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Nuevos retrasos y aglomeraciones en las líneas 4, 6 y 8 del tranvía por cambios en el sistema de señalización

El sindicato SIF denuncia que muchos profesionales han tenido que alargar su jornada y apuntan a posibles incumplimientos de la Ley de Seguridad Ferroviaria

Imagen de archivo de un tranvía de la línea 4.

Imagen de archivo de un tranvía de la línea 4. / Eduardo Enric/J. L. Perales

Marta Rojo

Marta Rojo

València

Después de la afección de la dana a la red de metro de Metrovalencia, que dejó cortes en el servicio durante meses y un centro de mando anegado, ahora un cambio tecnológico ha provocado retrasos y aglomeraciones desde el lunes en la red de tranvía. Una situación que era “previsible” según los sindicatos, que indican que aun así no se previó, y generó “retrasos generalizados en el servicio, que han provocado importantes aglomeraciones”.

Por eso, parte del personal tuvo que alargar su jornada o reducir las pausas, lo que, indican, supone un posible incumplimiento de la Ley de Seguridad Ferroviaria. Desde Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana reconocen que la puesta en marcha de los nuevos equipos de señalización y comunicaciones que se instalaron este fin de semana se está produciendo con cierta irregularidad.

En concreto, se trata de la renovación de los sistemas de señalización y comunicaciones de estas líneas de tranvía. Los nuevos sistemas son de la modalidad ATP (Protección Automática de Trenes) y SAE-CT y han costado alrededor de 14 millones de euros, una cantidad financiada por la Unión Europea a través de los Fondos Next Generation.

Con estas obras, las líneas 4, 6 y 8 que prestan servicio a 43 paradas a lo largo de casi 20 kilómetros entre València, Paterna y Burjassot se equiparan -en cuanto a la comunicación y la señalización- a la más nueva línea 10. Desde FGV aseguran que los nuevos enclavamientos mejorarán, a la larga, los sistemas de seguridad que acompañan a la circulación del tranvía.

Un día de cierre y retrasos

Pero su puesta en marcha ha sido compleja. Para su instalación, el sábado 4 de octubre se interrumpió la circulación de las tres líneas. El servicio se retomó el domingo, pero con retrasos y parones. Desde el sindicato denuncian “retrasos generalizados en el servicio”, especialmente desde el lunes, que han provocado “importantes aglomeraciones tanto en el interior de las unidades como en las paradas”.

Imagen de archivo de un tranvía circulando

Imagen de archivo de un tranvía circulando / FGV

Los fallos en el nuevo sistema obligaron a parte de los trabajadores a prolongar su jornada, denuncian desde el SIF. No solo eso, sino que apuntan a “posibles incumplimientos de la Ley de Seguridad Ferroviaria, relacionados con la duración de las pausas, los tiempos de conducción continuada y el uso de espacios no habilitados para el descanso del personal”.

Previsible

“La situación era previsible”, destacan desde el sindicato, que denuncia “la falta de formación previa del personal involucrado” y la falta, también, de verificación de que los nuevos enclavamientos funcionaban correctamente. La formación, añaden, la habían solicitado a través de los Comités de Seguridad en la Circulación y de Seguridad y Salud.

En estas circunstancias, desde el sindicato aseguran que “la profesionalidad de la plantilla” permitió minimizar las consecuencias, porque colaboraron voluntariamente en la formación de compañeros fuera de su jornada laboral. Por todo eso, anuncian que estudiarán posibles acciones legales por lo ocurrido. “Esta situación solo ha hecho más que acrecentar el caótico estado de la línea, derivado de la falta de inversiones que mantienen la vía y las instalaciones en condiciones lamentables”, concluyen.

FGV apunta a la magnitud del cambio tecnológico

Desde Ferrocarrils de la Generalitat reconocen esta irregularidad en la prestación del servicio a causa del cambio tecnológico, que está destinado, añaden, a mejorar la seguridad de las tres líneas. Apuntan a que es un cambio importante en cuanto a la magnitud y que, por eso, el sistema “está dando fallos” en algunos momentos.

Tras la recuperación del servicio, admiten que tras la puesta en marcha del servicio se ha producido algún problema que ha afectado a la regularidad de estas líneas, como parte del proceso de ajuste técnico necesario, tras el cambio de los enclavamientos por otros nuevos. Respecto a las quejas de los representantes del SIF desde FGV señalan que se trata de trabajos planificados con tiempo pero que "dada su complejidad técnica" pueden provocar inicialmente cierta repercusión en la circulación habitual.

Asimismo, aseguran que en ningún momento se han prolongado los servicios más allá de lo permitido por la Ley de Seguridad Ferroviaria, hasta el punto que la aplicación de dicha ley conlleva que se produzcan algunos retrasos como consecuencia del cumplimiento de los turnos de descanso establecidos, y que la ejecución de estos trabajos no afecta al resto de líneas de metro, ni a la Línea 10 del tranvía.

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