El alcalde de Nàquera, Damián Ibáñez, de Unión Popular, ha nombrado como nuevo jefe de la policía local a Manuel Arnal, hermano del exalcalde del PP, Ricardo Arnal. De esta manera, el cuerpo de seguridad ciudadana local «inicia una nueva etapa al mando de un experimentado oficial, del pueblo, que regresa tras finalizar su comisión de servicio en Benifaió», señaló Ibáñez a Levante-EMV. Manolo Arnal se convierte en el sexto jefe que ha tenido Damián Ibáñez en sus seis años como alcalde. En las pasadas fiestas del Corpus ya participó en la procesión como relevante autoridad junto al propio Ibáñez.

Manuel Arnal dimitió hace 6 años al acceder Damián Ibáñez a la vara de mando. Lo hizo por entender que tras haber trabajado como jefe con su hermano durante varios años era incompatible continuar a las órdenes de quien se convirtió en el gran rival político de Ricardo Arnal. No en vano Ibáñez creó su propio partido, UPdN, a partir de una escisión del PP y desde entonces los populares no han logrado volver a gobernar en el pueblo. Hoy, con Ricardo Arnal retirado de la política, el problema principal que debe abordar Manolo Arnal es de tipo técnico, laboral y policial. De los 23 agentes con que cuenta la plantilla local, 11 están de baja y enfrentados al alcalde. Además, el sindicato policial SPPLB mantiene un pleito con Damián Ibáñez. Sin embargo cuenta a su favor con que es un policía experimentado, y un hombre del pueblo respetado por sus convecinos y compañeros. El alcalde por su parte ha aprobado una bolsa de trabajo para que se incorporen nuevos policías y se repongan las plazas de los agentes que están de baja. Así que el reto principal de Manolo Arnal es pacificar la Policía Local, volver a convertirla en un cuerpo querido por los vecinos y tratar de recuperar a los agentes que quieran reintegrarse al servicio. Todo ello en un marco legal e institucional muy limitado por la denominada Ley Montoro que hace que la Delegación del Gobierno obligue al ayuntamiento a cumplir escrupulosamente con los parámetros presupuestarios en materia de nuevas contrataciones.

Nàquera triplica su población en la época estival por los residentes que pasan sus vacaciones en las urbanizaciones de la población. También celebra fiestas populares y taurinas en agosto, aunque las patronales son a finales de septiembre. El alcalde confía en que por fin éste sea el oficial jefe que pueda acabar con los múltiples problemas y el desgaste político que le han causado sus desencuentros constantes con los anteriores jefes, con parte de los agentes y con el referido sindicato. Lo más urgente es que la policía de Nàquera vaya recuperando efectivos porque hoy está funcionando con una plantilla muy diezmada de recursos humanos.