Balance de Aemet

"Solo un mar caliente no causará una dana como el 29-O este año, pero es un gran depósito de energía"

El verano se prevé de mucho calor, con noches de bochorno, tras un mes de junio que va camino de ser el más caluroso de la historia

Sedaví en la mañana del 30 de octubre tras la dana.

Sedaví en la mañana del 30 de octubre tras la dana. / Fernando Bustamante

Lluís Pérez

Lluís Pérez

València

La temperatura de la boya del mar del golfo de València es de 25,5 grados este jueves 19 de junio. Es un valor relativamente alto que, normalmente, se alcanza con el verano más avanzado, hacia mediados del mes de agosto. Así ocurrió en el año 2022, cuando el 11 de agosto se registró el máximo histórico en este punto con 29,97 grados. Ese dato podría igualarse o, incluso, superarse este año, según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), porque la superficie marina se encuentra en registros similares a los de 2022 a estas alturas del año, con una anomalía de tres grados superior a la media de la serie histórica. Así lo han trasladado el delegado territorial de Aemet en la Comunitat Valenciana, Jorge Tamayo, y el jefe de Climatología, José Ángel Núñez, en una rueda de prensa en la que han presentado el balance de la primavera y las previsiones para el verano, que apunta a ser uno de los más cálidos de la historia.

Ante un mar tan cálido en junio, y con la sombra de la dana del 29-O en las comarcas de la zona cero, surge la pregunta esencial: ¿Hay más riesgo de sufrir un episodio similar? "La posibilidad de vivir una gota fría es la misma que en el pasado", afirma Núñez, quien se muestra precavido: "No podemos hacer una relación directa entre la temperatura del mar y lo que pueda pasar en otoño, porque se necesitan otros ingredientes".

Evidentemente, como explica Tamayo, contar con un mar cálido lo convierte en un "depósito de energía mucho mayor", algo que ocurrió el pasado octubre. Pero para que se produzca un fenómeno extremo de estas características, se "necesitan otros factores, no basta solo con un mar con temperaturas elevadas". Este es solo un elemento. Otro imprescindible es un contexto de inestabilidad atmosférica, causado por un embolsamiento de frío. Y un tercero, en el caso de la Comunitat Valenciana, es que esa bolsa fría se sitúe en la parte sur de la Península Ibérica. Ahora bien, si esta concatenación de circunstancias se producen, la calidez del mar provoca, según Tamayo, que el fenómeno se "encuentre con un entorno más energético" y, por tanto, eleva el riesgo de generarse episodios extremos como los del 29-O, con registros históricos como los 772 litros por metro cuadrado recogidos en Turís en solo 24 horas.

Cómo será el verano

Aunque junio lo está anunciando, con una temperatura media superior en tres grados a lo habitual para esta época del año, la Aemet pronostica un verano de calor, con temperaturas elevadas de forma persistente, tanto diurnas como nocturnas. La estabilidad atmosférica está provocando que el calor sea continuo y, pese a un ligero refrescamiento a principios de la próxima semana en el interior, no se esperan variaciones notables del clima. En este sentido, este mes podría cerrarse como el "junio más caluroso de la historia", incluso por encima del año 2022.

Llenazo en la play de la Malvarrosa en este domingo de calor asfixiante

Llenazo en la play de la Malvarrosa en este domingo de calor asfixiante / Eduardo Ripoll

"La estabilidad actual y la presencia de la floja brisa pueden ser engañosas -, ha reconocido Tamayo- porque no habrá valores espectaculares, como los 47 grados de agosto de 2023, pero el calor y el bochorno serán persistentes". El experto ha puesto como ejemplo el verano de 2022, el más caluroso de la historia, cuando no hubo grandes picos, pero sí una temperatura media elevada y persistente. Para que se disparen los termómetros es necesaria la presencia del viento de poniente, un contexto que podría darse a lo largo del verano, ya que no es fácil de pronosticar con tanta antelación.

Día histórico desde 1950 con temperaturas de hasta 47 grados en partes de la Provincia de Valencia

Nuria Cifuentes Gallego

Una de las peculiaridades de este inicio de verano bochornoso es la falta de tregua nocturna, con mínimas de entre 23 y 24 grados, incluso por encima de los 21 o 22 grados que eran antes habituales en julio y agosto. "Las mínimas se han disparado y hay una falta de confort", ha asegurado Núñez. Una de las claves es la debilidad de las brisas en junio: "Antes junio era un mes con circulación de la brisa y, solo a mediados de agosto, se producía una bajada de su intensidad por el aumento de la temperatura del mar". Este funciona como autorregulador de las máximas continentales.

Una primavera "cálida y muy húmeda"

La Aemet ha hecho balance de la primavera climatológica, que comprende los meses de marzo, abril y mayo. Esta ha sido "cálida" con temperaturas por encima de lo habitual, aunque no tan elevadas como las de 204 y 2023, y "muy húmeda", por las intensas precipitaciones de la primera quincena de marzo. De hecho, es ya la octava primavera con más lluvia desde que hay registros, es decir, desde 1950.

En cuanto a las temperaturas, el balance no ha sido tan elevado por un mes de marzo "frío"; es el primer mes con valores inferiores a los habituales desde febrero de 2023. "Eso hace que la temperatura general de la estación no sea especialmente cálida", ha esgrimido Tamayo. Aún así, a finales del mes de mayo, se han registrado valores propios del verano, como los 37,6 grados de Carcaixent y Jalance o los 37,2 de Xàtiva.

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