Isabel Olmos, Valencia Retrasos en el trabajo, nerviosismo, riesgos para la seguridad, mala señalización.... El ensordecedor sonido de decenas de cláxons

« Nos da la sensación de que cada vez que salimos a la CV-35 para ir o volver de Valencia nos jugamos la vida. ¡Pero si las rayas del suelo no se ven! ¿Cómo puede ser eso », se lamentaba ayer Lluís Llorenç, vecino de l'Eliana, poco antes de partir la caravana desde el polideportivo de la localidad. Allí, en el aparcamiento del recinto, estaba el diputado nacional del PSPV, Ricard Torres, y el alcalde de l'Eliana, el también socialista José Mª Ángel. Para Torres « a pesar de que el Gobierno central ha cumplido con esta obra mediante el protocolo de carreteras, la Generalitat no ha hecho lo mismo simplemente porque no puede cumplir su compromiso de no aumentar el déficit y porque ».

Antes que el diputado, el alcalde Ángel había enumerado las consecuencias que, para la vida de los vecinos, supone el retraso y estado actual de las obras de la CV-35: « deterioro de la calidad de vida, más gasto económico por el mayor uso de gasolina y desgaste psicológico ». El edil socialista animó a la Generalitat a pagar « lo que tenga que pagar » para que las obras « comiencen de nuevo de una vez » y añadió que « aunque sea por las elecciones generales, que lo hagan ». «En breve» pero sin plazos Precisamente, fuentes de la Conselleria de Infraestructuras reiteraban ayer que los trabajos se reiniciaron en noviembre tras « tres o cuatro meses de parón » y avanzaron que « en los próximos meses se irán abriendo algunos accesos y se realizarán los correspondientes desvíos» pero sin aventurarse a dar una fecha fija. En cualquier caso, el gobierno autonómico para introducir mejoras técnicas en el proyecto ».