Fueron seis años. Entre 1939 y 1944. Recién terminada la Guerra Civil, las autoridades franquistas metieron en la cárcel al pintor de Llíria José Manaut por sus ideas políticas al haber sido militante de Acción Republicana, Cultura Popular Valenciana o el Partido Comunista. Durante ese tiempo, más de un lustro, entre los muros y las celdas de las prisiones madrileñas de Porlier y Carabanchel, Manaut mantuvo el tipo con dibujos y escritos que ahora se han recopilado en la obra «Las Horas Muertas», que tras su presentación el pasado mes de mayo en La Nau, en València, recibió ayer una cálida acogida en su puesta de largo en el Forn de la Vila de la localidad natal del artista, Llíria.

El legado que dejó José Manaut mientras estaba en la cárcel consta de alrededor de 500 páginas de diarios y dibujos que forman «Las Horas Muertas», uno de los pocos documentos que han emanado del interior de las cárceles franquistas y que aún se conservan. Esta obra es fruto de quince años de trabajo de investigación de los profesores Federico Castro Morales y Eduardo González Calleja, profesores de la Universidad Carlos III, a raíz de los documentos que descubrió la hija del artista, Stella Manaut, y que guardaba ahora la Biblioteca Menéndez Pidal de la institución académica madrileña.

Durante medio millar de páginas, el lector -en este caso, en muchas ocasiones de carácter visual-puede comprobar los sentimientos de un Manaut que fue encerrado por mantener sus propias ideas. El enclaustramiento no fue suficiente para callarle y, a su modo, consiguió mantener viva su vocación artística y crítica, que ahora, tres siglos después, puede consultar todo el mundo gracias a esta recolección.

El próximo episodio, según avanzó su hija Stella, será la entrega que recoja el período de confinamiento que estuvo Josep en Durango, tras su paso por la cárcel. Su recuerdo permanece vivo.