El Ayuntamiento de Cádiz ha iniciado una campaña de control de palomas que llevará a 5.000 de estas aves a una deportación forzosa hasta a 760 kilómetros de la capital, a Riba-roja de Túria. En lugar de optar por el sacrificio, el Consistorio gaditano ha elegido un método "más respetuoso y sostenible para alcanzar poblaciones adecuadas", según el concejal de Medio Ambiente, Álvaro de la Fuente en declaraciones recogidas por El País. Aunque el proceso de captura y traslado de las palomas ya ha empezado no está previsto que acabe hasta dentro de un año.

En los últimos meses, el censo de estas aves en la ciudad andaluza se había elevado hasta los 8.000 ejemplares. Ahora la intención es que se quede reducido a no más de 2.500 aves. La empresa adjudicataria de los trabajos haya comenzado con la primera fase. Los operarios, ayudados con lanzadores de redes y jaulas trampa, capturarán a los palomos en los distintos puntos de la ciudad en los que se concentran.

Posteriormente, serán trasladados Riba-roja. En su nuevo hábitat, escogido por la empresa concesionaria, las aves serán reubicadas en un palomar establecido en "un entorno no urbano, con colonias de palomas y empresas que trabajan con estos animales", según De la Fuente.