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Las protestas contra Mazón marcan el funeral de Estado

Los familiares de las víctimas reciben y despiden al ‘president’ de la Generalitat al grito de «asesino» y «cobarde»

Los reyes ofrecen su cariño y solidaridad a las familias

Mazón, junto a una directora general de su Consell, en el funeral de Estado.

Mazón, junto a una directora general de su Consell, en el funeral de Estado. / Germán Caballero

Mateo L. Belarte

Mateo L. Belarte

València

Un año después de la dana del 29 de octubre el funeral de Estado celebrado en València mostró el enorme dolor en las familias de las víctimas y también la rabia, apenas contenida, con gritos en varios momentos de la tarde contra Carlos Mazón.

La presencia del president de la Generalitaten el homenaje por los 237 fallecidos de la dana del 29 de octubre del pasado año, 229 de ellas en la Comunitat Valenciana, crispó -como se esperaba- el emotivo acto celebrado ayer en el Museo de las Ciencias de València. En varios momentos se escucharon gritos de «Mazón dimisión», «los valencianos no te queremos», «cobarde», «rata» o «asesino» desde las bancadas donde se sentaban más de 600 familiares de fallecidos aquel fatídico día.

Puentes rotos

Un importante número de víctimas había pedido a Mazón, a quien responsabilizan de la tragedia, que se abstuviera de acudir. Algunas incluso cancelaron su asistencia ante las previsiones de que acudiera, como finalmente ocurrió. Mazón ignoró esas peticiones e hizo acto de presencia, si bien no se acercó a ningún familiar en ningún momento, evidenciando que los puentes están rotos un año después.

El president, a quien se le vio aislado por momentos (una directora general de su Consell se ha sentó a su lado saltándose el protocolo para evitar la imagen de soledad), fue de las primeras autoridades en abandonar la sala nada más acabar el acto, justo cuando algunas víctimas trataban de acercarse a él. Junto a Mazón se fue el resto del Consell.

Esa temprana salida de los miembros del Consell contrastó con la actitud de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, y de la ministra y líder del PSPV, Diana Morant, quienes permanecieron acompañando a los familiares durante bastantes minutos tras finalizar el acto. Bernabé se mostró especialmente cercana durante toda la tarde con los familiares.

Estallido de tensión

La tensión flotaba en el ambiente desde primera hora de la tarde, cuando empezaron a acceder los invitados al recinto, blindado bajo un fortísimo dispositivo de seguridad. Además de los más de 600 familiares de víctimas, se dieron cita unas 180 autoridades de los tres poderes del Estado y más de 90 medios de comunicación. Esa tensión estalló justo después de que Mazón accediera a la sala principal junto al resto de dirigentes políticos. En ese momento, una mujer que perdió a su marido en la dana le increpó, lo que generó que más personas se sumaran con reproches varios. Una minoría también cargó en ese momento contra Sánchez y se produjeron incluso encontronazos con otros familiares de víctimas que pidieron «respeto».

El socialista estaba en ese momento reunido con representantes de asociaciones de víctimas junto con los reyes Felipe VI y Letizia. En el exterior, esa espera fue muy incómoda para Mazón, que por protocolo estaba sentado en la tercera fila junto a Emiliano García Page y, en teoría, Juanma Moreno. Pero el presidente andaluz canceló a última hora por el temporal en su territorio, lo que dejó un hueco vacío al lado del jefe del Consell, que fue ocupado durante unos instantes por María Jesús García Frigols, asesora del president.

Tras ese pico de tensión por la aparición del jefe del Consell, las aguas volvieron a su cauce hasta el final del acto. La presentadora, la periodista valenciana Lara Síscar, leyó los 237 nombres de las personas fallecidas entre un silencio sepulcral. Posteriormente, tomaron la palabra tres familiares de fallecidos. Andrea Ferrari, de 20 años, quien perdió a su madre Eva, reclamó «memoria» contra el «olvido» y que «prevalezca la verdad, el respeto y la humanidad», y agradeció a las asociaciones de víctimas su búsqueda de «justicia».

Naiara Chulià, cuyo marido Slim también falleció el 29-O, recordó con amor y cariño a su pareja, mientras que Virginia Ortiz, prima de un muerto en Letur, dejó el mensaje más político al señalar que «no son las inundaciones el causante de la catástrofe que hemos sufrido» sino «quien omite su deber a sabiendas de que su omisión puede suponer la pérdida de vidas humanas».

Mazón escuchaba los discursos con mirada impasible, muchas veces perdida en el infinito. Tampoco hubo gritos durante el discurso del rey, quien además de ofrecer su «cariño» a los familiares, llamó a «seguir analizando las causas y circunstancias de la tragedia».

Interpretación musical

Tras una interpretación musical, se dio por finalizado el acto, un instante en el que entre los asistentes comenzó a sonar el ya habitual «Mazón dimisión» y otros reproches al jefe del Consell, que fue el claro objetivo de las críticas. Las reivindicaciones se han visibilizado además en camisetas, con lemas como ‘Eren morts evitables’ (Eran muertos evitables), y las numerosas fotografías de las personas fallecidas que sus seres queridos han alzado en varios momentos del acto.

«Inmensa dignidad»

La periodista valenciana Lara Siscar, que condujo el tributo de ayer, dedicó unas palabras finales a todos los que continúan esforzándose por seguir adelante tras el golpe más duro: «A ustedes, que han pagado el precio más alto, agradecerles este ejemplo de fuerza, de valentía y de inmensa dignidad». La lluvia, que 365 días después de la tragedia aún provoca temor en una importante parte de la población que vivió la riada en primera persona, hizo también acto de aparición una vez terminado este acto de despedida.

Los reyes permanecieron varios minutos hablando con familiares. Un momento en el que varias víctimas trataron de aproximarse a Mazón, pero fueron frenadas por personal de seguridad. El president abandonó raudo el lugar, añadieron los familiares consultados, cuando todavía quedaban decenas de damnificados en el recinto.

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