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12 meses desde la dana

Escarlett, la víctima 229 de la dana que murió antes de nacer

Aunque todos los abogados le dijeron que no era posible, Mary Rodríguez ha conseguido registrar a su nieta Escarlett, que murió en el vientre de su madre, entre las 229 víctimas de la dana: "Janine iba a ser madre soltera. La bebé era su gran ilusión y trabajaba por ella conduciendo un camión. Me han quitado a las dos y solo pido justicia"

Escarlett, la víctima 229 de la dana que murió en el vientre de su madre

Daniel Tortajada

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

València

Mary Rodríguez tiene ojos de muerta. Es como si alguien hubiera cortado el hilo que la unía a la vida. Tiene el rostro pálido y ojeras que subtitulan un dolor profundo. Acude a la entrevista vestida de negro, y durante la misma no para de llorar, aunque sus lágrimas desprenden un coraje y una fuerza inmensos. Aunque cada pregunta duela como una puñalada, quiere hablar.

Esta mujer boliviana de 48 años que ha sacado adelante a su familia limpiando escaleras perdió dos vidas el día de la dana: la de su hija Janine y la de la nieta que esta llevaba en su vientre: Escarlett. La joven de 26 años estaba embarazada de 8 meses y trabajaba como transportista. Le quedaban días para cogerse la baja. Aquel lunes venía de mirar un carrito para la bebé, y el miércoles debía hacerse la última ecografía. El agua se la llevó en la rotonda de Riba-Roja, cuando volvía de trabajar, mucho antes de que llegara el ESAlert. "Janine cayó en una acequia donde el agua estaba profunda y no se pudo salvar, después de haber estado trabajando todo el día con la barriga grande", lamenta su madre con la mirada perdida.

El altar que hay en la habitación de Janine, la joven de 26 años que murió embarazada de 8 meses. A la izquierda, la última ecografía de Escarlet y a la derecha la madre de Mary, también fallecida

El altar que hay en la habitación de Janine, la joven de 26 años que murió embarazada de 8 meses. A la izquierda, la última ecografía de Escarlet y a la derecha la madre de Mary, también fallecida / Daniel Tortajada

Desde entonces Mary reconoce que no está bien en ningún sitio. Aunque Janine vivía sola, su madre le guardaba una habitación en casa. Allí ha hecho un altar en la mesita de noche, con una foto suya, una de su madre (también fallecida) y la última ecografía de la bebé que tanto esperaban. "Todas las noches les pongo un vasito de agua y la vela", explica. La cama, los peluches, los libros... todo sigue igual que hace un año en la habitación de Janine mientras su gatita Bella juega y corretea por el cuarto. En el canapé Mary aún guarda dos maletas con la ropita, los biberones y chupetes que ya habían comprado para Escarlett, esperando la enorme alegría que el bebé iba a traer a la familia, y que finalmente se tornó en pesadilla. En la entrada del piso se amontonan muchos juguetes y una cuna, que montaron por si la niña se adelantaba. Aún no ha tenido valor para decidir qué hacer con ellos.

Mary lleva casi un año intentando ir a visitar a su hija y nieta al cementerio ella sola, pero no logra reunir las fuerzas. "Conforme se acerca la fecha estoy peor, sigo pasando muchas noches llorando y me pregunto para qué sigo viviendo, si me han quitado lo único que tenía en la vida".

Chupetes y biberones que habían comprado para Escarlett, esperando su llegada.

Chupetes y biberones que habían comprado para Escarlett, esperando su llegada. / Daniel Tortajada

"Mazón tiene que estar en la cárcel"

Si sigue luchando es porque quiere justicia para su hija y su nieta. "Quiero que Mazón pague todos los daños que nos ha hecho. Por mis dos chicas, que me las han quitado. Mazón tiene que estar en la cárcel, pero ahora no está ahí. Él está muy feliz, se ríe y miente mucho. Dice que se reúne con las víctimas, pero conmigo no se ha reunido, ni con el grupo en el que estoy".

Un año después, sigue en consulta psicológica gracias al servicio gratuito de los jesuitas, pero critica que la Generalitat Valenciana no les ha ayudado nada en ese sentido, y que la seguridad social tampoco le da cita. "Al principio sí que me antendió un psicólogo y una psiquiatra de la Generalitat, pero a los 6 meses dejaron de darme cita", lamenta. La presidenta de la Asociación de Víctimas de la Dana 29-O, Rosa Álvarez, confirma esto y asegura que las familias están siendo atendidas gracias a los psicólogos de las 12 USME que creó el Gobierno en la provincia de València. La sensación de Mary, tras doce meses de la riada, es de desamparo: "Nos sentimos abandonadas, nadie se preocupa por nosotras".

