J. M. R., Valencia Los ultras interrumpieron el acto con gritos de Puta Catalunya Èric a la foguera , entre otros, lanzaron una bomba fétida y abandonaron el local dando patadas y puñetazos que se saldaron con varios contusionados y una puerta rota.

En este sentido, tienen previsto aportar el numeroso material gráfico y audiovisual recogido del incidente con el fin de que se pueda identificar a la totalidad de los autores. De hecho, la policía local ya identificó a unos cuatro agresores la misma noche de unos hechos que desde el Casal Jaume I temían que se produjeran después de incidentes anteriores y, sobre todo, tras detectar como elementos ultras convocaban a la acción desde distintos foros de internet, algo que se puso en conocimiento de la policia local y la guardia civil.

Jordi Manyes, uno de los agredidos, recueda como estaba junto a la puerta de entrada cuando vio que por la calle llegaba un grupo de unas 15 personas. «Entré para pedir que llamaran a la policía cuando otro grupo que había dentro comenzó a gritar, a pegar patadas a todo; yo me puse junto a una mujer que estaba con una niña pequeña en un carrito, para protegerla porque el grupo estaba muy nervioso y no miraban nada».

Fue entonces cuando vio como un amigo suyo que trataba de cerrar la persiana para que no entraran los congregados fuera, era derribado y estaba siendo golpeado por varias personas con puñetazos y patadas. «Al verlo así yo me dirigí hacia ellos para ayudarle, mientras otra mujer también intentaba quitárselos , relata Manyes. «Recuerdo las luces encendidas del coche del policía que llegaba,en ese instante me giré y vi como uno saltaba y me lanzaba una patada a la espalda que no pude esquivar» , señala.

Vicent Mompó también fue uno de los contusionados en el ataque. A su juicio, «parece que le han cogido animadversión a Sueca» . En este sentido, señalaba que «se trata de un grupo de chiquillos sin idea, porque de hecho si llegan a organizarlo un poco mejor hubiesen podido hacer mucho daño». Equiparable a la «kale borroka Otro de los miembros del Casal Jaume I, Enric Garrigós, destacaba la presencia de algunos adolescentes de Sueca entre los agresores, que incluso orientaron desde el teléfono móvil a algunos llegados de fuera que se habían perdido. En su opinión, «lo que ha ocurrido es terrorismo de baja intensidad, equiparable a cualquier acto de "kale borroka", y esto se debe de detener». Según Garrigós «estamos en contra de las pintadas, de las agresiones físicas o verbales, venga Garrigós insiste en que aportarán todas las pruebas gráficas para que se identifique a todos los responsables de los hechos. «Hemos decidido decir basta y utilizar todos los medios legales para denunciar estas actitudes fascistas».