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Una nueva estructura metropolitana, la receta postdana de los expertos contra la descoordinación

Así lo señalan las conclusiones del seminario ‘Lecciones aprendidas tras la dana’, celebrado esta semana en la UV

Imagen de una de las mesas del seminario 'Lecciones aprendidas después de la dana de València'

Imagen de una de las mesas del seminario 'Lecciones aprendidas después de la dana de València' / Alberto Gradolí­ Vivas / UV

Marta Rojo

Marta Rojo

València

“Existe una descoordinación notable entre las administraciones y ello se traduce en la incapacidad de coordinar de forma eficaz los diferentes niveles y organismos”. Es una de las conclusiones del seminario ‘Lecciones aprendidas después de la dana’, que tuvo lugar este lunes en el Centre Cultural La Nau de la Universitat de València, organizado por la cátedra Cambio climático, territorio y riesgos ambientales en el mediterráneo

Un documento elaborado a partir de todas las mesas de debate, en las que participaron personas expertas en Geografía, Derecho, Meteorología o movilidad, además de representantes políticos de todas las administraciones y agentes económicos y sociales, recoge ahora las trece conclusiones del acto, entre ellas la conveniencia de crear una estructura administrativa de coordinación a escala metropolitana o, al menos, subcomarcal.

“Incorporar la mirada metropolitana fue una recomendación unánime expresada por todos los participantes: expertos, poderes públicos, representantes empresariales, sindicatos y sociedad civil”, recalca el documento de conclusiones.

No más riesgos climáticos, pero sí más intensos

El fenómeno se conoce como “extremización de los fenómenos extremos”. Las conclusiones incluyen como primer punto la evidencia de que el Mediterráneo será una de las áreas más afectadas por el cambio climático. “No se trata de riesgos nuevos, pero los efectos se extremarán, por tanto, los riesgos se amplificarán”, matiza el documento. Los expertos llaman a asumir que eventos de precipitación extraordinarios se pueden repetir con caudales “hasta ahora desconocids". El cambio climático, añaden, debe ser motivo de un gran acuerdo de Estado entre las administraciones.

Otra de las evidencias que visibilizó la dana es que los umbrales de riesgo y los patrones de la zona inundable están cambiando. Pero se puede actuar, indican los expertos: el riesgo de inundación en territorios como la zona cero no desaparecerá, pero se puede mitigar. Y para hacerlo, recomiendan combinar actuaciones de obra pública “dura” o “gris” con soluciones basadas en la naturaleza, además de habilitar zonas de laminación del agua para evitar las catastróficas consecuencias de eventos como la dana.

Imagen del seminario 'Lecciones aprendidas después de la dana de València'

Imagen del seminario 'Lecciones aprendidas después de la dana de València' / Alberto Gradolí­ Vivas / UV

Modificar la calificación del suelo con el riesgo

A nivel local, se destacan varias propuestas, como la de actualizar los planes territoriales y urbanísticos, mejorar la cartografía de riesgo, revisar la delimitación de zonas inundables o modificar la calificación de suelo en situación de riesgo o peligrosidad. Además, apuestan por revisar cómo están y qué diseño habría que darles a las infraestructuras de transporte en esas zonas, además de repensar la ubicación de infraestructuras críticas y renaturalizar algunas áreas.

En cuanto a la movilidad, como desarrolló en la jornada Josep Vicent Boira, comisionado del Gobierno de España para el corredor mediterráneo, se concluye que “el modelo de movilidad en el área metropolitana de València es insostenible. Lo es, añaden, por una “intersección de crisis”: los efectos de la dana, por una parte, la “exacerbación de la movilidad”, por otra, y la motorización en el área metropolitana, donde un 90% de desplazamientos se dan en vehículo privado, por otra. Es necesario, coinciden los expertos, apostar por un modelo metropolitano ”más policéntrico”, que plantean que se reforme la EMT con perspectiva metropolitana, que se impulse el Plan Territorial Metropolitano y se coordinen las estrategias de transporte y movilidad entre las administraciones. “Pero lamentablemente estamos ante una inmovilidad de las políticas de movilidad”, denuncian estas conclusiones.

La catedrática de Geografía Ana Camarasa en el seminario 'Lecciones aprendidas después de la dana de València'

La catedrática de Geografía Ana Camarasa en el seminario 'Lecciones aprendidas después de la dana de València' / Alberto Gradolí­ Vivas / UV

Claridad en los protocolos

En materia de gestión de emergencias, piden una revisión profunda, para apostar por la “cultura de la prevención” y conseguir certidumbre y claridad en los protocolos. Consideran, además, que se deberían realizar simulacros de forma habitual, así como trabajar en sistemas de alerta municipales que funcionen de forma autónoma. Las situaciones de alerta meteorológica tras el pasado 29 de octubre han dejado tras de sí días sin clases en los colegios e institutos y comercios y oficinas cerrados, de forma que los expertos concluyen que se debería mejorar la claridad para los trabajadores a la hora de saber qué hacer cuando se declaren distintos niveles de alerta. 

Y en cuanto a qué hacer una vez se ha producido una emergencia, coinciden en la necesidad de eliminar burocracia, crear una ventanilla única y revisar el marco normativo en materia de contratación que, como denunciaron los alcaldes de Utiel y Catarroja durante la jornada, dificulta a los gobiernos locales disponer de recursos, concedidos pero imposibles de gastar por dificultades normativas y falta de personal. 

En materia de protección social, se propone revisar las fórmulas para que los trabajadores en ERTE tras la dana puedan complementar sus ingresos, además de la situación de los autónomos en situación de cese de actividad sobrevenida. Asimismo, se reprocha que los ocho centros educativos de secundaria arrasados por la dana “no han sido atendidos ni escuchados de forma adecuada”.

El trabajo de reconstrucción no ha terminado. Para el futuro, tanto inmediato como lejano, las conclusiones del seminario proponen contar con la inteligencia colectiva desde el territorio y recuperar el tejido asociativo. El acompañamiento psicológico a las comunidades, a los familiares de las víctimas y a los damnificados es fundamental, añaden. A la vista de lo que ha ocurrido este año, concluyen, queda claro que la recuperación emocional es la más lenta y dolorosa.

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