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Premios Levante-EMV 2025 | Sostenibilidad

Heineken: una cervecera con impacto más allá de la economía

La firma, con planta productiva en Quart de Poblet, recibe el premio de Sostenibilidad tras reducir un 24 % su huella de carbono en toda su cadena de valor respecto a 2018

El presidente ejecutivo de Heineken España, Etienne Strijp, durante el 50 aniversario de la planta de Quart.

El presidente ejecutivo de Heineken España, Etienne Strijp, durante el 50 aniversario de la planta de Quart. / Germán Caballero

Juanma Vázquez

Juanma Vázquez

València
Cintillo Premios Levante 2025

Cintillo Premios Levante 2025 / ED

La apuesta por lograr un mundo con menos emisiones dañinas para el medio ambiente a través de la implantación de diversas iniciativas empresariales le ha valido a Heineken para obtener el premio Levante-EMV 2025 en la categoría de Sostenibilidad, patrocinado por TM Grupo Inmobiliario. Un galardón que, según ha destacado la directora de Asuntos Corporativos de la compañía cervecera en España, Carmen Ponce, "nos motiva y nos ayuda a seguir trabajando por nuestro compromiso con nuestra Comunitat y con el planeta".

Porque la multinacional neerlandesa -con esencia ineludiblemente valenciana al tener desde hace medio siglo una de sus plantas ubicada en el municipio de Quart de Poblet- ha ido generando progresivamente un beneficio directo al alza para la economía española. En el año 2023, sin ir más lejos, aportó 4.837 millones de euros al PIB nacional y contribuyó a mantener casi 86.000 empleos en el país. Una importancia creciente que ha venido de la mano de una apuesta, también cada vez más relevante, por la sostenibilidad. Sin ir más lejos, Heineken España avanzó hasta este año 2025 el momento en el que quería cumplir la mayoría de sus objetivos ambientales, teniendo como una de sus grandes metas el lograr que sus cuatro fábricas -además de la valenciana, tiene plantas de fabricación en Sevilla, Madrid y Jaén- funcionen únicamente con energía renovable.

Apuesta renovable

Fruto de ese progreso, el 55 % de todo su mix energético ya era renovable a cierre de 2024, una fecha en la que había logrado rebajar también su huella de carbono en toda la cadena de valor un 24 % respecto a 2018. Un avance en el que también ha tenido un papel directo la fábrica valenciana, donde el año pasado Heineken instaló una planta termosolar -la primera vinculada al ámbito industrial que gasta en el mundo la tecnología Fresnel- que fue diseñada completamente desde España y levantada con un 83 % de componentes locales.

Según las estimaciones de la compañía, esta inversión de tres millones de euros se traducirá en la reducción de hasta el 10 % de la energía térmica requerida, ayudando en paralelo a la sostenibilidad al evitar la emisión de 1.300 toneladas de CO2 al año. Sobre ello, Ponce destaca que es una infraestructura de la que «nos sentimos muy orgullosos, pionera en su tecnología y, sin duda, un paso muy importante en nuestra ambición por elaborar todas nuestras cervezas con energía 100 % renovable al final del 2025».

Retorno de agua

Sin embargo, la apuesta medioambiental de Heineken en España también afecta a otro elemento imprescindible para la producción cervecera: el agua. Desde 2019, entre otras iniciativas, la firma ha impulsado el proyecto Albufera, un plan centrado en "compensar y reducir" el agua que utiliza para sus procesos productivos. Gracias a ello, por ejemplo, retornó el año pasado 400 millones de litros de agua a esta laguna de agua, además de seguir trabajando para retirar la caña común de esos enclaves. Del mismo modo, en clave nacional, la empresa ha logrado devolver 2.200 millones de litros de agua a los ríos que nutren sus fábricas.

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