La urbanización Monteamor está considerada como la joya de Nàquera pues está enclavada en la montaña del mismo nombre, en un enclave único e impresionante desde el que se puede ver l´ Albufera, la playa del Saler e incluso el Montgó en los días de cielo despejado. El área residencial está situada en las estribaciones de la Calderona, en Nàquera, aunque su única entrada se ubica en término municipal de Serra y su fachada posterior linda con este último pueblo y con un cortafuegos que está inutilizado porque prolifera en él la maleza y el bosque sin control.

Los vecinos de la urbanización han reclamado desde hace años que las administraciones -ayuntamientos de Nàquera y Serra, y Conselleria de Medio Ambiente- tomen medidas y limpien los alrededores de la urbanización para que se fije un perímetro de seguridad entre la masa boscosa y las viviendas. Por ende, los residentes solicitan un plan de emergencias y de evacuación ante posibles incendios o siniestros dado que Monteamor sólo tiene una entrada. «En la actualidad -tal como explica el presidente de la urbanización - no existe esa distancia de seguridad y hay chalés que están tocando directamente con una tupida vegetación que prolifera en el cortafuegos de Serra, que es el límite natural de nuestras casas con esta masa boscosa». En caso de incendio las llamas llegarían fácilmente a los chalés de las 40 familias que viven en este enclave residencial. De las 96 parcelas que hay en Monteamor, cerca de una treintena están sin edificar y abandonadas. El mantenimiento brilla por su ausencia. En la falda de la montaña ubicada en término de Nàquera, «el problema se agrava por la falta de limpieza de las parcelas de los propietarios que no han construido pero tampoco las acondicionan», como explica otro vecino. La proliferación de bosque sin control en el entorno y la parte inferior de la urbanización compone un paisaje asalvajado que ha llevado al propio alcalde de Nàquera Damián Ibáñez a solicitar a la UME, con sede en el cuartel de Bétera, que entre en la zona boscosa para talar y retirar árboles y maleza. «Sin embargo -matiza - los técnicos militares han dado su apoyo e inspeccionado la zona pero llevamos meses esperando el permiso de Medio Ambiente para autorizar el acceso de la maquinaria pesada militar».

Los propietarios están dispuestos a sufragar una parte de la limpieza del cortafuegos y son conscientes que el mantenimiento de las parcelas abandonadas es cosa de cada dueño. «Sin embargo necesitamos ayuda de las administraciones porque en caso de un incendio la urbanización actuaría como una chimenea y favorecería la propagación de las llamas», sostiene otro afectado.

Los vecinos se agarran a una esperanza denominada Life. Se trata de un proyecto abanderado por el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), entre otros organismos, que permitiría captar fondos europeos con los que eliminar toda la flora invasora de los aledaños de la urbanización y restaurar el perímetro medioambiental de Monteamor. Los promotores de este proyecto confían en presentarlo a mitad de septiembre para captar ayudas de la UE y aplicarlas a partir de 2018, tomando Monteamor como acción prioritaria.