El Ayuntamiento de Riba-roja de Túria ha procedido al cierre inmediato y a la clausura de una discoteca situada en la localidad por carecer de la preceptiva licencia de apertura y actividad para su correcto funcionamiento y por cometer hasta un total de 7 infracciones calificadas como leves en la ley de espectáculos públicos, actividades recreativas y establecimientos según el consistorio.

?El establecimiento cerró acogió la discoteca NOD, también conocida como Don Julio durante los años de esplendor de la fiesta valenciana en las décadas de los 80 y los 90. En la actualidad, el local era conocido como Jungle Club y organizaban «unas seis fiestas al año», cuentan fuentes gestoras de la sala de fiestas. De hecho, en el mismo local los «Fadrins» de Riba-roja celebraron una fiesta la semana pasada. ?

Los preceptos que el ayuntamiento indica como no cumplidas son la falta de limpieza de los aseos y los servicios; la no comunicación del cambio de titularidad referido en el artículo 12 de la ley de espectáculos; la falta de cartel indicativo de la existencia de hojas de reclamaciones, la falta de las mismas o su negativa a facilitarlas; la falta del cartel indicativo sobre los datos del titular del establecimiento o facilitarlos a sus destinatarios; la no exposición de la licencia o autorización en lugar visible; la falta del cartel en lugar visible donde se prohíbe la entrada a menores de edad; y, por último, la falta del cartel donde consta el horario de apertura y cierre del centro de ocio. Desde el consistorio apuntan que el titular del establecimiento no ha presentado ninguna alegación oficial. Además, un informe del ingeniero municipal avala el cierre o clausura de la discoteca decretado por el ayuntamiento prevista en el artículo 44 de la ley autonómica de espectáculos cuando concurre en la misma «alguno de los supuestos de urgencia o protección provisional de los intereses implicados y antes de iniciar el preceptivo procedimiento sancionador».

Por su parte, fuentes de la gestión del establecimiento apuntaban a Levante-EMV que tenían la licencia en vigor y que el único problema real era que «en la titularidad figura el antigo propietario que ya hace tiempo que murió», señalan. Aunque admiten este fallo, no entienden la clausura porque han estado realizando todas las reformas indicadas para cumplir con la legislación y no figura ninguna denuncia contra ellos. Cambio de extintores, luces de emergencias, mediciones acústicas o revisión de planos para salidas de emergencias son algunas de las obras desarrolladas.