Alrededor de medio centenar de vecinos de Vilamarxant salieron a la calle el pasado sábado para protestar contra la futura instalación de una granja avícola en una parcela próxima a sus casas. En concreto, la instalación de la discordia consiste en una granja ecológica que albergaría 6.000 gallinas, que servirá de ampliación de una que ya funciona en Cheste.

Según denuncian los vecinos, articulados mediante la Plataforma Stop Granja, la infraestructura está proyectada en un espacio colindante con varias viviendas residenciales, «a escasos metros del Paraje Natural de Les Rodanes y el Parc Natural del Túria» y a menos de 900 metros del núcleo urbano de Vilamarxant. Por ello, estiman que provocará un impacto medioambiental negativo en forma de malos olores, ruidos y problemas sanitarios.

No obstante, según explicó el alcalde, Jesús Montesinos, las obras de construcción de la granja están actualmente paralizadas porque la empresa responsable no cumplió con los plazos estipulados inicialmente para completar los trabajos y porque hay ciertos aspectos de la instalación todavía pendientes de resolver.

Asimismo, Montesinos recordó que el proyecto todavía se encuentra en la fase de alegaciones antes de que la Conselleria de Medio Ambiente le otorgue un dictamen favorable o negativo a la declaración de impacto ambiental. Respecto a las quejas de los vecinos, Montesinos señaló que los chalets cercanos a la parcela donde se ha proyectado la granja están fuera de ordenación, aunque aseguró entender sus quejas por cómo les puede afectar, ante lo que se remitió a lo que dictamine la conselleria.