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Se busca familia de acogida

La asociación de familias de acogida ASEAF realiza la campaña "Puertas que abren historias" con el objetivo de "conseguir un hogar" para los 1.700 niños, niñas y adolescentes que viven en centros

“Puertas que abren historias”: una iniciativa para dar visibilidad al acogimiento familiar

Miguel Angel Montesinos

Mónica Ros

Mónica Ros

València

La escenografía llama la atención. Puertas cerradas con un felpudo en la entrada que lleva un nombre escrito y un mensaje: bienvenido/a. La campaña se llama "Puertas que abren historias", una iniciativa de la Asociación Estatal de Acogimiento Familiar (Aseaf) que pretende visibilizar, sensibilizar y desmontar mitos sobre el acogimiento familiar. "Se puede ayudar de muchas maneras", explican desde la entidad.

En la Comunitat Valenciana hay unos 1.700 niños, niñas y adolescentes viviendo en centros de acogida. Estos menores son los que Aseaf (que agrupa a distintas entidades que trabajan por y para el acogimiento familiar) tiene en mente. Porque saben la importancia que tiene que esas puertas se abran para que esos niños crezcan en un hogar y no en una residencia. "La diferencia es abismal", explican. De hecho, más de cien niños y niñas menores de 6 años viven hoy en día en centros. "Hay dos motivos principales: o tienen necesidades especiales o tienen hermanos que también viven en el centro y se opta por no separarlos", explican.

Quienes ya son familia de acogida aseguran que "quien prueba, repite". Sin embargo, hay "miedos" que paralizan a las familias a la hora de dar el paso y el principal es la creencia de qué ocurre cuando ese niño o niña de acogida se va. "Las familias temen un dolor insoportable que se vive de una manera muy diferente cuando se asume que esa criatura nadie te la da, así que nadie te la quita. Las familias de acogida somos hogar y refugio para esa infancia en desamparo que debe crecer en un hogar y no en un centro. Cuando el niño o la niña se marcha es porque hay una opción más adecuada para ellos (adopción o regreso a sus familias). Nosotros estamos para que crezcan en un hogar, con cariño y cuidados mientras se busca una solución definitiva para ellos porque la alternativa marcará sus vidas para siempre. Y ahora, además, se abre la puerta a la adopción", explican.

Desde Aseaf explican que hay diferentes modalidades de acogida ante una "necesidad tan grande" que permite "ayudar de distintas maneras". Se puede ser familia de acogida permanente (de menores que se sabe que no van a ser adoptados y tampoco pueden regresar con sus familias); o temporal (de niños y niñas que sí tienen abiertas otras vías de futuro y necesitan esa familia de acogida pero solo por un tiempo determinado). Se puede ayudar en programas de acompañamiento a la infancia (de manera voluntaria para que los niños salgan del centro los fines de semana); o de urgencia (que significa que de hoy para mañana tu familia crece y te encargas de un niño o niña durante unos meses).

Una vida y 20 niños

Eva ha probado todas las modalidades de familia de acogida posibles porque ha sido hogar y refugio de veinte niños, que se dice pronto. Acude a la presentación de la campaña, en el Jardín del Turia, con un precioso bebé en brazos. Se llama Alejandro y recién nacido, en el hospital, su futuro pasaba por ir a un centro. Llamaron a Eva, que es familia de urgencia, y no dudó en decir que sí, que se encargaría de ese recién nacido. Sin embargo, a los pocos días la llamaron para una intervención médica y la mujer llamó a Mariló, otra madre de acogida, para que cuidara del bebé unos días. Dicho y hecho. "La red que tejemos entre las propias familias de acogida es clave", aseguran. Cuando Eva acude a la presentación de la campaña con Alejandro en brazos, Mariló se levanta a abrazar y besar al bebé del que cuidó como cuida a sus hijos biológicos, y como cuida a los que tiene y ha tenido en acogida. La red de cariño se extiende.

Mariló, familia de acogida, coge en brazos a Alejandro.

Mariló, familia de acogida, coge en brazos a Alejandro. / Levante-EMV

Las dos mujeres hablan de Luca, un niño que Eva acogió recién nacido y que ya tiene 3 años. "A este niño nadie lo va a adoptar por lo que le pasa", apunta. Y es que en su expediente consta un problema médico que se puede desarrollar (o no) en la adolescencia. "Y nadie lo quiere con ese expediente médico", asegura. Su futuro, sin embargo, está junto a Eva, quien lo ha cuidado hasta ahora y que lo seguirá cuidando de forma permanente como madre de acogida.

Agradecimiento y petición

Las familias de acogida llevan años reclamando un cambio en la ley que ya está a punto de formalizarse. Se trata del decreto que permitirá a las familias adoptar a niños y niñas que tengan en acogida algo que, hasta ahora, no era posible ya que las personas que estaban en la lista de espera de la adopción tenían preferencia. Por ello, desde Aseaf agradecen a la Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda la tramitación de este decreto al igual que el trabajo que realizan en el acogimiento familiar.

Entre las peticiones a la Administración, que también las hay, figura que se reduzcan los plazos para que las familias consigan el certificado de idoneidad que permite formar parte del programa. "Hace años se tardaban dos años. Ahora se tardan entre 6 y 7 meses, pero es demasiado tiempo. Hay que agilizar los trámites porque hablamos de una infancia para la que el tiempo es clave y juega en su contra". Y es que aseguran que a partir de los 8 años los niños y las niñas tienen "muy difícil" salir del centro ante una demanda que se centra en menores de 6 años.

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