso» sin calidad, algo que niega la izquierda. En este sentido, reivindican que han presentado propuestas como la recuperación para el servicio público del 112, que se prorrogue de forma indefinida el abono de transporte gratuito en la zona dana, una subida salarial de unos 200 euros para docentes o la ampliación de las plantillas de los centros de salud con la contratación de 300 enfermeras escolares, 200 enfermeras comunitarias, 100 psicólogas, 50 nutricionistas y terapeutas ocupacionales. 

Este nivel de acuerdo mínimo tampoco se ha extrapolado desde la izquierda hacia las modificaciones planteadas por PP y Vox y de las más de 300 presentadas (algunas modificadas y firmadas conjuntamente tras una negociación final) socialistas y valencianistas han dado su apoyo a cuatro, poco más del 1 %. Las votaciones de esta semana son solo la punta del iceberg de la relación entre bloques que lleva sucediéndose en los dos años de legislatura.

Ni siquiera financiación

Los consensos han quedado en excepciones puntuales, como la declaración institucional de apoyo a las víctimas del incendio de Campanar, y apenas hay casos donde los bloques se hayan roto: la izquierda ha logrado desmarcar al PP de Vox sobre asuntos como la renovación del pacto de violencia machista (aunque en la última PNL volvieron a alinearse) y los populares han conseguido el apoyo de Compromís a varias mociones críticas con el Gobierno central en ayudas a sectores valencianos o la reforma de la financiación autonómica. 

Este era un asunto que habitualmente suscitaba el acuerdo entre PSPV, Compromís y PP (firmantes de la Plataforma pel finançament just) que, sin embargo, en esta legislatura ha quedado en pretérito. Hubo un intento de que esta alianza se convirtiera en ley: la presentaron los valencianistas, Carlos Mazón se comprometió a su tramitación ante Joan Baldoví, pero por el camino (dana mediante) los 'populares' se han ido desmarcando y vaciándola de contenido vía enmiendas, para enfado de la coalición.

Aunque sin duda el exponente de esta ruptura es la Mesa de las Corts. Después de que el PP diera parte de sus votos a Maria Josep Amigó para que Compromís estuviera en este órgano a principio de legislatura; en marzo, ante la salida de Gabriela Bravo, los 'populares' se quedaron con su puesto dejando fuera de esta institución al principal partido de la oposición por primera vez en 40 años.

Los 'populares' justificaron esta maniobra como una forma de presión ante la negativa de los socialistas de renovar los entes estatutarios, en situación de interinidad dos años, y algunos con representantes fallecidos sin sustituir. El Consell Jurídic Consultiu, la Sindicatura de Comptes, el Consell de Transparencia o el Consell Valencià de Cultura también son parte de la muestra visible de los efectos de la etérea polarización.

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