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Madre soltera busca trabajo

El informe Monoparentalidad y Empleo afirma que el 48,6% de las madres en solitario declara haber experimentado discriminación en procesos de selección y que el 72,8% ha tenido que rechazar un empleo por no poder conciliar

Familia monoparental, en Valencia.

Familia monoparental, en Valencia. / Loyola Pérez de Villegas / LEV

Mónica Ros

Mónica Ros

València

En las familias monoparentales solo hay un salario así que, cuando no hay empleo la cosa se complica. Sin embargo, conseguir trabajo se torna misión imposible cuando la condición de la maternidad en solitario sale a la palestra. Así lo asegura la 13ª edición del informe Monoparentalidad y Empleo, centrado en los hogares encabezados por mujeres, y que ha realizado la Fundación Adecco, a través de su Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo. Así, el informe refleja que las barreras de acceso al empleo "se hacen especialmente visibles entre las mujeres que encabezan hogares monoparentales" ya que en la fase de selección, casi la mitad (48,6%) afirma haber experimentado algún tipo de discriminación al mencionar su condición de madre en solitario, un porcentaje que asciende al 55% entre las mujeres de nacionalidad extranjera. Según Begoña Bravo, directora de Inclusión de la Fundación Adecco "cuando una candidata es madre en solitario y, además, extranjera, se solapan dos sesgos: se presupone menor disponibilidad por falta de red de apoyo y se infravaloran sus competencias o titulaciones obtenidas fuera de España. A ello se suman los estereotipos culturales, que actúan como un filtro añadido en los procesos de selección, presuponiendo un peor 'encaje' antes de valorar evidencias reales de desempeño”.

A ello se suma un problema de compatibilidad que opera como filtro permanente: el 63,2% no encuentra horarios compatibles con su situación familiar, mientras que el 49,9% no puede costear servicios de cuidado y el 38,9% carece de red familiar de apoyo. El resultado es una puerta de entrada que penaliza la maternidad en solitario por una doble vía: los sesgos presentes en los procesos de selección y un entorno laboral que aún no ha desarrollado plenamente una cultura inclusiva hacia las madres en solitario. Las consecuencias son acumulativas. Ante la imposibilidad de compatibilizar vida personal y profesional, el 72,8% de las madres al frente de una familia monoparental se ha visto obligada en alguna ocasión a rechazar ofertas de empleo; una renuncia que termina erosionando la estabilidad económica, la experiencia y la proyección profesional.

Un hándicap

"Cuando aplicamos en los procesos de selección una noción rígida de disponibilidad, convertimos la maternidad en solitario en un hándicap de entrada. Es fundamental que las ofertas reflejen opciones reales de flexibilidad y que la evaluación se base en competencias, no en circunstancias personales. Para ello, resulta clave eliminar preguntas sobre cargas familiares, formar a las personas entrevistadoras en sesgos y auditar los resultados de acceso y promoción. Debemos aspirar a un modelo en el que la conciliación sea posible tanto para las mujeres como para las empresas. No se trata de hacer excepciones, sino de diseñar trabajo compatible con la vida real. Así, ampliamos la base de talento, reducimos la rotación y evitamos que la maternidad en solitario se traduzca en una penalización laboral”, explica Cristina Leirós, responsable del programa Mujer en riesgo de exclusión de la Fundación Adecco.

Para Mª José Bordetas, consultora especialista en inclusión de mujeres en situación de vulnerabilidad, de la Fundación Adecco, la "discriminación en la fase de selección, la incompatibilidad de horarios, la falta de red social o la penalización en el desempeño, configuran itinerarios laborales más frágiles, marcados por la inestabilidad y por las menores oportunidades de promoción. Todo ello contribuye a una mayor exposición de estos hogares a la precariedad y, en última instancia, a la transmisión intergeneracional de la pobreza".

En la Comunitat Valenciana se registran 202.100 familias monoparentales, de las cuales el 82% (165.300) están encabezadas por una mujer y un 18% por un hombre (36.700).

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