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Nadie se mueve en el PP a la espera del interrogante Mazón

Con Feijóo añadiendo condiciones al futuro del 'president', en el partido se ha normalizado que ningún cargo reivindique su continuidad en las próximas elecciones: Dios, o Génova, dirán

Feijóo y Mazón, en un acto con alcaldes.

Feijóo y Mazón, en un acto con alcaldes. / Rober Solsona/EP

José Luis García Nieves

José Luis García Nieves

València

La alcaldesa de Xirivella, Paqui Bartual, aupada hace unos meses por Mazón como presidenta de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), era preguntada esta semana por el futuro del ‘president’ y la candidatura del PPCV en las elecciones autonómicas que deben celebrarse en 2027. “El ‘president’ ha condicionado su continuidad a la reconstrucción y lo está demostrando con hechos. No solo reconstruyendo infraestructuras sino también con ayudas directas. […] Cada cuatro años hay un periodo de elecciones, que es democrática y cada ciudadano elige. Entiendo que cuando llegue el momento, pues llegará”, dijo en un desayuno informativo.

Las palabras de Paqui Bartual no sorprendieron. Nada nuevo bajo el sol, argumentario no escrito: habla en el mismo idioma que ha adoptado el resto del partido. Esa, quizá, sea la cuestión: que se ha normalizado que desde el 29 de octubre de 2024 nadie se moje por Mazón en el partido que preside, ni en la primera ni en la segunda ni en la tercera fila, con un rechazo que ha permeado en amplias capas sociales, como apuntan las encuestas: un 82 % pide su dimisión, según el sondeo publicado por Levante-EMV por el Nou d’Octubre; un dato parecido ofrecía el CIS en julio, y el 71 % salia en la encuesta publicada por la Cadena Ser recientemente.

El propio jefe del Consell, en sus recientes entrevistas, se mantiene dentro de los márgenes que le ha fijado la dirección nacional de Alberto Núñez Feijóo, que ha dejado en suspenso su futuro. “Eso no es importante, créame. Lo que es importante es que cumplamos con nuestro compromiso, con el mandato que tenemos y Dios dirá”, dijo en una entrevista en Okdiario, preguntado si continuará en 2027.

Una yincana hasta la reeleción

Feijóo, en realidad, no se lo ha puesto fácil: lo dejó en el alero casi desde el primer momento. De su gestión ha dicho que lo vio “noqueado”, que no estuvo “a la altura”, que fue políticamente “ingenuo”, que genera “rechazo” en “buena parte” de la sociedad. En todos estos meses, además, Feijóo no ha parado de fijar nuevas variables, convirtiendo el camino de Mazón hacia la reelección en 2027 en una auténtica yincana. Feijóo, que no ha abogado nunca por la salida del president, ha vinculado su continuidad al éxito de la reconstrucción, luego a la instrucción judicial y también a las encuestas. Esos son los obstáculos que deberá superar, de momento.

Con estos antecedentes, pocos en el partido se han atrevido a ir más allá, a la espera de que el tiempo todo lo aclare. Juanfran Pérez Llorca, número dos del PPCV y portavoz en las Corts (incluso sonó como relevo antes del congreso nacional del PP), se limitó a constatar antes del verano: «El presidente es Carlos Mazón, y de verdad que no entro en ningún tipo de especulación ni me planteo nada en este momento».

Mazón, Mompó y Catalá, antes de un mitin.

Mazón, Mompó y Catalá, antes de un mitin. / Levante-EMV

En aquel mes de mayo, la alcaldesa Catalá comenzaba a quitarse la etiqueta de sustituta de Mazón, que la aleja del despacho en el que quiere seguir, el del ayuntamiento. “El presidente de la Generalitat es Carlos Mazón y el presidente del PPCV es Carlos Mazón. No voy a entrar en esas especulaciones. Es innecesario cuando el partido no ha abierto un debate, ni mucho menos, sobre la sucesión. Por tanto, no voy a participar en esas especulaciones”. Días después añadía: "Es una decisión que ha de tomar el partido".

Otro de los nombres que ha sonado como relevo, el del presidente de la diputación (y exfutbolista), Vicent Mompó, también despejaba a córner. “Él mismo ya se ha puesto el listón, para mí suficientemente alto: él mismo ha dicho que se pone como objetivo, que se ata a la reconstrucción, para decidir luego si será candidato o no. Estamos en pleno proceso de reconstrucción, en función de dónde pongas el foco y cómo lo pongas, puedes evaluar si se está haciendo mejor o peor. Lo que es innegable es que se están haciendo cosas, que la C. Valenciana avanza y cuando finalice ese proceso tendrá que ser él también el que decida qué quiere hacer. Y luego, pues el partido tendrá que tomar sus decisiones, entiendo yo”, señalaba en una entrevista con Levante-EMV, en julio pasado. En esa misma conversación apelaba a la autonomía del partido: "Lo importante es que desde el PP valenciano podamos decidir el candidato al Consell en 2027".

La resistencia de Mazón

Pese a todo, el jefe del Consell ha ido superando fechas límite, cada una de las estaciones de la pasión que atraviesa desde la dana. Nadie daba un euro por que acabara el año 2024; luego por que sobreviviera a la revelación de que no acudió al Cecopi hasta después del Es Alert (20.28); más tarde a los congresos nacional y europeo del PP por la incomodidad que suponía para Feijóo. Hoy, sin embargo, nadie cuestiona su futuro como president a medio plazo. Ha acallado los rumores sobre el relevo y vuelve a la carga poniendo el ventilador en torno a las responsabilidades del Gobierno aquel día.

La insistencia de Camps

Mientras la jueza avanza su instrucción, Mazón, además, ha ido encontrando oxígeno. Quizá el más claro viene de Miguel Tellado, secretario general del PP nacional, y su rostro amigo en Génova: “Una vez más le doy las gracias a Mazón por el trabajo que desarrolla. Tenemos que trabajar unidos bajo el liderazgo de Mazón”, dijo a principios de septiembre, en un acto en Benidorm. Tellado fue ascendido en el último congreso nacional del PP y el Palau ha presumido de ese apoyo nada más ser elevado por Feijóo.

Camps, en un acto de su particular campaña.

Camps, en un acto de su particular campaña. / Pilar Cortés

«No es momento de debates internos extemporáneos», dijo Tellado en aquel acto, en referencia velada a Francisco Camps, aspirante a presidir el partido de nuevo, en un congreso que debió celebrarse hace meses. Este flanco, en realidad, se presenta como la gran molestia para la dirección nacional de Feijóo. Con mucho tiempo libre y nada que perder, el expresident Camps y los suyos están torpedeando el objetivo de Génova de congelar el calendario, silenciar cualquier debate interno, y quien sabe si llegar a 2027 sin congreso ni renovación de órganos. Cada acto de Camps, cada carta al partido pidiendo ese cónclave que se tendría que haber convocado hace meses, es el perenne recordatorio de la interinidad en una plaza decisiva para el asalto de Feijóo a la Moncloa. “Soy el único militante del PPCV que dice que quiere presidir el partido”, dijo hace poco Camps. Es el elefante en la habitación, su manera de recordar la indefinición sobre el futuro del partido.

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