Francesc Arabí, Valencia

El año de la primera comunión y el de la boda figuran siempre en rojo en el calendario vital del común de los mortales. Y después, cada cual esboza una media sonrisa cuando recuerda cosechas que le han sido especialmente propicias. Para Claudia Fabra Fernández, hija del presidente de la Diputación de Castelló, 1998 no fue un mal año.Tuvo la suerte de disfrutar de una de las becas que otorga el Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX) para ocupar plaza en alguna de las 24 delegaciones que tiene el organismo público por el mundo. Además, en mayo de ese año, se convirtió en copropietaria, con su madre y sus hermanos, del lujoso chalé en Platgetes de Bellver, en Orpesa.

La hija de Carlos Fabra podría haber sido destinada a Hong Kong, Argentina o México, pero también en ese punto se dio una conjunción astral favorable y le tocó Nueva York, el destino mejor pagado de todos los posibles. En ese año, la beca de prestación de servicios en el número 635 de la Tercera Avenida, sede del IVEX, estaba dotada con 5.586.681 pesetas -33.576 euros-, casi el triple que la de la delegación china. Con todo, la becaria pidió un aumento de sueldo y el IVEX accedió a la petición, según confirmaron diversas fuentes de la Generalitat, que apuntaron que su padre llegó a hacer gestiones en este sentido.

La hija del chófer de Fabra, Vanessa del Campo, accedió también a su beca, seis años después, en el IVEX pero se tuvo que conformar con México, un destino por el que se cobró la mitad que en Nueva York. Del paso de Claudia Fabra Fernández por Nueva York se acuerdan en la delegación del IVEX, con la que esta semana ha contactado directamente el presidente Francisco Camps durante su estancia en la cosmopolita ciudad para asistir, entre otros actos, a un homenaje al cantante Julio Iglesias de la Cueva. De hecho, Claudia Fabra tuvo más de un encontronazo con la que era responsable de la oficina, Eva Blasco.

Una agente de seguros

El 13 de mayo de 1998, Claudia Fabra, su hermana Andrea y sus hermanos Borja y Carlos, acudieron junto a su madre, María Esperanza Fernández Blanes, a la notaría madrileña de Cruz Gonzalo López-Muller Gómez para formalizar la compra de un chalé de 367 metros cuadrados útiles, sobre una parcela de 1.160 metros, en Orpesa. Se escrituró por 60 millones de pesetas (360.000 euros), de los cuales se pagaron 45 en el acto en un cheque del BCH. Cinco millones se habían adelantado y otros tantos se aplazaron hasta enero de 1999. Claudia, que en esa escritura aparecía como agente de seguros, abrió a medias con una tía suya una tienda de artículos de marroquinería y regalos en la lujosa calle Lagasca de Madrid. Además, figura como administradora única y propietaria del 90% de las acciones de Carmacás, la consultora a la que el industrial de Artana Vicente Vilar denunció haber pagado cantidades millonarias a cambio de la mediación política de Fabra para conseguir licencias para sus productos fitosanitarios.

De EE UU al Golfo Pérsico

Otro de apellido ilustre que logró beca del IVEX, en este caso en Los Ángeles y en el año 2003, fue Luis Aznar Bonilla, hijo de la directora general de Economía, María Bonilla Musoles. Luis Aznar accedió a la beca con la carrera recién terminada pero aprendió tanto durante su estancia estadounidense que, tras serle prorrogada la beca, fue destinado a la delegación que el organismo público puso en marcha en Dubai (Emiratos Árabes) en el año 2003.

Luis Aznar, que además es sobrino del presidente del Puerto de Valencia, pasó un año después de becario a director de la única delegación que el IVEX tiene abierta en la zona del Golfo Pérsico, un área de enorme importancia estratégica para las exportaciones de la Comunidad Valenciana. Tanto Carlos Fabra Carreras como María Bonilla Musoles forman parte del consejo de administración del Instituto Valenciano de la Exportación, órgano de gobierno que actualmente está integrado por diecinueve miembros, que estampan su firma en las cuentas.