Educación
Con el barro en la mochila un año después: "Mis alumnas aún miran al cielo con mucho miedo"
Un año después las ampas denuncian que las promesas de reconstrucción de las aulas están incumplidas, y confiesan que el alumnado "aún tiene que sacar mucho" para superar la tragedia

Salida de clases de los barracones del Ceip Orba de Alfafar. / G.Sánchez

"Patri, fue oír la alarma por lluvias y ponerme a llorar." La confesión de una alumna de Bachillerato a Patricia Struch, profesora del IES Berenguer Dalmau de Catarroja, resume la profunda sensibilidad y el trauma no resuelto que vive la comunidad educativa un año después de la dana. Estas semanas de aniversario han sido especialmente duras, con el recuerdo de la tragedia omnipresente en los medios. "Estamos muy sensibles", afirma Struch, y subraya que, si bien la capacidad de adaptación del alumnado es alta, la reconstrucción emocional y material sigue siendo una asignatura pendiente.
"Todo eso no está curado, porque la educación emocional ha sido precaria y hemos solucionado con medios que tenía el IES", explica la profesora, evidenciando la falta de apoyo externo. La vulnerabilidad de los estudiantes es palpable: durante la última alerta roja, el profesorado se dio cuenta de que "los alumnos no están bien", con algunos jóvenes que habían pasado varias noches sin dormir por la ansiedad y el miedo. "Te hablo de las mayores," recalca Struch sobre las alumnas de Bachillerato, "los chavales aún miran al cielo con mucho miedo." Algunos docentes, incluso, rechazan realizar declaraciones en un día tan emotivo para alumnado y docentes.

Salida de las aulas en barracones en el Ceip Orba de Alfafar. / Gonzalo Sánchez
Barracones precarios
Si el estado anímico es frágil, las condiciones materiales de los centros en la zona cero no ayudan. Tanto el IES Berenguer Dalmau como el CEIP Horta de Paiporta comparten un relato de abandono institucional.
"El patio está igual, sigue siendo una calle cortada", denuncia Patricia Struch sobre su instituto en Catarroja. Un año después, el espacio exterior es apenas un "asfalto y ya está, no hay nada para jugar, nada que recuerde a que es un cole, nada amable para los chavales". La única mejora digna de mención en el patio de este instituto la ha costeado la comunidad: "14.000 euros se ha gastado el AMPA en poner una sombra, con dinero de las donaciones que recibieron. Esa es la única sombra en el patio la que han pagado los padres".
Esta inacción se replica en el CEIP Horta de Paiporta. Toni, presidente de la AMPA, critica la precariedad de los módulos provisionales, a los que llama "barracones low cost" con fallos de instalación, y la falta de sombras. En ambos casos, el sentimiento general es que las prioridades de la Conselleria están equivocadas, pues no se están "arreglando los colegios que debería ser lo primero en cuanto a ayudas".

Salida de las aulas en barracoes del Ceip Orba de Alfafar. / Gonzalo Sánchez
"Mamá, ¿se ha llevado el coche el agua?"
La procesión va por dentro. Silvia, madre del CEIP Orba, relata el miedo persistente en los más pequeños. Su hijo, al ver las lluvias, envía mensajes preguntando: "Mamá, ¿cómo estás? ¿Estás en casa? ¿Se ha llevado el coche el agua?". Este trauma es especialmente agudo en los niños que tuvieron que ser evacuados de sus casas en bajos, lo que lleva a muchos de ellos a no asistir a clase los días de alerta por ansiedad.
El actual emplazamiento del colegio en barracones, potencia la sensación de abandono. "Mi hijo no lo contempla como su cole, lo contempla como tal", explica Silvia. La precariedad es estructural: las aulas tienen goteras (en la clase de su hijo, música e inglés), hay baños fuera de servicio porque "se sale el agua", y el patio es un solar de "piedras y ese trozo de cemento", sin los prometidos toldos.

Salida de los barracones del Ceip Orba de Alfafar. / Gonzalo Sánchez
Aulas sin Perchas y Profesores sin Herramientas
La situación del profesorado no es mejor. Struch lamenta que la falta de espacios dignos y los problemas logísticos dificultan enormemente su labor. Los fallos van desde lo esencial (baños insuficientes y colas larguísimas) hasta el día a día (aulas pequeñas, sin perchas y una sala de profesores minúscula para 164 profesionales, donde no tienen sitio ni siquiera para guardar los exámenes).
Más grave aún es la falta de apoyo para la gestión emocional del alumnado: "Es muy difícil parar... hemos perdido mucha actividad lectiva... porque no hemos tenido ninguna ayuda externa". La profesora subraya que no han recibido formación adecuada: "No nos han formado aún, formación de un par de horas un mes después de esto y ya está".
Tanto docentes como padres resumen su frustración con la misma sensación: "Sensación de que como los niños no votan para qué vamos a hacer más". Un año después, la comunidad educativa de la zona cero se siente abandonada, obligada a reconstruir sola, no solo paredes y aulas, sino también el alma de los alumnos que aún miran con miedo al cielo. Piden a las administraciones y políticos que "dejen de insultarse unos a otros y hagan algo".
Un año después de que la dana arrasara 8 colegios e institutos y golpeara 115 centros escolares, la vuelta a la normalidad en la zona cero sigue siendo una quimera. Ni los escolares, ni los centros, ni las familias pueden decir que "están bien". El recuerdo de una riada que marcó las vidas de todos sigue muy presente, más aún en el aniversario de la gran tragedia.
Suscríbete para seguir leyendo
- Vilaplana enseñó un video de Utiel inundado a Mazón en El Ventorro a las 17:40 horas del 29-O
- La periodista que comió con Mazón declara que el jefe del Consell firmó documentos de trabajo en El Ventorro y estaba pendiente del móvil
- Últimas noticias sobre el futuro de Carlos Mazón al frente de la Generalitat Valenciana
- Presidencia rastrea las opiniones sobre Mazón con obligación de enviar alertas a los cinco minutos de citarlo
- Rosa Álvarez: 'Mazón empezó el acto con una persona de protocolo y lo acabó con una persona de seguridad
- Maribel Vilaplana, en el hospital tras sufrir una crisis
- El abogado que logró la declaración de Maribel Vilaplana pide a la jueza que reclame el tique a la empresa del aparcamiento de la Glorieta
- La periodista que comió con Mazón confirma que el jefe del Consell la acompañó hasta la entrada del aparcamiento en la plaza del Temple