Los robos en el campo se han convertido en el último lustro en un auténtico quebradero de cabeza para los agricultores valencianos. Y para los de Vilamarxant no ha sido menos.

Pese a que según la Guardia Civil, los robos en los campos de este municipio del Camp de Túria han disminuido un 2,26 %, éstos siguen siendo uno de los principales caballos de batalla de los propietarios agrícolas. Una muestra de ello es el almacén de venta de naranjas que fue precintado el pasado mes de enero en la misma localidad de Vilamarxant, o la detección de cinco documentos presuntamente falsificados en febrero. Por ello, el concejal de Agricultura, Eliseo Sanz, planteó en el último Consell Agrari Local una nueva propuesta para evitar estos hurtos: cerrar algunos campos y caminos.

Sanz informó en la reunión celebrada el pasado jueves que su intención es trabajar junto a los agentes agrarios y los representantes políticos municipales para «legalizar a través de una ordenanza la posibilidad de cerrar algunos campos y caminos para dificultar el acceso de ladrones a las propiedades de los agricultores y agricultoras locales».

Es decir, la intención del equipo de gobierno local es poner «barreras» al campo, de modo que se controlaría qué personas tienen acceso a los cultivos.

No obstante, Sanz admitió que para poder llevarlo a cabo habría que regularlo, rener el visto bueno del Consell Agrari Local y someterlo a votación en el pleno.

El ayuntamiento informó de que esta propuesta fue «bien acogida» por los asistentes y que éstos se comprometieron a «estudiar todas las posibilidades para que salga adelante siguiendo la legalidad y el derecho de acceso a propiedades privadas».