Un año de la dana: de la emergencia a la reconstrucción del tejido social y económico
Un año después de la dana más devastadora de la historia de España, regresamos a la zona cero de Valencia para conocer a Mamadou, un joven de Guinea-Conakri que llevaba menos de un año en Torrent cuando la gota fría anegó el municipio. Gracias a Fundación Nova Feina, entidad que forma parte del programa Incorpora dedicado a la inserción sociolaboral, ahora tiene un empleo que, además de aportar estabilidad a su vida, contribuye a las tareas de reconstrucción del territorio

Mamadou trabaja para dos empresas de reformas y obra nueva tras pasar por la Fundación Nova Feina. / ED
La dana de 2024 dejó a la comarca de Horta Sud entre las zonas más golpeadas de Valencia. Un año después, la vida allí avanza a dos ritmos: el de las obras, que restituyen frenéticamente la normalidad en las infraestructuras; y el de las personas, que poco a poco intentan recuperar su serenidad y su día a día para volver a tomar la rienda de sus vidas.
Para la población, «ha sido un año muy duro», afirma Vanessa Fernández, responsable de programas de inclusión social y laboral en Fundación Nova Feina, entidad integrada en la red Incorpora, el programa de inserción sociolaboral de la Fundación ”la Caixa”. «Aunque la situación en los municipios ha mejorado, muchas estructuras siguen dañadas», declara.
Con sede en Catarroja y Quart de Poblet, Nova Feina se dedica a ejercer de nexo entre empresas que necesitan talento para sus plantillas y personas en situación de vulnerabilidad que buscan empleo. Sin embargo, tras la gota fría, tuvo que reorientar su actividad, en una primera instancia y con el apoyo de la convocatoria extraordinaria de la Fundación ”la Caixa”, hacia la ayuda humanitaria.
Cuando la dana arrasó Valencia, Mamadou, de 24 años y originario de Guinea-Conakri, llevaba menos de un año en España. Residía en una vivienda compartida y dependía de las ayudas de una asociación parroquial para su subsistencia diaria. De un día para otro, la emergencia cortó la entrada de vehículos al municipio y los alimentos dejaron de llegar. «Estaba solo, sin comida, sin ayudas. Los coches no podían pasar por las calles», recuerda.
Derivado a la sede de Fundación Nova Feina en Catarroja por la entidad parroquial, durante la fase de emergencia le ayudaron con las necesidades básicas (ropa, higiene, etc.), además de apoyarle en su proceso de regularización. Más tarde, al detectar que en su país había trabajado en el mundo de la construcción, Nova Feina diseñó un itinerario de inserción sociolaboral junto con él, que empezó con su participación en varias formaciones de pintura, albañilería o electricidad, entre otras del mismo sector.
Un empleo reconstruyendo el territorio
«Durante su recorrido de formación, el joven mostró un gran compromiso, especialmente con el aprendizaje del idioma, una de sus principales barreras», señala Fernández. «No hablaba muy bien español. Pero la gente fue muy simpática y paciente conmigo», cuenta Mamadou. Luego, completó sus prácticas en una cuadrilla de reconstrucción de infraestructuras afectadas «con un desempeño excelente», lo que le permitió acceder a un puesto de trabajo en el sector.
Hoy, con su situación administrativa regularizada, Mamadou sigue formándose mientras trabaja para dos empresas de reformas y obra nueva. Su actividad consiste, sobre todo, en intervenciones en viviendas y locales afectados por la dana en municipios como Paiporta, Picaña o Aldaia. «Formar parte de este proceso de reconstrucción del territorio que habita le ha ayudado a sentirse mejor y a ganar autoestima», subraya la técnica.
Ahora el joven intenta asentar su futuro y dejar lo vivido atrás. «Fue muy triste y muy terrible. No lo quiero recordar. La gente lo pasó muy mal. Pero estoy contento porque mi situación desde entonces ha mejorado. Gracias a Nova Feina, tengo un trabajo, mi propia habitación y comida, puedo dormir tranquilo y quizás ahorrar un poco de dinero por si enfermo o me pasa algo, ya que no tengo familia aquí», desea. Sus próximas metas: ayudar en cuanto pueda a los suyos en Guinea y, en un futuro, formar su propia familia en España.
De la contención emocional a la reactivación económica
Desde abril, los servicios sociales han derivado 273 personas a la sede de Nova Feina en Catarroja. Sumando su actividad en Quart de Poblet, la atención ofrecida en 2025 supera el medio millar de personas.
De todas ellas, 251 participan en el programa Incorpora de la Fundación ”la Caixa” y 107 han logrado un empleo en 58 empresas colaboradoras. Según la técnica, «no todo el mundo está listo para empezar una intermediación laboral. Algunas personas todavía necesitan ganar confianza y seguridad».
Fernández cuenta que este año las familias han soportado un fuerte estrés y una enorme carga burocrática mientras intentaban recuperar sus viviendas. «La gente ha estado muy ocupada. Es ahora cuando empiezan a aflorar los problemas de salud mental», advierte.
«El tejido empresarial, social y comunitario estaba totalmente destruido, así que más que a la inserción laboral nos hemos tenido que dedicar primero a la recuperación social». Su equipo ha priorizado ofrecer a las personas un espacio de referencia, una mano amiga o, simplemente, alguien con quien hablar.
Ahora la hoja de ruta de Nova Feina mira ya al medio plazo: su meta para 2026 es centrarse en reactivar el tejido económico. «Necesitamos pasar de fase», proclama Fernández. Su estrategia: ayudar a las empresas con infraestructuras y plantillas afectadas a encontrar talento para que puedan recuperar su actividad. «Se habla de un plazo de recuperación de mínimo cinco años», asegura.
El compromiso sin tregua de la Fundación ”la Caixa”
Hace un año, la Fundación ”la Caixa” activó un plan extraordinario dotado con más de 5 millones de euros para apoyar a las personas damnificadas por la dana. La intervención se planteó en dos fases —emergencia y recuperación— y se articuló en torno a cuatro grandes líneas de acción: emergencia, inclusión social, salud y atención a la infancia.
Un año después, este compromiso sigue vigente y la entidad ha incrementado en 1 millón de euros la Convocatoria de Proyectos Sociales en la Comunitat Valenciana 2025. Esto permitirá impulsar 27 proyectos adicionales centrados en la recuperación de la zona.
Desde Incorpora, el trabajo avanza en tres frentes: formación de los colectivos más vulnerables —con foco en los oficios vinculados a la reparación del territorio y sus infraestructuras—, fomento del autoempleo—ofreciendo asesoramiento a pequeños negocios para acceder a ayudas públicas— e intermediación laboral —tendiendo puentes entre empresas y talento.
Además de Nova Feina, la labor se desarrolla en Valencia también junto con otras entidades sociales que trabajan en el terreno: Pactem Nord, ADSIS Valencia, Novaterra, EIFOR-Xabec, Asprona y Fundación Mª Auxiliadora.
Queda mucho por hacer en la zona cero de la dana, pero gracias al trabajo de entidades y empresas de la red Incorpora, Horta Sud empieza a coser su tejido social y empresarial. La reconstrucción del territorio se medirá en metros de obra, pero también en biografías que vuelven a levantarse: la de Mamadou es, por ahora, una prueba de que es posible.
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