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Grafitis, escombros y asentamientos: el panteón de los Guijarro, en riesgo

El monumento del siglo XIX ubicado en Villafranqueza se encuentra rodeado de tejas caídas, grafitis y asentamientos

El abandono convierte el entorno del Panteón de los Guijarros en un foco de suciedad

El abandono convierte el entorno del Panteón de los Guijarros en un foco de suciedad / Rafa Arjones

Lydia Ferrándiz

Un monumento histórico, en riesgo. El panteón de los Guijarro, ubicado en Villafranqueza y visible desde la autovía, ha vivido mejores días. Construido entre 1799 y 1803 por el maestro de obras Vicente Ramón García, el monumento, concebido originalmente como lugar de enterramiento para la familia Guijarro y estación final de un vía crucis, se encuentra estos días en un estado preocupante. La cúpula muestra varias de sus características tejas azules caídas, mientras las paredes están marcadas por grafitis y desconchones. Entre la maleza del recinto aún permanecen las coronas de flores que se dejaron el pasado 15 de febrero, en el homenaje a los Mártires de la Libertad, tras un acto organizado por el Ayuntamiento de Alicante.

El entorno tampoco acompaña: matorrales secos, restos de botellón, escombros y asentamientos irregulares generan una sensación de abandono constante. La valla que rodea el panteón está dañada y la retirada del suministro de agua hace imposible mantener el entorno o cualquier tipo de vegetación, lo que agrava la imagen de desolación del entorno. Para los vecinos de Villafranqueza, este monumento es ahora solo un recordatorio de lo que una vez fue, mientras el abandono sigue ganando terreno.

Precisamente, el presidente de la asociación de vecinos de Villafranqueza, José Francisco Pascual, comenta como el panteón se ha convertido en los últimos meses un lugar de paso para actividades no autorizadas. "La gente sube a hacer botellones o a dejar escombros. Es un sitio donde te puedes encontrar de todo, y nos preocupa la seguridad de los jóvenes que pasan camino al instituto", explica Pascual. La falta de mantenimiento afecta tanto a la valla deteriorada como a la cúpula, que filtra agua cuando llueve, y al entorno, que se llena de escombros y desperdicios, señala el representante vecinal.

Uso limitado

Pascual recuerda que hace algunos años el Ayuntamiento de Alicante planteó un proyecto para mejorar el camino que pasa junto al panteón, utilizado diariamente por numerosos estudiantes que se dirigen al IES Leonardo Da Vinci. La idea consistía en habilitar un vial peatonal y ciclista, debidamente asfaltado e iluminado, que garantizara la seguridad de quienes transitan por la zona y al mismo tiempo protegiera el entorno del panteón. "Es un tramo de apenas 500 metros, pero muy transitado, y actualmente está en mal estado. Retomar este proyecto permitiría que los jóvenes pudieran pasar sin riesgo, además de ayudar a mantener limpio y cuidado el espacio", destaca Pascual.

La gente sube a hacer botellones o a dejar escombros. Es un sitio donde te puedes encontrar de todo

José Francisco Pascual

— Presidente de la asociación de vecinos de Villafranqueza

Para el representante vecinal, esta iniciativa no solo beneficiaría a quienes usan diariamente el camino, sino que también ayudaría a conservar el panteón de los Guijarro. En los últimos meses, Pascual destaca que la comunicación con la Concejalía de Cultura ha permitido instalar una alarma en el interior del panteón. Además, se ha realizado un estudio para colocar cámaras exteriores con el objetivo de evitar botellones y la acumulación de escombros, aunque su instalación todavía no se ha completado.

Un entorno marcado por la memoria

Desde la asociación cultural Alicante Vivo, Alfredo Campello subraya en sus artículos que, aunque el panteón es un monumento majestuoso, solo se abre al público el domingo siguiente al 14 de febrero, con motivo de la romería cívica que se celebra en la ciudad desde 1992, con la excepción de 2008 por coincidencia con campaña electoral. "De nada sirve rehabilitar un edificio si no se le da un uso. Una vez al año no es suficiente, y la falta de actividad provoca un deterioro visible, con daños por humedad y grafitis”, advierte Campello. A lo largo de los años, Campello recuerda que se han planteado convertir el espacio en museo sobre liberalismo o sobre la gesta de Boné y sus seguidores, pero hasta ahora la capilla y la cripta permanecen cerradas la mayor parte del año.

Por su parte, la portavoz del grupo municipal socialista, Ana Barceló, ha criticado que el estado de abandono de la mayoría de los barrios e incluso del patrimonio alicantino es insoportable. "Barcala tiene que salir de la parálisis y escuchar lo que está pidiendo la ciudadanía. No se puede abandonar de forma tan obscena el panteón de los Guijarro y mantener allí residuos desde febrero. Con su inacción se gana a pulso el dudoso mérito de gobernar la segunda ciudad más sucia de España. Debe de ponerse a trabajar, salir a la calle y poner orden porque es más que evidente que el servicio de limpieza no funciona".

El panteón no solo está afectado por el abandono; su historia también lo hace un espacio simbólico. En enero de 1844, tras la rebelión de Pantaleón Boné contra Isabel II, siete oficiales leales fueron fusilados en las tapias del panteón, y la mayoría de ellos fueron inhumados en su cripta, consolidando el lugar como un símbolo de la Libertad.

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