M. Domínguez, Valencia

De hecho, en las fallas de 2006 se quemará, por primera vez en la era moderna de las fallas, un remate que simboliza a Dios. Se trata de una pieza realizada por el artista Enrique Lorente para la comisión de Luis Oliag-Mariola. El creador aparece a caballo entre el retrato y la caricatura tradicional. De acuerdo con la explicación de la falla, Dios y San Pedro presiden las puertas del cielo al espera de que entren almas santas. Y esto permite jugar en la falla con la palabra San.

«No es ni una crítica ni una burla»

Lorente tiene claro que en su obra no hay ningún sentido de burla «ni de falta de respeto. Es una figura que no ridiculiza, pero que también juega con los tiempos modernos en los que vivimos. Sinceramente, dudo mucho que por esta figura se pueda sentir ofendido ningún católico. Lo hemos visto como algo mucho más natural. No se trata de ningún acto de fe».

Pero esta figura no será la única. En Marqués de Montortal-Berni Catalá, el artista Agustín Torralba también remata su monumento con una figura de San Pedro, más cerca del retrato -los artistas siempre parten de la base de que el concepto retrato hace referencia, en todo caso, a las representaciones tradicionales- que de la caricatura, llamando a las almas buenas a que suban en una escalera mecánica.

El barrio San Antonio de Xirivella planta una falla dedicada íntegramente a las religiones, en cuyas escenas hay cristianos, budistas y musulmanes, y que está rematada por un ángel, un demonio y un profeta que, boceto en la mano, se ha querido interpretar como si fuera un Cristo.