Presupuestos Generalitat
La alianza PP-Vox para los presupuestos abre el segundo tramo de legislatura
El Consell saca adelante las cuentas para 2025 con el sello de los voxistas y los gritos de 'dimisión' de la izquierda en un pleno que se alargó hasta las 23:30 horas

PP y Vox aprueban los presupuestos en las Corts con gritos de la izquierda de 'Mazón dimisión'. / Levante-EMV

Entre aplausos, abrazos, algún que otro bostezo por las horas y gritos de "dimisión, dimisión" por parte de la bancada de la izquierda con golpes a la bancada incluido, PP y Vox han aprobado los Presupuestos de la Generalitat para 2025. La pantalla de votaciones han sido las velas de la tarta con la que 'populares' y voxistas han conmemorado el segundo aniversario de su triunfo electoral y, de paso, la muestra gráfica de la renovación de la alianza que sellaron por aquel entonces y rompieron hace diez meses.
Aquella ruptura ha quedado lejos. Los 53 votos de ambos partidos se han impuesto en todo momento a los 46 que suman PSPV y Compromís y han permitido tener a Carlos Mazón sus segundos presupuestos. Inmediatamente después de votarse, se ha abrazado primero a su vicepresidenta, Susana Camarero, después a la consellera de Hacienda, Ruth Merino, y posteriormente se ha ido a saludar al síndic de Vox, José María Llanos, con quien se ha dado la mano en el centro del hemiciclo.
Ya no son compañeros de gobierno, pero los mantiene como socios parlamentarios a los que aferrarse para la segunda mitad de la legislatura. Mientras, todos los diputados se han puestos en pie: unos, los de PP y Vox, aplaudiendo, otros (los de la izquierda) pidiendo la dimisión. "Volem votar, volem votar", ha vuelto a protestar el PSPV con carteles y en pie desde sus escaños. También ha sonado alguna alarma del ES Alert, gritos de "sinvergüenza", "dónde estabas" y llamada al orden. "Tenemos presupuestos, estabilidad, credibilidad y certezas para avanzar en la recuperación", ha dicho Mazón a su salida.

Mazón y el síndic de Vox se saludan tras aprobar los presupuestos en las Corts. / Generalitat
Las cuentas "de la reconstrucción y de la consolidación del cambio", como las bautizó el día de su presentación Merino ascienden hasta los 32.291 millones de euros, un 8,6 % más que las de 2024 y de los que 2.500 millones irán para afrontar la reconstrucción de la dana que este 29 de octubre cumple siete meses. Y pese a sacarlos adelante con los mismos apoyos que los primeros, el contexto político que los envuelven es totalmente distinto al de diciembre de 2023.
Balón de oxígeno
Su aprobación llega con cinco meses de retraso siendo los segundos presupuestos más tardíos de la historia, con solo medio año para su ejecución, con un Consell en minoría parlamentaria tras la salida de Vox en julio y un 'president' en una situación de debilidad por la gestión de la riada del 29 de octubre, asuntos que han marcado la negociación, apremiándole a sacar adelante el proyecto financiero más complicado, pero que supone un auténtico balón de oxígeno para el dirigente del PPCV tras meses complicados y una actualización de la alianza entre ambas formaciones de cara a la segunda mitad de la legislatura.
La celebración sobre el parqué del hemiciclo ha evidenciado la importancia de las cuentas. También las declaraciones previas del síndic del PPCV, Juanfran Pérez Llorca. "Mazón cumple con sus funciones y responsabilidades", ha expresado al tiempo que ha destacado que la Comunitat Valenciana será "de las pocas autonomías con presupuestos", en concreto, Mazón es el único barón del PP que depende de Vox que ha logrado aprobar las cuentas; mientras su homólogo de Vox ha calificado de presupuestos "casi históricos", exhibiendo su satisfacción.

Los diputados de Compromís despliegan la pancarta de 'Mazón dimissió' antes del pleno de las Corts. / Biel Aliño/EFE
El sello de la formación de extrema derecha ha quedado claro en las cuentas y la ley que la acompaña, mucho más que hace año y medio cuando gobernaban. Medidas contra la inmigración, especialmente en lo relativo a los menores extranjeros o limitando el acceso a ayudas; recorte a los sindicatos y la patronal; asfixia a la Acadèmia Valenciana de la Llengua, eliminación de subvenciones a la memoria democrática, desmontaje de la ley trans, borrado de las menciones a cambio climático y la violencia machista o rebaja del Impuesto de Patrimonio, entre otros asuntos, son el rastro de la renovación de la entente, como si de nuevos votos matrimoniales se tratara.
Reproches de la izquierda
De ahí que PSPV y Compromís cargaran contra el contenido de los presupuestos, con calificativos de ser de "odio" y "presecución" y considerarlos "un pago en especie" para mantener a Mazón "en el sillón de 'president'". "Es muy triste, pero somos la primera comunidad autónoma en este país donde gobierna Vox", señaló al respecto la líder del PSPV, Diana Morant, que acudió al parlamento valenciano a exhibir este rechazo. "Estos presupuestos solo responden a dos intereses: el de Mazón de salvar su cuello y el de la extrema derecha de imponer su agenda ideológica", indicó por su parte el síndic de Compromís, Joan Baldoví.
Esos argumentos se han reiterado en las más de diez horas de debate dentro del hemiciclo, con protestas continuas, exhibición de fotos y de recortes de prensa. Las intervenciones de socialistas y valencianistas han sido un expositor de todo tipo de áreas con recortes y la situación de dependencia de Mazón con la ultraderecha mientras que el PP se ha escudado en el "acto de responsabilidad" de tener presupuestos, la apuesta social de estos y críticas al Gobierno central por el "ninguneo" en recursos y la falta de su propio proyecto financiero.

La secretaria general del PSPV, Diana Morant, habla en las Corts sobre la aprobación de los Presupuestos de la Generalitat / Biel Aliño/EFE
Las votaciones no trajeron ningún tipo de sorpresa y la pantalla mostró claramente la división por bloques. PP y Vox no solo aprobaron las cuentas y la ley de Acompañamiento, sino que por el camino, rechazaron todas y cada una de las casi 4.000 enmiendas que quedaban 'vivas' a PSPV y Compromís después del paso de ambos proyectos en comisión. Frente al 0,6 % de propuestas de la izquierda aprobadas, está el pleno entre PP y Vox, sin discrepancias y con apoyo mutuo en todas las enmiendas, algunas, eso sí, con negociaciones y cambios de redacción a última hora.
La principal duda, no obstante, ha estado durante toda la jornada en la hora de la votación. La concentración de todo el pleno en un solo día (así lo establecieron PP y Vox para evitar coincidir con el día 29) ha provocado una sesión maratoniana, donde los socialistas han tratado de alargar al máximo el debate, con aplausos más prolongados y buscando rascar segundos en cada viaje a la tribuna. Su objetivo: llegar a la medianoche y que la aprobación de las cuentas coincidiera con el séptimo mes de la dana. Se quedaron a apenas 30 minutos.
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