Levante-EMV, Valencia El secretario autonómico de Universidades, Emilio Barberá, percibió indebidamente 34.898 euros de la Universidad del País Vasco en 1991 en concepto de «licencia retribuida de un año», según sacó ayer a relucir el periódico digital elplural.com. La publicación recuerda además que Barberá, rector del citado centro académico entre 1986 y 1991, dejó la universidad vasca entre críticas por su gestión económica, que desembocaron en una querella presentada un año después por numerosos colectivos representantes de los estamentos del centro en la que se le acusaba de presuntos delitos de prevaricación, malversación de fondos públicos y falsedad en documentos.

Emilio Barberá declinó ayer hacer declaraciones a este periódico pero fuentes de la Conselleria de Educación dejaron claro que la demanda por el cobro de la licencia de un año no se presentó contra el alto cargo valenciano, que no fue el responsable de autorizar el pago, sino contra un vicerrector de la universidad vasca, al tiempo que defendieron que el fallo no cuestionaba que tuviera derecho a una especie de año sabático retribuido, sino que el centro vasco no era quien debía abonarlo. Respecto a la denuncia sobre la gestión económica, las mismas fuentes aseguraron que el juez sobreseyó todas las actuaciones sin siquiera celebrar juicio al no observar fundamento para seguir la causa.

Barberá entró en el Consell en marzo de 2006 de la mano del entonces conseller de Empresa, Universidad y Ciencia, Justo Nieto, como secretario autonómico de Universidad, Ciencia y Tecnología. Tras el 27-M, el presidente Camps prescindió de Nieto; sin embargo, Barberá se ha mantenido como secretario autonómico de Universidades en la Conselleria de Educación, dirigida por Alejandro Font de Mora.

El 3 de septiembre de 1991 cesó como rector de la Universidad del País Vasco en medio de la polémica por las crítica a su gestión. Se fue para ocupar en Valencia la cátedra que acababa de obtener con fecha 4 de septiembre. El 5 de septiembre, el rector en funciones y vicerrector del equipo de Barberá, autorizó el pago en concepto de licencia retribuida de un año, equivalente a una anualidad de sus honorarios, 34.898 euros. Los gobiernos siguientes del centro vasco recurrieron. En primera instancia ganó el pleito pero en 1999 el TSJ vasco dio la razón a la UPV. El fallo rechazó la justificación del pago, que equiparaba la licencia retribuida con una indemnización por el cese en el puesto de rector o por los perjuicios derivados del tiempo que pasó sin ejercer la docencia. «No hay asunto judicial pendiente» Según Educación, el alto cargo no tuvo conocimiento del proceso judicial, ni nadie le comunicó nada. De ahí que no haya devuelto cantidad económica alguna, ya que en concreto la universidad vasca no se ha dirigido a él para nada. En la sentencia, sin embargo, figura como demandado.

Sobre la gestión, elplural.com recogía ayer que, entre las acusaciones que se le hicieron, estaba la de haber organizado viajes a Nueva York con todo pagado, compra de cámaras de vídeo con la Visa del rectorado o renovaciones constantes del césped del campus. Educación tachó de «infundios» estas acusaciones y afirmó que, siendo rector, Barberá no viajó a Nueva York. También aclaró que si en algún momento del proceso se le declaró en busca y captura fue debido a una cuestión burocrática, ya que esos años estuvo en EE UU en su labor como investigador. Insistió en que el alto cargo «no tiene ningún asunto judicial pendiente».