Mary en la habitación de su hija, con los biberones y chupetes que habían comprado esperando la llegada de la bebé.

Mary en la habitación de su hija, con los biberones y chupetes que habían comprado esperando la llegada de la bebé. / Daniel Tortajada

Una mujer trabajadora

Janine iba a ser madre soltera, ya que el padre se destentendió. Su primera hija era su gran ilusión y trabajaba duro por ella al volante de un camión. Estudió en Luis Vives y comenzó a trabajar muy joven cuidando de personas mayores hasta que, con 26 años, decidió ser transportista como su hermano. La joven vivía en un piso alquilado de Godelleta.

Su madre la describe como una mujer muy trabajadora que bregaba muy duro por la pequeña Escarlett, su gran ilusión tras una vida de lucha y altibajos. Aunque podía estar de baja, quería terminar el mes de octubre para sacar algo más de dinero para su hija. Tenían planificado incluso un viaje a Bolivia para que el resto de la familia conociera a la bebé.

La ultima ecografía de Escarlett, la víctima de la dana que no llegó a nacer.

La ultima ecografía de Escarlett, la víctima de la dana que no llegó a nacer. / Daniel Tortajada

"El día 29 se sentía muy cansada, y su hermano la llamó para decirle que no hacía falta que trabajara tanto, y que dejara el camión en la empresa. Ella le hizo caso, dejó el camión a mediodía y cogió el coche para volver. La riada le pilla en la rotonda del polígono de Riba-Roja. Aunque lo dejó en un sitio alto, el agua empezó a subir mucho y me llamó. Me dijo 'mami, el agua me va a ahogar, me va a llevar el agua'. Yo le dije que no chillara, que eso no era bueno par ala bebé.i Yo no sabía cómo de grave era la situación", relata Mary. Explica que su nuera le pidió la ubicación para rescatarla, y esa fue la manera en que pudieron localizar el cuerpo. Escarlett acabó subida al techo de un coche con otras tres personas, y un golpe de otro vehículo arrastrado por la riada acabó tirándola al agua. Encontraron su cuerpo allí a los pocos días.

El reconocimiento de Escarlett

Al abrirse la causa judicial, Mary se dio cuenta de que se había reconocido como víctima a su hija Janine, pero no a la bebé. "Por las noches lloraba pensando en que mi hija no me lo perdonaría, que no se reconociera a la bebé entre los fallecidos", cuenta.

Mary, en la habitación de su hija, con los enseres de su nieta que nunca llegó a nacer.

Mary, en la habitación de su hija, con los enseres de su nieta que nunca llegó a nacer. / Daniel Tortajada

Todos los abogados que consultó le decían que aquello no era posible al ser una persona que no había nacido, pero ella no cejó en su empeño. "Todos me decían que no se podía registrar si no había nacido, hasta Delegación del Gobierno. Pero yo seguía adelante, y pensé hasta en mandar una carta al presidente para ver qué se pueda hacer. No lo iba a dejar así. Yo quería que me la contabilicen. Que fuera una víctima más porque si no iba a ser como un animal, sin estar contabilizada, y Janine estaría muy enfadada conmigo", explica Mary. Pese a tenerlo todo en contra, continuó intentando registrar a su nieta no nata.

Hasta que una mañana un periodista la mandó un ejemplar del BOE que abría un resquicio a que Escarlett pudiera ser registrada. Pese a una nueva negativa en el registro, se fue con aquel documento al juzgado, donde la jueza accedió a ampliar la autopsia de su hija, ya que en la que le hicieron tras la dana no constaba que estaba embarazada. "El forense me dijo que mi abogado era el que tenía que mover el tema, y justo en ese momento la jueza me llamó para que le diera el número de teléfono para pedirle documentación. Mi abogado se la mandó y empezó petición para contabilizarla", cuenta.

Ropa comprada para Escarlett.

Ropa comprada para Escarlett. / Daniel Tortajada

Finalmente, en julio de 2024 Escarlett apareció computada en uno de los autos de la jueza, que habló por primera vez de 229 muertos. "Cuando me dijeron que la contaban sentí un alivio muy grande y me puse a llorar. Ojalá hubiera sido en vida, y no fallecida", cuenta Mary. Un año después, sigue completamente rota por la tragedia, con ayuda psicológica y una mente que no le da tregua. Son las vidas quebradas tras la riada del 29 de octubre. Las otras víctimas de la dana.

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